Robbie Williams revela que padece síndrome de Tourette: qué es y cómo se desarrolla este trastorno


Hablamos con dos expertos sobre esta enfermedad que también padecen otros personajes conocidos, como los cantantes Lewis Capaldi o Billie Eilish


Primer plano de Robbie Williams en El Hormiguero© El Hormiguero
2 de octubre de 2025 - 11:58 CEST

Cada vez son más los rostros conocidos que comparten sus problemas de salud con sus seguidores, normalizando situaciones que, sin duda, pueden afectar a otras personas. El último ha sido el cantante Robbie Williams, quien ha revelado en el primer episodio de la nueva temporada del pódcast I'm ADHD! —presentado por Paul Whitehouse y la doctora Mine Conkbayir— que convivía en secreto (al menos hasta ahora) con el síndrome de Tourette. A sus 51 años, el cantante británico describe esta condición como “intrusiva”, con arrebatos que, en su caso, no se manifiestan físicamente, pero que se traducen en pensamientos tan intensos que ni siquiera el clamor de miles de fans logra silenciarlos.

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El cantante de Rock DJ también apuntaba en dicha plataforma que ha sido diagnosticado con TDAH y que se hizo una prueba de autismo que dio negativo, pero que sí reveló que tenías rasgos autistas, y que ha querido comprender por qué se siente tan mal consigo mismo cuando sale de la cama. "Cualquier lugar fuera de la cama es una zona incómoda para mí", explicaba el británico, que sobre ese lugar que considera su zona de confort y que cuando abandona le provoca ansiedad.

“Me he dado cuenta de que tengo síndrome de Tourette, pero no lo expreso. Son pensamientos intrusivos que ocurren”, confiesa. “El otro día, caminando por la calle, entendí que esos pensamientos forman parte del espectro del Tourette. Simplemente no los libero. Y lo más curioso: uno pensaría que un estadio lleno de gente gritándote su amor serviría de distracción, pero lo que sea que tengo dentro, no lo escucho. No puedo asimilarlo”.

© Getty Images

Otros famosos que padecen el Síndrome de Tourette

Robbie Williams no es el único rostro conocido que ha hecho público que padece este problema. Es el caso del cantante Lewis Capaldi, a quien esta condición médica le obligaba a cancelar su gira mundial y retirarse de forma temporal de los escenarios. Así, el músico explicaba en un comunicado que necesitaba pasar mucho más tiempo poniendo en orden su salud mental y física.

El cantante sufría un brote de la enfermedad que padece en medio de un concierto en la ciudad alemana de FrankfurtEl británico interpretaba su tema Someone You Loved, cuando comenzó a sufrir los efectos y el público no dudó en acompañarle haciendo incluso los coros. “Para mí no es ningún tipo de problema. Estoy completamente bien”, reconocía entonces ante las 15.000 personas que llenaban el estadio donde actuaba el artista. Pero poco a poco ha ido comprobando cómo este trastorno puede llegar a condicionar sus actuaciones. Y es que puede llegar a tener visibles dificultades para poder cantar y finalizar su repertorio de temas. "Aún estoy aprendiendo a adaptarme al impacto de mi Tourette y el sábado se hizo evidente que necesito pasar mucho más tiempo poniendo en orden mi salud mental y física para poder seguir haciendo lo que amo durante mucho tiempo", ha señalado en un comunicado.

Otra de las personas que anunció que sufre este trastorno fue la cantante estaodunidense Billie Eilish, quien habló sobre el síndrome de Tourette que padece, un trastorno que se manifiesta por medio de tics o movimientos repetitivos, y que le fue diagnosticado cuando era una niña, con apenas 11 años. Desde aquel momento, le ha tocado aprender a convivir con este problema, aunque ella misma ha reconocido que es algo “agotador”. "Mis tics son solo físicos y no son súper evidentes para otros si no prestas especial atención. Pero creedme, tenerlos es un tipo completamente diferente de miseria. Mi Tourette hace que las cosas sencillas sean muchísimo más duras", explicaba en una entrevista con David Letterman.

