Después de los 40, tonificar el cuerpo puede parecer imposible. Pero no tiene por qué ser así. Carolina López-Tejero, psicóloga, experta en yoga y pilates, y fundadora del método Swan by Carolina, propone una forma completamente distinta de entrenar: más suave, más elegante y profundamente transformadora.
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Entrenar a partir de los 40, ¿misión imposible?
De entrada, la experta nos cuenta que el cuerpo no responde de la misma manera al ejercicio cuando tenemos 30 años o pasamos de los 40. De hecho, nos explica que es normal que a partir de esta edad, zonas como los glúteos, el abdomen o los brazos sean mucho más difíciles de trabajar y de obtener los resultados que esperamos. Por ello, muchas mujeres creen que la única solución es entrenar más duro. Sin embargo, a partir de los 40, el entrenamiento que más resultados da no es el de la exigencia, sino el de la conexión. "No se trata de agotarse, sino de moverse con intención y alegría", afirma Carolina López-Tejero, fundadora del método Swan by Carolina, una app de bienestar femenino que ya siguen miles de mujeres.
Así, la propuesta de esta experta en fitness parte de una verdad que a veces nos cuesta creer. Y es que, como afirma, el cuerpo puede transformarse a cualquier edad, siempre que lo trates con respeto, constancia y cariño. Sus entrenamientos, inspirados en el ballet, el pilates y la conciencia corporal, se alejan del impacto y el castigo. A cambio, ofrecen movimientos elegantes, muchas repeticiones y resultados visibles… sin agotamiento.
Después de los 40, el cuerpo comienza a experimentar cambios hormonales que afectan directamente al metabolismo y la masa muscular
¿Por qué cambia el cuerpo a partir de los 40?
Según explica Carolina, "después de los 40, el cuerpo comienza a experimentar cambios hormonales que afectan directamente al metabolismo y la masa muscular". Esto explica por qué zonas como el abdomen, los glúteos o los brazos parecen “resistirse” más a tonificarse. Pero lejos de verlo como un obstáculo, ella lo entiende como una oportunidad para reconectar con el cuerpo desde otro lugar: más consciente, más femenino, más empoderado.
"La intensidad desmedida no es la solución. El secreto está en moverse todos los días, aunque sea un poco", añade.
¿Cómo entrenar las zonas rebeldes a los 40: glúteos, abdomen y brazos?
Las zonas más difíciles de trabajar, según Carolina, son las que más reflejan los efectos del cambio hormonal: abdomen, glúteos y brazos. “Pero eso no significa que no respondan”, afirma. El método Swan propone ejercicios de alta repetición y bajo impacto, diseñados específicamente para activar profundamente estas zonas sin machacarse.
"Trabajamos con secuencias que exigen coordinación, equilibrio, gracia y fuerza", explica. Así, por ejemplo, el equilibrio no solo mejora la postura, sino que activa el core y obliga al cuerpo entero a implicarse, generando una tonificación global.
Es una forma de activar hormonas que te hacen sentir bien. Los movimientos inspirados en el ballet estilizan, despiertan la energía, la confianza y la vitalidad
Abdomen
Otro de los puntos clave del método de Carolina es la renuncia al abdominal tradicional. “El abdomen se activa cuando todo el cuerpo participa del movimiento”, defiende. En lugar de hacer crunches, su propuesta incluye sentadillas, peso muerto, posturas de equilibrio y movimientos que conectan el centro del cuerpo con la respiración y la música.
Esto no solo tonifica, sino que mejora la postura, la coordinación y la estabilidad general. En sus propias palabras: "Esa repetición elegante, casi coreográfica, inspira al cuerpo a mantenerse fuerte, flexible y vital."
Piernas y glúteos
Para tonificar piernas y glúteos, Carolina propone una fórmula eficaz y más amable: muchas repeticiones, pesas ligeras, movimientos fluidos e intencionales, y música que eleve el ánimo. Sus clases integran elementos de ballet y calistenia que esculpen sin sobrecargar.
"En Swan, esculpimos las piernas y glúteos desde lo sensual y lo femenino, sin impacto ni sobrecarga, pero con un enfoque que desafía al cuerpo de forma segura", dice. El resultado es un entrenamiento que se disfruta y que funciona.
Brazos
En esta etapa de la vida, brazos y espalda pueden perder tono con rapidez si no se trabajan. Pero tampoco hace falta levantar grandes cargas. Carolina recomienda pesas ligeras y secuencias rítmicas acompañadas de música, para estimular no solo el músculo, sino también las emociones.
"No solo es un entrenamiento físico", aclara. “Es una forma de activar hormonas que te hacen sentir bien. Los movimientos inspirados en el ballet estilizan, despiertan la energía, la confianza y la vitalidad”.
A partir de los 40, no se trata de entrenar más, sino de entrenar mejor. Y eso significa moverse cada día desde la conexión y el disfrute.
No hay que entrenar duro para ver resultados
Carolina insiste en que no hay que entrenar de forma intensa si se quieren ver resultados. De hecho, asegura que a partir de los 40, no se trata de entrenar más, sino de entrenar mejor. Y eso significa moverse cada día desde la conexión y el disfrute.
“No buscamos agotamiento, buscamos conexión. El movimiento puede ser tu medicina. Y a partir de los 40, es más necesario que nunca hacerlo desde el placer, no desde la exigencia”, afirma.
Por ello, el método Swan no se centra solo en el cuerpo. Propone un enfoque holístico, donde cada sesión es una oportunidad para reconectar con una misma. "Cada entrenamiento es un momento para ti, para cuidarte desde el amor y la conciencia", señala Carolina.