Finalmente Gina se decantó por un vestido de corte lencero, tirante ancho, escote de pico delantero y en la espalda y corte a la cintura. La parte superior de la prenda, de un tono más beis, estaba decorada con pequeños bordados florales en blanco; la falda, de silueta A, confeccionada en crepe, era completamente lisa. A lo largo de las cuatro o cinco pruebas que hicieron, fueron definiendo el resto del look y decidieron que la novia llevaría una capa de seda, sobria y muy elegante, que ocultaba el detalle de la parte superior que solo quedó a la vista durante el baile.