"Algunas cosas hacen que mis tics sean más intensos, pero es algo con lo que he crecido y me he acostumbrado. Mi familia y mis amigos más cercanos saben que ya es parte de mí. Nunca dejo de tener tics. Los que tengo constantemente, durante todo el día, muevo la oreja hacia atrás, levanto la ceja, hago sonar la mandíbula, flexiono este brazo, flexiono estos músculos...", cuenta.

© Getty Images
Billie Eilish es uno de los rostros conocidos que ha reconocido padecer Síndrome de Tourette

¿En qué consiste este síndrome?

Para entender mejor en qué consiste este problema de salud, hemos querido contar con la ayuda de los expertos. “Es una enfermedad que se inicia en la infancia, antes de los 21 años y que habitualmente empieza a manifestarse hacia los 7 años de edad. Hay niños que con 4 o 5 años ya pueden manifestar sus primeros tics, que son el síntoma neurológico guía en el diagnóstico. Pero la mayoría de los niños y niñas empiezan a manifestar sus primeros tics entre los 6 y los 7 años de vida”, nos cuenta el doctor Javier Pagonabarraga Mora, especialista en Neurología en Barcelona, médico adjunto de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital de Sant Pau y jefe del servicio de Neurología de la Clínica Dr. Romeu, y miembro de Top Doctors.

“El trastorno toma el nombre del neuropsiquiatra francés Gilles de la Tourette, que describió sus síntomas a fines del siglo XIX. Se trata de movimientos involuntarios y repetitivos (tics) de la cara, de los brazos, de los miembros o del tronco, que se producen de manera frecuente, repentina y rápida”, nos cuenta por su parte la psicóloga clínica Pilar Guerra Escudero.

Mis tics son solo físicos y no son súper evidentes para otros si no prestas especial atención

Billie Eilish

¿Cuáles son los síntomas con los que se manifiesta?

Pilar Guerra detalla que se han detectado dos tipos de tics asociados al Síndrome de Tourette (ST):

  • Tics motores: movimientos repentinos y aparentemente incontrolables, como pestañeo exagerado, muecas, sacudidas de la cabeza o encogimiento de los hombros.
  • Tics vocales: como aclararse la garganta, aspirar por la nariz o murmurar.

Coincide y profundiza en ellos el especialista en Neurología. “Los síntomas motores son movimientos bruscos, acelerados, de corta duración e involuntarios, que aparecen predominantemente en la región de la cara, del cuello y de los hombros. Y que los más característicos son el parpadeo involuntario de los ojos, muecas con la boca, movimientos con los hombros, con el cuello, que a veces son bruscos y generan malestar a los niños que lo tienen", nos explica. Mientras, "los tics fónicos, que muchas veces son necesarios para el diagnóstico, son ruidos que se emiten de manera involuntaria, y los más frecuentes son sonido carraspeo, ruido se aspirar mucosidades, ruiditos como gritos, ruidos involuntarios. Y en casos más graves, aunque esto solo sucede en el 10-15% de los pacientes, pues llegan a emitir palabras involuntarias, ya sea el nombre de objetos que ven, que se llaman vocalizaciones, o en el caso un poquito más grave, pronuncian insultos, lo que se llama coprolalia. Pero la coprolalia, aunque sea muy famosa, aparece en un 10-15% de los niños, esa necesidad imperiosa de decir palabrotas”, nos cuenta el doctor de Top Doctors.

Eso sí, el doctor apunta una idea importante: no toda la gente que tiene tics cumple con el diagnóstico de Síndrome de Tourette. Hay que tener en cuenta que los tics de este síndrome son frecuentes, cambiantes, lo que quiere decir que a lo mejor durante unos meses quienes lo padecen tienen un tipo de tics y luego cambian a otro, y son tics que persisten en el tiempo, no son tics que permanecen 6 u 8 meses y luego desaparecen, sino que tienden a estar presentes en su vida, especialmente durante la infancia. Hacia los 10, 12 o 14 años pueden intensificarse, y luego pueden disminuir.

