La infertilidad es una situación en las que los afectados viven un estrés crónico, derivado de la ruptura de un proyecto vital, de un plan deseado, el de tener hijos, que no llega. Además, las parejas se someten a tratamientos médicos continuos, entre los que puede haber intervenciones quirúrgicas invasivas, a la programación de sus relación sexuales, a las preguntas de su entorno, a las decepciones cuando vuelve a aparecer la menstruación...

“Todo esto afecta física, social, económica y emocionalmete de forma individual y a la relación de pareja”, advierte Rebeca Torres Botella, psicóloga perinatal especialista en infertilidad (www.rebecatorres.com) y divulgadora en redes sociales (@rebecapsicoinfertilidad, en Instagram). A ella, que también fue paciente, le hemos preguntado qué pautas seguir para que la pareja se vea dañada lo menos posible.

Un gran desgaste emocional

Habitualmente, las parejas que acuden a tratamientos de fertilidad ya llevan bastante tiempo buscando el embarazo por su cuenta. La recomendación médica es consultar tras más de doce meses de relaciones sexuales sin protección en menores de 35 años, y tras más de seis meses en mayores de esa edad, cuando no llega la gestación.

El diagnóstico de infertilidad suele aparecer, por tanto, cuando ya hay un desgaste emocional muy elevado, como recalca la experta. A todo ello se une la soledad, pues es un tema sobre el que hay cierto estigma, lo que hace que no se suela compartir.

Pero ¿cómo afecta todo esto a la pareja? “Cada persona tenemos diferente manera de enfrentar las situaciones, por lo que uno de los primeros problemas que podemos encontrarnos es la falta de entendimiento ante la primera reacción de la otra persona. No entender sus emociones y, por ende, dificultad para ofrecer sostén”, señala.

A esto se une el hecho de que, dependiendo sobre qué miembro de la pareja recaiga el diagnóstico de infertilidad, pueden surgir sentimientos de culpa, de resentimiento, de soledad, de frustración...

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Dos aspectos clave en la pareja con infertilidad

Hay dos ámbitos muy importantes que afectan a la pareja a raíz de la infertilidad: la comunicación y las relaciones sexuales.

Falta de comunicación

Es un gran problema asociado al diagnóstico de infertildidad, ya sea porque no hay comunicación abierta con el otro miembro de la pareja para evitar sufrimiento, por no saber cómo enfocar lo que sucede o, lo más grave, “cuando ambos miembros de la pareja mantienen visiones muy diferentes sobre cómo actuar, y llegar a acuerdos les resulta difícil”, comenta Rebeca Torres. Cada uno puede tener una idea distinta de hasta cuándo seguir, las pruebas a las que someterse o la inversión económica. Es también problemático percibir que el otro no se implica de la misma forma que tú.

Además, la infertilidad se acaba convirtiendo en un tema que “monopoliza la vida en pareja”, las conversaciones y el tiempo que pasan juntos.

Relaciones sexuales

“El área sexual de la pareja se ve especialmente afectada, ya que se pierde espontaneidad, las relaciones sexuales pierden su función lúdica y de placer y pasan a cumplir una función puramente reproductiva, lo que deriva en un descenso del deseo sexual, problemas de erección, dificultad para alcanzar el orgasmo... E incluso se puede vivir el sexo como una experiencia dolorosa que recuerda la incapacidad de concebir”, alerta la psicóloga. Esto hace que muchas parejas lleguen incluso a evitar las relaciones sexuales.

Pautas para protegerse ante la infertilidad

Hay distintas recomendaciones que pueden ayudar a la pareja que atraviesa el difícil camino de la infertilidad. Son las siguientes, tal como destaca la especialista:

• Mantener una comunicación activa. Es muy útil que puedan construir un marco de comunicación “donde ambos puedan expresar pensamientos y emociones sin reproches”. En este sentido, hay que remarcar la idea de que “son dos frente a la infertilidad, no uno contra el otro”.La comunicación activa implica también hablar de la infertilidad solo en determinados momentos, que se pueden fijar de antemano. Es importante que las decisiones siempre sean compartidas y no recaigan exclusivamente en uno de los dos y “pedir específicamente qué nos viene bien en momentos en los que nos sentimos vulnerables: nunca esperar que el otro actúe como nos gustaría para evitar frustración”, subraya.
• Buscar ayuda preventiva. “Tener información clara de qué esperar en el proceso, de cuál es el impacto de la infertilidad a todos los niveles” es una buena herramienta para transitar por esta situación. A esto se une tener localizados los apoyos con los que se pueda contar. Hay que recordar que la salud mental y la infertilidad son dos temas que “se viven en silencio, lo que dificulta el apoyo y la empatía del entorno”. La ayuda profesional puede ser un muy buen recurso también.
• Disfrutar del ocio juntos. Se puede buscar un nuevo entorno, “ya que muchas veces las relaciones de amistad suponen un conflicto al tener que estar expuestos a embarazos e hijos que les recuerdan su situación”, aclara Rebeca Torres. Por eso, probar otras actividades puede ir muy bien.
• Apostar por las cosas pequeñas y reinventarse. Como enviar un mensaje cariñoso o tener un detalle con la pareja. También es importante “buscar momentos de intimidad alejando la penetración, como caricias, masajes... “ e incorporar rutinas que les hagan volver a verse el uno al otro, como decirse al final del día cosas bonitas o recordar por qué se enamoraron.