Laia Aguilar es matrona, consultora de lactancia certificada IBCLC y directora de LactApp Medical. Acaba de publicar Conoce tu posparto. 40 días y 500 noches (Ed. Grijalbo), donde aborda de manera clara todo lo que le sucede a la mujer en los meses posteriores a dar a luz.

Se trata de un manual para acompañar a las madres recientes en su desconcierto y, muchas veces, en su soledad. Hemos hablado con ella sobre el libro y sobre cómo afrontar esta etapa.

En el libro comentas que el hecho de tener un bebé es un tsunami que pasa por encima y lo deja todo patas arriba, y, sin embargo, esto sucede en un momento de máxima vulnerabilidad de la madre, el posparto. ¿Cómo se conjugan estas dos realidades?

Pues muchas con sentimientos de culpa, sin saber muy bien qué está pasando, por qué las cosas no están saliendo como ‘deberían’ y con la sensación de que alguien te debería haber avisado. El posparto o se invisibiliza o se trata como si fuera algo horroroso. Y muchas mujeres lo viven así por falta de información y de apoyo.

Además del bebé, dices que tras el parto nace una madre. Ella necesita que la cuiden para poder cuidar a su hijo y, sin embargo, es la gran olvidada…

La llegada de una nueva personita en la familia suele ser motivo de felicidad y de alegría. Aun así, llega en un momento en el que la mujer también necesita ser cuidada, mientras que suele ser ella la principal cuidadora del bebé. Tenemos que poner los cuidados en un primer plano, darles la importancia que tienen y valorar todas aquellas cosas que hacen las madres y que hacen las familias.

En general, sobre el posparto y la maternidad hay expectativas poco realistas. ¿Por qué nadie cuenta lo que sucede en realidad?

En nuestra sociedad, tener hijos es un mandato. Parece que todas tengamos que tener y que siempre son un “regalo”. Y para que ello pase, se evita hablar de lo que comporta, tanto física como emocionalmente. La maternidad puede ser a la vez algo maravilloso y algo terrible. No explicar lo que nos pasa cuando tenemos un bebé en realidad es tratarnos de manera infantil.

¿Cómo puede prepararse una mujer que va a enfrentarse al posparto?

Creo que hay tres pilares fundamentales para que el posparto sea vivido lo mejor posible. Es algo que las fundadoras de LactApp aplican a la lactancia materna y creo que también funciona a la perfección en el posparto: información, tener atención por profesionales especializados y actualizados y, no menos importante, contar con una comunidad, que da apoyo y referentes.

¿Cuáles son las mayores dificultades que suelen vivir las mujeres durante el posparto?

Las dificultades físicas son las más evidentes. Y está claro que hay casos en los que pueden ser muy duras. Pero creo que las emocionales son lo que cuesta más de sobrellevar. La culpa se lleva la palma, la sensación de exceso de responsabilidad. El cansancio.

Para muchas mujeres, el establecimiento de la lactancia materna también es un momento complejo. Contar con profesionales especializadas, respetuosas y actualizadas, junto con un ambiente que sume, marca la diferencia.

Cuando hay más hijos, ¿qué influencia tienen en el posparto?

La experiencia es un grado, pero cada posparto es único. Puede que haya más seguridad en una misma o que se hayan tomado medidas que en el posparto anterior no se tomaron. A la vez, cuando hay más hijos en casa suele haber también menos posibilidad de estar tranquila con el bebé, menos tiempo para descansar. Y el descanso es muy importante en el posparto, porque suele ser muy escaso.

¿Cuál es el papel de la pareja en el posparto? ¿Cómo recuperar la relación de pareja?

La pareja es el gran aliado o lo debería ser. Es importante que conozca también cómo es un posparto y lo que significa. No esperar que haya dificultades para intervenir. Si se ha decidido tener un bebé conjuntamente con alguien en una relación, la idea es que no se tenga que recuperar, sino que evolucione. A veces puede costar encontrar ratitos de intimidad, de tranquilidad otra vez. Las relaciones sexuales suelen experimentar un cambio grande. Hablar de ello, comunicarse, explicarse en qué punto se está puede ayudar a no recorrer este camino tan solo y que haya más acercamientos, con o sin sexo.

¿Qué cambios habría que hacer a todos los niveles para acompañar a las mujeres en el posparto?

Seguramente necesitamos como sociedad entender que el cuidado es algo beneficioso. Cuidar no aporta un beneficio económico y por eso es poco valorado. Aporta un beneficio de bienestar, de amor, de salud mental… ¡ahí es nada! Además es necesario. Los humanos, todos, necesitamos ser cuidados en varios momentos de la vida.

Necesitamos también conocer más y mejor todos los procesos fisiológicos, desde pequeños. Nos han explicado una y otra vez para qué sirve el útero y la vagina. Pero, ¿alguien nos ha explicado qué pasa en realidad en el posparto? Pues también es parte de nuestra vida.

Necesitamos deshacernos de mitos, como por ejemplo que dar de mamar debe doler, o que los bebés traen la felicidad bajo el brazo o que, si te empeñas, esta tristeza que tienes se va a ir o que es normal que se te escape el pipí después de tener un bebé.

Necesitamos profesionales especializados y actualizados en los procesos que se viven en el posparto; respetuosos con la voluntad de la madre y de la familia.

Y, por encima de todo, creer lo que nos dicen las madres que están pasando por el posparto. No minimizarlo. Aprendemos a esconder ciertas cosas porque parece que así es más fácil.