Los síntomas motores son movimientos bruscos, acelerados, de corta duración e involuntarios, que aparecen predominantemente en la región de la cara, del cuello y de los hombros.

Javier Pagonabarraga Mora, neurólogo

 ¿Un síndrome vinculado con otros trastornos?

Uno de los aspectos que tenemos que tener en cuenta es si se trata de un problema que aparezca solo o en combinación con otros trastornos. Pilar Guerra nos anticipa que generalmente este trastorno suele asociarse a otras afecciones como problemas de atención (TDAH/TDA), impulsividad (y trastorno desafiante de oposición), conducta obsesiva compulsiva y trastornos de desarrollo del aprendizaje.

Así nos lo confirma el neurólogo, quien nos cuenta que “aparte de los tics motores y fónicos, que ya de por sí pueden ser muy graves, porque cansan a quien los padece, y tienen un impacto en su relación social con sus amigos o con su familia, no todos ellos, pero aproximadamente entre un 30 y un 40% de las personas con síndrome de Tourette, también pueden tener Trastorno con Déficit de Atención e Hiperactividad, que es más frecuente en el Tourette que en la población general, y que puede dar problemas de rendimiento académico, con una tendencia a tener dificultad para concentrarse en clase, para organizar las tareas, para tener el material ordenado…”. 

Pero es que, además, también algunos pacientes con Tourette pueden tener rasgos obsesivos compulsivos, que si son muy graves acaban cumpliendo los criterios de Trastorno Obsesivo Compulsivo. “Muchos de ellos tienen tendencia a tener pensamientos recurrentes en su mente, en relación a eventos negativos que han pasado en el día a día, y tienen ideas de dudas, de comprobación, de si han hecho algo bien, de si han cerrado la ventana de su habitación… esas ideas intrusivas u obsesivas pueden darles problemas”, nos explica el especialista.

“Como es de inicio en infancia-adolescencia, es importante seguir el evolutivo para ver la gravedad y el mantenimiento en el tiempo, así como vigilar la aparición de síntomas asociados a otros trastornos que suelen aparecer como hiperactividad, trastorno obsesivo compulsivo o trastornos del aprendizaje”, añade por su parte Pilar Conde, directora técnica de Clínicas Origen.

© Adobe Stock

Cuáles son las posibles causas de este síndrome

Los expertos que han buceado en las causas posibles de la aparición de este síndrome apuntan hacia la genética, aunque lo cierto es que no hay certeza de las causas concretas. “El síndrome de Tourette es una afección del sistema nervioso (el cerebro y los nervios) que tiene un componente genético, ya que suele haber un historial de tics, síndrome de Tourette, TDAH o TOC en la familia. Hoy en día se desconoce la causa exacta del síndrome de Gilles de la Tourette, pero algunas investigaciones apuntan a cambios en el cerebro y a problemas con la forma en que se comunican las células nerviosas o con los neurotransmisores (sustancias químicas del cerebro que transportan señales nerviosas de una célula a otra)”, nos detalla Pilar Guerra.

El doctor Pagonabarraga Mora hace hincapié en la clara influencia genética de este trastorno. “Tiene una alta heredabilidad, de tal manera de que cuando visitamos a pacientes con Tourette, con tics motores y fónicos, muchas veces vemos que alguno de los padres o los tíos también tienen tics. Hay una base genética importante en esta enfermedad, que confiere un estado de vulnerabilidad”, nos detalla.

