Con la bajada de temperaturas, hay recetas que reconfortan incluso antes de probarlas. La sopa de pollo con verduras y fideos es una de ellas: ligera, nutritiva, rica en proteínas y perfecta para fortalecer el organismo en los meses fríos. No es casualidad que lleve generaciones siendo un remedio casero frente a catarros y estados de cansancio: hidrata, calienta y aporta energía de forma equilibrada.
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Esta versión está pensada para quienes quieren una sopa completa, sabrosa y con un perfil nutricional redondo: pollo, verduras de temporada, caldo aromático y fideos finos que aportan textura y saciedad. Además, es una receta muy flexible, ideal para adaptar a lo que tengas en casa.
Por qué esta sopa es tan nutritiva: beneficios reales
- Proteínas de alta calidad gracias al pollo, fundamentales para el sistema inmunitario.
- Vitaminas A, C y K procedentes de zanahorias, apio y otras verduras.
- Minerales esenciales como el potasio y el fósforo.
- Hidratación profunda por su base líquida, clave en procesos víricos.
- Efecto reconfortante: el caldo caliente ayuda a despejar vías respiratorias.
Sabías que…
Diversos estudios señalan que la sopa de pollo mejora la hidratación y contribuye a reducir la inflamación de las mucosas nasales durante un resfriado.
Hay un dicho popular que reza de la siguiente manera: “las abuelas curan catarros con sopa de pollo”. Este remedio ancestral lo que hace es ayudar, gracias a su caldo caliente y a las proteínas del pollo, a hidratarnos -algo esencial en procesos catarrales y gripales en los que necesitamos beber mucho líquido-, despeja las vías respiratorias y nos reconforta cuando nos sentimos pachuchos.
¿Qué ingredientes necesitas para hacer una sopa de pollo con verduras y fideos?
Son muchas las variantes que admite esta sopa, pero nosotros vamos a emplear como ingredientes en esta ocasión: muslos de pollo, zanahorias, cebolla, apio, caldo. El caldo lo puedes sustituir por agua y aromatizarla con diferentes especias y hierbas aromáticas; también puedes 'tirar' de esos cubitos concentrados -aunque nosotros preferimos optar por algo más natural y casero- y, si no tienes muslos de pollo, nos vale también la pechuga.
¿Cómo hacer sopa de pollo con verduras y fideos?
También las formas de elaborar esta sopa son varias. En algunos casos se rehogan primero los ingredientes para después cubrir con el agua y el caldo. Pero nosotros vamos a optar por poner en una cazuela los vegetales pelados y troceados y el pollo en crudo, y después echar al caldo para proceder a su cocción. Finalmente, sacaremos los muslos para quitarles la piel, deshuesarlos y desmenuzar la carne y volver a introducirla en la sopa. ¿No te parece facilísimo? Con el plus de que no vas a manchar apenas utensilios.
Errores comunes al hacer sopa de pollo (y cómo evitarlos)
- Poner los fideos demasiado pronto: se pasan y absorben todo el caldo.
- No desespumar el caldo: genera impurezas y un sabor más turbio.
- Cocer el pollo a fuego muy alto: queda seco por dentro y duro por fuera.
- Sobre cocinar las verduras: pierden nutrientes y textura.
Variaciones rápidas para personalizarla
- Más proteica: añade garbanzos cocidos o tofu firme.
- Estilo asiático: jengibre, salsa de soja y fideos de arroz.
- Versión antiinflamatoria: cúrcuma y un chorrito de limón.
- Para niños: usa pasta pequeña y evita el apio si no les encanta.
La sopa de pollo casera es uno de esos platos que reconfortan, alimentan y se adaptan a cualquier hogar. Con ingredientes básicos y una elaboración sencilla, puedes obtener una comida completa, nutritiva y perfecta para otoño e invierno. Un gesto que cuida, hidrata, calienta y, sobre todo, sabe a casa.
