Al igual que su padre, Bertín Osborne, y su hermana mayor, Alejandra, Eugenia Osborne fue una de las protagonistas de la inolvidable fiesta que Möet & Chandon celebró hace unos días en el Palacio de Cibeles de Madrid y de la que ¡HOLA! ofrece un amplio reportaje en su último número.

Por supuesto, el tema recurrente de la noche fue la gran transformación física de su padre, protagonista de la portada de la semana pasada de nuestra revista, en la que el presentador y cantante, de sesenta y ocho años, aparecía luciendo sus tonificados bíceps. “Al ver la portada, ¡me he quedado muerta!”, nos confesó Eugenia, para añadir: “Me ha sorprendido un montón, pero me alegro mucho de ver lo bien que está... Qué suerte tengo, porque, por genética, yo tengo que estar así de bien a su edad”, dijo entre risas.

Psicóloga, diseñadora de joyas, repostera, prescriptora de tendencias de moda y de belleza, Eugenia lanzó hace un año y medio Home O’Clock, su propia línea de ropa y menaje para el hogar, un salto más en la faceta de gurú del estilo de vida que inició con sus recetas saludables. Tras arrasar con sus delantales, tan originales que parecen vestidos, incorporó a su colección una serie de kimonos. Pero su espíritu inquieto no para y, tal y como nos anunció durante la mencionada fiesta, está muy ilusionada por cumplir un deseo que piensa hacer realidad en 2023. “Por ahora es un secreto, es algo que siempre he querido hacer, desde pequeña, y que en enero empezaré, pero es secreto, de momento no voy a revelar nada más“.

Sin parar de sonreír y con un impactante outfit de The 2nd Skin, Eugenia estaba radiante. Prefiere no entrar en detalles, pero admite que ese brillo especial en la mirada es ‘culpa’ de Miguel Barreiro. Divorciada desde el año pasado del padre de sus tres hijos, Juan Melgarejo, el pasado verano rehizo su vida sentimental junto a este abogado y profesor universitario gallego, que trabaja para la ONU, aunque de momento viven su relación a distancia, puesto que debido a su trabajo, Miguel reside un país lejano y exótico.

—Hola Eugenia, ¿por qué vas a brindar esta noche?

—Brindo por que llegue pronto la paz y la estabilidad al mundo, porque parece que nos estamos volviendo todos locos.

—¿Qué planes tienes para estas navidades? ¿Cómo vas a celebrarlas?

—Como siempre, me voy a Jerez e iré también a la casa de mi padre, a Sevilla, o sea que pasaré todas las fiestas con mi familia.

—¿No harás un viaje? ¿Fin de Año también lo pasarás con los tuyos?

—Sí, sí, con mi padre y con los niños. Todas las hermanas juntas, todos los míos juntos... ¡va a ser muy bonito!

—¿Cuál es tu recuerdo más especial de la Navidad?

—Tengo un recuerdo del año antes de que mi madre enfermase, cuando ella, después de cenar, no paraba de bailar. Recuerdo que bailó un vals con mi abuelo, fue muy bonito.

—Siempre tenéis a vuestra madre presente, pero en estas fechas ¿la recordáis de una manera más especial?

—No, la recordamos de una manera especial siempre en verano, en el aniversario. Solemos quedar todas las hermanas o hacemos una fiesta, porque es lo que ella nos dijo: “El día que me muera quiero que hagáis una fiesta”. Por eso, la recordamos sobre todo en esa época del año. Bueno, es verdad que la recordamos todos los días.

—¿Qué ha sido para ti lo mejor de este 2022 que está a punto de terminar?

—Muchas cosas, he conocido a gente maravillosa de muchas partes diferentes de España, que me han aportado mucho y que me han acogido muy bien.

—También que te has vuelto a ilusionar, ¿no?

—Sí, claro, eso sobre todo (ríe).

—¿Miguel no ha podido acompañarte esta noche?

—No, no ha podido, no vive en España, vive fuera.

—¿Dónde?

—(Sonríe y hace el gesto de guardar silencio) Muchas gracias.