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La pasta no suele ser uno de los ingredientes más habituales a la hora de preparar aperitivos. Sin embargo, estos raviolis fritos son ideales para un picoteo delicioso y diferente. No solo eso, sino que los tendrás listos en un abrir y cerrar de ojos. Tan sencillo como sacarlos del envase (siempre deberá ser pasta fresca, eso sí), pasarlos por huevo y pan rallado, y freírlos. ¿Para acompañar? La salsa que más ten guste. Nosotros, hemos optado por la clásica de tomate.
- 500 g de Raviolis frescos de queso
- Aceite de oliva
- Pan rallado
- 2 Huevos
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1.
Batir los huevos.
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2.
Sacar los raviolis frescos del envase y pasarlos por el huevo y, después, por pan rallado.
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3.
Freír en abundante aceite caliente. y escurrir sobre papel de cocinar para retirar el exceso de grasa.
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4.
Disponemos en una fuente los raviolis. Acompañamos con una salsa tomate (mejor si es casera) para 'dipear' en ella los raviolis.