Niña reciclando con su padre©AdobeStock

Medio ambiente

La educación ambiental empieza en casa y las nuevas generaciones de padres lo saben

Dos de los pilares fundamentales para la educación ambiental en los niños son el colegio y dar ejemplo en casa, algo que los papás más jóvenes saben a la perfección.

Simplemente con ver las noticias cada día nos podemos dar cuenta del contexto de crisis climática en el que vivimos. Los grandes incendios de este verano, los cambios bruscos de temperatura, la interminable ola de calor que hemos sufrido… Los medios de comunicación son una de las vías por las que los más peques conocen y son cada vez más conscientes de lo que pasa en el planeta.

Pero las noticias no son su única fuente de información, sino que el colegio y, por supuesto, el hogar deben ser dos pilares fundamentales para educarles y fomentar el respeto por la naturaleza desde la infancia. “Es una tarea que nos incumbe a todos, puesto que el aprendizaje ha de darse tanto en nuestras casas como en los colegios, no podemos dejar a los docentes únicamente esa gran responsabilidad. Ellos están haciendo ya mucho, pero no siempre disponen de las herramientas o formación necesaria para llevar el medioambiente a las aulas”, nos cuenta Raquel Marín, coordinadora de Naturaliza en Ecoembes.

Los padres son un eslabón fundamental en esta cadena, sobre todo, las nuevas generaciones de papás que ya vienen con gran parte de la lección aprendida, y es que, según un estudio realizado por More Than Research para Naturaliza de Ecoembes, “el 66,2% de los padres y madres de entre 25 y 34 años considera que la educación ambiental es una materia de gran interés para sus hijos, por encima incluso de otras como el emprendimiento o la educación sexual. Así, los progenitores más jóvenes son los que mayor importancia otorgan a esta, frente al 61% de los padres de entre 35 y 44 años y al 60,3% de los de entre 45 y 55 años”.


Beneficios de una educación en medio ambiente

Además de cuidar el planeta y hacer que se sientan parte fundamental del ciclo de la vida, la educación ambiental es clave para los niños por varios motivos. “Hace más de 15 años, el escritor Richard Louv acuñó el término ‘déficit de naturaleza’ para hacer ver que la desconexión de los niños con el entorno natural, aunque no es un síndrome clínico o un trastorno reconocido, sí supone un factor de riesgo para muchas enfermedades físicas y mentales”, explica la experta.

Sin duda, el contacto con medio ambiente es necesario para su desarrollo físico, intelectual, emocional… y, además, les proporciona múltiples beneficios como “una mejora de su autoestima, reduce su estrés, aumenta su creatividad, estimula sus sentidos…” e incentiva a los peques a tener iniciativas tan propicias como “apagar las luces o cerrar los grifos para ayudar a ahorrar recursos naturales”.

Y, por supuesto, la recompensa de que en un futuro (y no tiene por qué ser muy lejano, sin ir más lejos, en su adultez) podrán vivir en un entorno natural sin contaminación, dejando esa herencia a generaciones posteriores y, en definitiva, “disfrutar de un planeta sano. No hay mejor regalo ni más vital que ese”, asegura la experta en medio ambiente.

Ideas para inculcar una educación ambiental en casa

“El actual contexto de crisis climática que estamos atravesando nos muestra que todos debemos ser partícipes del cuidado del medio natural, pero son los más pequeños los que más se están sensibilizando gracias a la labor que realizan sus padres y madres en casa. Aunque no lo olvidemos, gracias también al trabajo que hacen miles de docentes por incorporar una mirada ambiental a sus enseñanzas. Por eso, debemos acompañarlos y dotarles de las herramientas y formación necesarias para que puedan seguir haciéndolo”, aseguran desde Ecoembes.

Para ello, la experta en cuidado ambiental nos da una serie de ideas para poder inculcar el amor por el medio ambiente a nuestros hijos en casa como, por ejemplo: “Se puede hacer que las salidas al exterior formen parte de la rutina de los niños, al igual que cepillarse los dientes. Diez minutos pueden ser suficientes, siempre habrá algo que observar, experimentar, descubrir, compartir, saltar, escalar...”, sugiere.

Y para concluir, nos habla del concepto de las ‘3R’, ¿qué significa esto? Pues que a la hora de que el niño nos pida comprar algo como un juguete, o cualquier capricho, repasemos cuáles son las opciones más duraderas:

  • Reducir el consumo, “sin olvidar que los productos pueden tener una segunda vida como, por ejemplo, el papel de aluminio de los bocadillos”.
  • Reutilizar, “ese juguete que ya no se quiere, antes de tirarlo, se puede pensar en donarlo a otros niños que sí le pueden dar un nuevo uso”.
  • Reciclar, “cada envase de plástico, lata y brik en el contenedor amarillo y, el papel y el cartón en el contenedor azul para que puedan ser transformados en un nuevo material”.