Madre con su bebé en la consulta del pediatra©AdobeStock

Crianza

Dr. Jorge Muñoz: “Los padres de hoy tienen demasiada información”

El pediatra acaba de publicar su libro Doctor, ¿y ahora qué?, un manual práctico con preguntas que suelen hacerse en consulta y que el experto contesta con cercanía y sentido del humor.

El Dr. Jorge Muñoz lleva varias décadas siendo pediatra. Ha recibido en su consulta a cientos de padres con dudas, inquietudes y miedos acerca de la salud de sus hijos. Y ahora también habla de todo ello a través de las redes sociales (@jorgemunozpediatra en Instagram).

Con las más frecuentes ha escrito el libro Doctor, ¿y ahora qué? (Ed. Espasa), donde recoge esas preguntas que se han ido repitiendo a lo largo de los años y también alguna que otra sorprendente curiosidad.

En el libro comenta que la empatía es terapéutica. ¿Cómo ha logrado desarrollarla con los padres primerizos de su consulta?

Influye el carácter de la persona y también saber escuchar. En Pediatría hay que saber escuchar muchísimo; un porcentaje altísimo de una consulta de Pediatría general es escuchar y en un 75% hacer de psicólogo. Esa empatía acaba siendo terapéutica porque si los papás confían en ti como médico al final la cura llega más fácil.

¿Cómo elegir un pediatra con el que conectes?

Hay pediatras fantásticos a los que les cuesta más conectar con las familias y otros que contactan bien. En mi caso, mis pacientes vienen a verme al trabajar en la sanidad privada y hacen un gran esfuerzo. ¿Cómo no voy a escucharles y mimarles con cariño? Los padres agradecen mucho la cercanía. Cuando entran a mi consulta, yo no solo pregunto por el niño sino por cómo están todos los familiares. Y en madres recientes estoy más pendiente en la primera visita de ellas. Hay que intentar ser cercanos.

En la obra aconseja que los padres elaboren una lista de preguntas antes de ir al pediatra...

Sí. Es curioso cómo con el primer hijo te llevas unas cuantas páginas de preguntas, y con el segundo ya casi ni traen preguntas. El primerizo siente mucha responsabilidad, tiene dudas y puede que sienta vergüenza de llevar su lista. Pero les da tranquilidad. Yo doy mi móvil a los padres. Se trata de que al final del día se sientan acompañados y que sepan que pueden contar conmigo. De ahí la idea del libro: que los lectores se encuentren con una herramienta más.

Portada del libro 'Doctor, ¿y ahora qué?'©Espasa

El libro está lleno de anécdotas, pero ¿nos tomamos los padres con demasiada seriedad la crianza de los hijos?

El tipo de padres que vemos ahora tiene demasiada información, y cuanta más información tenemos, paradójicamente más desinformados estamos. Son padres en la treintena, que se lo cuestionan todo, con acceso a redes, que quieren ser los mejores padres... Pero debemos dejar que el niño se equivoque, se tropiece, se frustre. A veces queremos criar bien y estamos malcriando. Deberíamos volver a la generación de nuestros padres en la que no había tanta información, y tanto padres como hijos aprendíamos de los errores.

¿Cómo gestionar ese exceso de información, incluso a veces contradictoria?

En Pediatría vas a encontrar profesionales con mucha diversidad de opinión. ¿Cómo te enfrentas a eso? Yo les digo que me ‘echen la culpa’ de todo. ‘A mí mi pediatra me ha dicho esto’. No obstante, yo trabajo con un abanico de acción que doy a los padres para que tengan distintas posibilidades en las que se encuentren cómodos y puedan trabajar. Es una cuestión de confianza.

¿Han cambiado las preocupaciones de los primeros padres que acudían a su consulta en relación a las actuales?

Han ido cambiando con el tiempo. Ahora con tantas separaciones entre las parejas, es muy frecuente que alguno de los padres te llegue a la consulta diciéndote que su ex hace algo que no comparte. Si omitimos esto, también ha ha habido un cambio por el exceso de información. Hace 20 años no se replanteaban lo que tú decías; ahora en cambio sí te pueden preguntar si estás seguro del diagnóstico.

¿Cree que bajo esa aparente seguridad no hay también cierta inseguridad de los padres?

Es así. Yo, por ejemplo, no sé nada de mecánica o de electricidad y por eso me fío del mecánico y del electricista. Pero todo el mundo parece que sabe algo de Medicina, como pasa con el fútbol. Esto puede hacer que te encuentres con padres que parecen seguros, pero que en el fondo son inseguros porque se lo cuestionan todo. Cuando veo a padres muy insistentes, yo les digo que se dejen llevar y los tranquilizo comentándoles que se preocupen cuando me vean a mí preocupado, mientras no. El médico tiene también una labor que hacer con estos padres.

¿Cuáles son los miedos más frecuentes con respecto a la salud de los hijos?

Más que las enfermedades muy graves, son la fiebre y el atragantamiento, que preocupa mucho cuando inician la alimentación complementaria, y ahora más con el Baby Led Weaning.

¿Qué cualidades necesitan los padres para afrontar bien la crianza y el cuidado de los hijos?

Me quedaría con el sentido común, que no todo el mundo lo tiene. Y con la tranquilidad, que es difícil. Nos podemos poner nerviosos por cosas que no merece la pena, y esto lo percibe el niño.

¿Cómo le ha influido su experiencia como cooperante para ejercer la Pediatría de vuelta en España?

Me costaba más al principio. Llevo haciendo cooperación unos 15 años y he estado en varios sitios; el más duro, la República del Chad. Allí estás en el terreno, con situaciones extemas y luego llegas aquí y, tras unos días que necesito para acostumbrarme, me ‘cambio la careta’ y escucho otro tipo de problemas. He viajado también a Senegal y a Sudamérica y, aunque mi trabajo diario está en Palma de Mallorca, siempre tengo alguna escapada pendiente por egoísmo: me hace sentir muy bien y es estupendo poder ayudar a gente que está tan mal.


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