Así te engaña tu cerebro cuando vas a tomar una decisión

En psicología, se emplea la palabra sesgos cognitivos para definir aquellos 'atajos' que toma la mente para decidirse

por Nuria Safont
Chicas paseando

Imagina que tu cerebro es un superordenador que, a veces, toma atajos para procesar toda la información que recibe. Pues bien, estos atajos son los sesgos cognitivos, una especie de filtro que nos ayuda a tomar decisiones rápidamente, pero que no siempre son las más acertadas, ya que pueden no corresponderse con la realidad. "Un sesgo cognitivo es una distorsión en el pensamiento que ocurre cuando procesamos e interpretamos información. Los sesgos son resultado de la manera en que nuestro cerebro procesa la información de manera eficiente, pero no siempre precisa", nos explica la psicóloga Leyre Martínez de www.mundopsicologos.com.

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La experta repasa aquellas situaciones que nos puede llevar a crear estos sesgos: 

  1. Limitaciones cognitivas: nuestro cerebro tiene capacidades limitadas de procesamiento de información. Los sesgos pueden surgir como un atajo para tomar decisiones rápidas sin emplear recursos mentales extensos.
  2. Expectativas y experiencias previas: nuestras expectativas, basadas en experiencias pasadas, pueden influir en cómo interpretamos y recordamos.
  3. Emociones y estados de ánimo: las emociones afectan la manera en que procesamos información y tomamos decisiones. Por ejemplo, cuando estamos excesivamente felices, podríamos subestimar los riesgos .
  4. Presiones sociales: la influencia de los demás y las normas sociales pueden llevarnos a conformarnos con ciertas creencias o comportamientos, lo que puede distorsionar nuestra percepción.
  5. Estructura del entorno de información: el modo en que la información es presentada o la fuente de donde proviene también puede influir.

"Los sesgos cognitivos son una parte natural del procesamiento humano de la información y, aunque pueden llevar a errores en el juicio y la toma de decisiones, también son mecanismos que permiten que las personas tomen decisiones eficientes entre tanta información", añade. 

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Tipos de sesgos cognitivos

No hay un solo sesgo cognitivo, sino muchos y cada uno de ellos tiene su peculiaridad, afirma Martínez que, a continuación, nos detalla cuáles son estos diferentes tipos de sesgos:

  1. Sesgo de confirmación: podría decirse que llevas unas gafas que solo te permiten ver la realidad según tu perspectiva. Por ejemplo, si buscas información de una marca pero ya vas con prejuicios, probablemente, lo único que encuentres serán reseñas negativas. 
  2. Efecto anclaje: en esta ocasión, el primer dato que ves marca tus decisiones futuras. Un ejemplo de ello sería el precio de un coche que te quieres comprar. La primera búsqueda te marca un precio de 30.000 euros. Cualquiera que esté por debajo te parecerá una ganga, aunque no lo sea.
  3. Sesgo de disponibilidad: ocurre cuando le das demasiada importancia a la última información que recibiste. Por ejemplo, si ves noticias sobre un accidente aéreo, podrías empezar a pensar que volar es más peligroso de lo que es en realidad.
  4. Efecto Dunning-Kruger: ocurre a las personas que saben poco pero que, en realidad, piensan que tienen toda la información necesaria sobre un hecho, situación, afición, etc. Por ejemplo, alguien que ha hecho un curso de sumiller se cree que ya es todo un experto en vinos. 
  5. Sesgo de retrospectiva: es como ver el pasado con gafas de adivino. O, lo que es lo mismo, 'a toro pasado...'. Este sesgo explica las actitudes de algunas personas que, cuando ya ha sucedido algo, aseguran que estaban convencidas de que iba a ocurrir. 
  6. Sesgo de status quo: prefieres que las cosas se queden como están, incluso cuando cambiar podría ser mejor. 
  7. Sesgo de grupo: cuando en una reunión todos parecen estar de acuerdo, puede ser difícil expresar una opinión diferente, aunque creas que la decisión que se está tomando no es la mejor.

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Impacto de los sesgos cognitivos

Los sesgos no solo afectan cómo vemos el mundo y tomamos decisiones individuales, sino que también pueden influir en eventos importantes y decisiones de grupo, llevando a veces a errores significativos en el ámbito empresarial, político y personal.

"Pueden afectar significativamente nuestra percepción de la realidad y el proceso de información", nos comenta la experta en psicología quien nos explica algunos de los sesgos cognitivos que ha registrado la ciencia:

Percepción distorsionada. Los sesgos cognitivos pueden llevar a una interpretación errónea de la realidad. Esto puede resultar en una visión de mundo sesgada o incompleta.

Toma de decisiones. Algunos sesgos pueden influir en las decisiones al hacer que las personas se basen demasiado en la primera información que reciben o en la información que es más reciente o emocionalmente impactante. Esto puede llevar a decisiones subóptimas que no consideran todas las alternativas o toda la evidencia disponible.

Recuerdo selectivo. El sesgo de retrospectiva y otros similares afectan la forma en que recordamos eventos pasados, haciéndolos parecer más predecibles o racionales de lo que realmente fueron.

Interacciones sociales. Los sesgos como el de grupo pueden afectar la dinámica de grupo y la toma de decisiones en entornos sociales y profesionales. Esto puede llevar a un pensamiento de grupo, donde las decisiones se toman no basadas en argumentos racionales, sino en el deseo de conformidad y armonía dentro del grupo.

Evaluaciones de riesgo. Esto puede hacer que las personas subestimen o sobreestimen los riesgos, llevando a comportamientos imprudentes o excesivamente cautelosos.

Polarización y conflictos. Las personas pueden llegar a conclusiones extremas y resistirse a la información que podría moderar sus puntos de vista, lo que dificulta el diálogo y la resolución de conflictos.

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Cómo evitar los sesgos cognitivos

Para combatir los sesgos, es aconsejable conocerlos, saber qué existen y reflexionar sobre si, a la hora de tomar una decisión, nos puede estar jugando una mala pasada uno de esos sesgos cognitivos. La experta también aconseja, tomarse tiempo para tomar decisiones y revisar las ya tomadas también puede ayudar a reducir el impacto de los sesgos. 

Asimismo, "la inteligencia emocional puede ayudarte a gestionar estos sesgos. Si eres capaz de entender y manejar tus emociones, podrás notar cuándo tus sentimientos están influyendo en tus decisiones o percepciones, permitiéndote tomar mejores decisiones", concluye psicóloga Leyre Martínez de www.mundopsicologos.com.

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