Y luego, influyen ciertos ambientes con muchos estresores, familias con una situación de tensión familiar por algún motivo, pueden hacer que los tics se manifiesten de manera más clara. Pero la causa de la enfermedad fundamentalmente es genética. “En alguna época se había hablado de que quienes habían tenido muchas faringitis de repetición, como respuesta inmunológica a los estreptococos que las provocan, se había postulado que algunos niños con Tourette lo que tienen son anticuerpos contra estos gérmenes, y eso habría la posibilidad de un tratamiento con inmunoglobulinas o con inmunoterapia. Pero la verdad es que, desgraciadamente, a día de hoy esto no se ha conseguido demostrar y este tratamiento no es eficaz, y la medición de estos anticuerpos contra estos gérmenes no es algo que se haga en la práctica clínica diaria”, matiza el especialista.

Lo que sí se ha estudiado, tal y como confirma Pilar Guerra, es que este síndrome afecta a los hombres entre 3 y 4 veces más que a las mujeres.

Tiene una alta heredabilidad, de tal manera de que cuando visitamos a pacientes con Tourette, con tics motores y fónicos, muchas veces vemos que alguno de los padres o los tíos también tienen tics

Javier Pagonabarraga Mora, neurólogo

Un problema de gran impacto emocional

Como hemos podido ver en el caso de los rostros conocidos que han decidido compartir su experiencia, no hay duda de que quienes lo padecen pasan muchos años con tics que generan un impacto emocional importante. “No es extraño que algunos, como Billie Eilish reconozcan que es agotador, porque estos tics son movimientos involuntarios, contra los cuales tienen que luchar, forma parte de su vida el aprender a reconocerlos, aprender a intentar buscar una salida alternativa que les permita vivir una vida más normalizada en el entorno familiar y social. No queremos transmitir un mensaje desolador, pero sí el mensaje de que el paciente con tics merece una atención médica muy personalizada, intentando explicar qué le pasa e intentando buscar soluciones, tanto con fármacos si hace falta, como con distintas terapias psicológicas para que el niño conozca sus tics e intente buscar soluciones alternativas a ese movimiento o ese sonido involuntario que él no quiere tener”, recomienda el doctor Pagonabarraga.

“A menudo, las personas con síndrome de Tourette llevan vidas sanas y activas. Sin embargo, el síndrome de Tourette con frecuencia involucra desafíos de comportamiento y sociales que pueden afectar a la autoestima, ya que la reacción más común ante los tics es que la gente se ría. Las personas con este síndrome van a ser juzgados por el mundo y, en muchos casos, deben buscar ayuda y apoyo. Además, quien lo padece asegura ser agotador, sobre todo, cuando pasan tiempo con otras personas, ya que muchos pacientes intentan contener los tics, aunque no siempre lo consigan. Notan el cansancio, sobre todo, en comparación con los días en los que no se reprime porque se quedan más en casa”, coincide Pilar Guerra.

¿Qué pronóstico tiene una persona a la que se le diagnostica este problema?

Lo cierto es que la psicóloga clínica nos detalla que el síndrome de Gilles de la Tourette puede mantenerse de por vida, con altibajos en su frecuencia e intensidad, aunque muchos pacientes con ST mejoran una vez pasada la adolescencia. Así, recientes estudios indican que el 60-75% de los adolescentes presentan una mejoría de los síntomas y entre el 10 al 40% de los adultos experimentan una remisión. Pilar Guerra nos resume algunas de las estrategias para abordar el problema:

Es necesario que un especialista (pediatra, neuropediatra, neurólogo y/o psiquiatra infantil) lleve a cabo una evaluación y seguimiento del niño diagnosticado para descartar otros trastornos como el déficit de atención e hiperactividad, obsesivo-compulsivo y trastornos del aprendizaje. 

También existe un tipo de terapia conductual llamada intervención conductual integral para los tics (ICIT), que puede ayudar a controlar a algunos niños mayores o reducir el número o la gravedad de los tics. Incluye la terapia cognitivo-conductual, como la inversión del hábito (aprender un nuevo comportamiento para reemplazar el tic), la educación acerca de los tics, y técnicas de relajación.

También hay tratamientos farmacológicos para controlar los tics que interfieren en las actividades diarias y en el funcionamiento. Aunque si los tics no son graves, posiblemente, no requieran tratamiento.

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