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Enrique Iglesias se ha convertido en una de las figuras más queridas y reconocidas del panorama musical internacional. La vida del hijo pequeño de dos grandes figuras del panorama español como lo son Julio Iglesias e Isabel Preysler, ha estado siempre ligada al interés público.
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Una vida en la que, lejos de dejarse arrastrar por el peso del apellido, Enrique decidió construir su propio camino: el de la música, la discreción y la constancia silenciosa que le han llevado a ser el gran artista que es hoy en día. Con motivo de su 50 cumpleaños, en ¡HOLA! queremos rendir homenaje y ver su recorrido en imágenes con un viaje por el tiempo a través de nuestras portadas más emblemáticas, que lo han visto crecer hasta hoy cumplir medio siglo y que son parte de su historia y la nuestra.
Corría el 17 de enero de 1976 cuando los lectores de ¡HOLA! descubrieron por primera vez al tercer hijo de la pareja más famosa del panorama internacional. En aquella entrañable portada, Julio Iglesias posaba en Manila junto a su esposa Isabel Preysler y sus tres pequeños: María Isabel, José Julio y un muy joven Enrique, que entonces apenas contaba con unos meses de vida. Aquella imagen familiar y luminosa, reflejaba una estampa de felicidad y unidad que quedó grabada en la memoria de miles de lectores. Enrique, vestido a juego con sus hermanos, aparecía en brazos de su madre, ajeno aún a la fama que le aguardaba.
Desde entonces, ¡HOLA! ha acompañado a Enrique a lo largo de cada etapa de su vida: desde su niñez, tras la separación de sus padres, su adolescencia alejada de los focos, sus primeros pasos en la música a escondidas de su padre, hasta su consagración como uno de los artistas latinos más importantes del planeta. Enrique ha crecido siempre con las cosas claras, un objetivo que luchar y cumplir, intentado hacerlo siempre desde la máxima discreción posible.
De los brazos de papá a los juegos en Miami: la infancia feliz de Enrique
Tres años después de su primera aparición, Enrique vuelve a ocupar un lugar protagonista en la portada de ¡HOLA! el 18 de agosto de 1979, cuando en una tierna imagen Julio Iglesias posa con sus hijos durante las vacaciones de verano en su casa de Miami. Aunque la noticia de la separación legal entre Julio e Isabel Preysler ocupaba los titulares, lo que más destacaba era la complicidad entre padre e hijos. Enrique, aún pequeño, aparece feliz, espontáneo, entregado a ese momento de cariño junto a su hermana Chábeli y su hermano Julio José.
Solo unos meses después, en la portada del 19 de abril de 1980, volvemos a ver a un Enrique ya algo más mayor, en un instante cargado de emoción: el reencuentro con su padre en el aeropuerto de Miami tras la boda de Isabel Preysler. El rostro de Julio Iglesias lo dice todo: alegría, amor, quizás nostalgia. Enrique, vestido con camisa blanca, abraza con fuerza, mientras la familia se funde en un momento inolvidable para ellos… y para los lectores que seguían con cariño cada paso de esta familia tan mediática.
El 6 de junio de 1981, ¡HOLA! (Nº 1.919) volvía a reunir a Julio Iglesias e Isabel Preysler para una ocasión muy especial: la primera comunión de sus hijos Chábeli y Julio José. Y, durante el año 1984 Enrique y su familia fueron la imagen de nuestra revista en numerosas ocasiones, en las que vemos la vida en Miami de los pequeños siendo muy felices, así como los reencuentros con sus padres. Con el paso de los años, Enrique crecía y era consciente de la exposición mediática a la que se enfrentaba para entrar en su adolescencia.
A través de los años se ve a unos niños felices en la que sus padres están presentes para construir y crear recuerdos juntos en sus vacaciones. Cuando su madre se acerca a Miami de visita, en Japón haciendo un viaje de ensueño con su padre, en Marbella de nuevo con su madre y familiares y siempre celebrando los cumpleaños por todo lo alto. Unos padres que intentaban transmitir a Enrique la importancia de cuidar a la familia y crear recuerdos para siempre. Así fue como el artista creció en una vida que intentaron que fuera lo más tranquila posible para no perder el foco, rodeado de sus hermanos y familiares y estando presente en la carrera artística de su padre, lo que le nutriría de vivencias y experiencias para poder lanzar posteriormente su propia carrera como artista en solitario.
Así lo contaba en la portada del año 1995, en la que se ve a un adolescente de 20 años que comienza a dar sus primeros pasos en la música, teniendo como inspiración a su padre pero con la claridad de que quería hacer un estilo de música y un camino diferente. Consciente de su privilegio pero sin dejar de trabajar por sus sueños, Enrique pasó años aprendiendo y componiendo canciones en silencio, para posteriormente comenzar a dar sus primeros y discretos pasos en la industria y convertirse tras los años en un gran artista reconocido internacionalmente por sus canciones, sus ritmos y sus temazos.
Tampoco hemos sido ajenos a algunos de los grandes amores de Enrique a lo largo de su vida. Desde sus primeros amores hasta casarse con el amor de su vida con Anna Kournikova, con la que hoy en día tiene tres hijos: los mellizos Nicholas y Lucy y Mary, la última en nacer en el año 2020.
Hoy, al mirar atrás, celebramos la trayectoria de un artista que ha conquistado el mundo, y la de un niño que creció ante nuestros ojos. Entre juegos, veranos en familia y grandes momentos compartidos junto a las dos grandes personalidades que son sus padres. A pesar de la fama, hemos podido conocer a un Enrique que ha sabido mantener intacta su esencia siendo fiel a sí mismo, sin perder el foco que lo ha hecho conseguir todos sus logros y soñar bien alto. Un niño tímido que se convirtió en estrella universal y que desde ¡HOLA! hemos tenido el privilegio de acompañarlo en cada etapa, pudiendo escribir juntos una parte de su historia.