Las mejores escapadas a menos de una hora de Cuenca

OSOS EN EL HOSQUILLO

Distancia desde Cuenca: 56 km, 60 minutos

En la serranía de Cuenca, en la confluencia del río Escabas y el arroyo de Las Truchas y entre pinares y vistosas torcas, este agreste refugio natural conocido como El Hosquillo es el hábitat de osos pardos, los auténticos protagonistas. Pero también lo habitan lobos ibéricos, junto con otros mamíferos y rapaces como el buitre leonado. Un parque cinegético al que se accede desde el Centro de Interpretación (parqueelhosquillo.com), abierto los fines de semana y días festivos, donde es necesario hacer una reserva previa (en 2022 cierran el 8 de diciembre para volver a abrir en marzo). Las visitas al parque son siempre guiadas por monitores que nos conducen al museo, el centro de interpretación y los recintos donde se ve a los animales en régimen de semilibertad. El recorrido completo dura de dos horas y media a tres horas.

Parajes naturales de Cuenca donde desconectar y ser feliz

LAGUNA DE UÑA

Distancia desde Cuenca: 36 km, 34 minutos

A más de mil metros de altitud encontramos esta laguna, junto al pequeño pueblo del mismo nombre, en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca. Un espacio que recibe las aguas del arroyo Rincón, afluente del Júcar, con la vegetación típica de los humedales. Da cobijo a numerosa fauna, especialmente acuática, pero también aves rapaces, incluso es posible encontrarse en las inmediaciones algún ciervo o gamos. Dos sencillos senderos, uno de 3,5 kilómetros y otro 9, la recorren con varias pasarelas de madera junto al agua y miradores. En la laguna no está permitido el baño, al ser un espacio protegido, aunque sí la pesca con el debido permiso.

BELMONTE Y SU CASTILLO

Distancia desde Cuenca: 96 km, 1h. 10’)

En un cerro sobre la población de Belmonte, y unido a ella mediante una larga muralla, se encuentra este castillo que el marqués de Villena se hizo construir a capricho. Una perla gótico-mudéjar de  interiores decorados con espléndidos artesonados mudéjares y filigranas escultóricas. Con el paso de los siglos se fue deteriorando pero sus actuales propietarios, la familia Fitz-James Stuart, han vuelto a recuperar su esplendor pasado, restaurándolo y musealizándolo para que hoy en día pueda visitarse (castillodebelmonte.com).

Muchos son los que se acercan hasta aquí atraídos por la fortaleza y luego descubren también la monumental localidad, recorriendo sus calles y plazas, asomándose a la colegiata y al vecino palacio, a la pequeña catedral o la monumental puerta de Chinchilla.

Dos castillos (o tres) en una ruta insospechada por Cuenca

MONASTERIO DE UCLÉS

Distancia desde Cuenca: 76 km, 50 minutos

El Escorial de La Mancha, así es conocido este formidable conjunto que forman el castillo, la iglesia y el monasterio de Uclés, un edificio sobrio, renacentista, que fue sede de la Orden de Santiago (monasterioucles.com). La bella villa de Uclés, desparramada en una empinada colina, le sirve de marco y en lo alto del cerro, vigilante, el monasterio. El interior se articula en torno a un bello claustro, del siglo XVIII, cerrado por treinta y seis arcos y las dependencias como el refectorio del siglo XVI, la sacristía, una escalera regia de estilo barroco y una soberbia iglesia. El monasterio se visita de martes a domingo (lunes cerrado). Luego habrá que pasar por la villa donde nos esperan la plaza Mayor, varios palacios, el pósito o la curiosa fuente de los Cinco Caños.

Uclés y Segóbriga, la escapada perfecta para perderte por Cuenca

SENDERO ECOLÓGICO HOZ DE BETETA

Distancia desde Cuenca: 74 km, 1h.

Tilos centenarios y unos cuantos buitres pueblan esta garganta labrada por el río Guadiela que se recorre por un sendero ecológico, de unos dos kilómetros y más o menos una hora de duración, que es toda una delicia. El camino comienza en el kilómetro 47,6 de la carretera CM-210, a 7 kilómetros de la localidad de Beteta, y acompaña al río aguas abajo entre una rica naturaleza, miradores y varias fuentes como la de los Tilos o la del Fresno. Sobre nuestras cabezas, alimoches o buitres leonados.

NACIMIENTO DEL RÍO CUERVO

Distancia desde Cuenca: 79 km, 65 minutos

Después de la Ciudad Encantada, el nacimiento del río Cuervo es el segundo espacio que más visitas recibe en la provincia de Cuenca, y uno de los más bellos. Declarado monumento natural, las aguas de este río afluente del Guadiela han esculpido durante siglos una espectacular cascada de roca tobácea. El sendero que discurre hasta ella arranca en el aparcamiento habilitado a 12 kilómetros de Tragacete y a 4 de Vega de Codormo, término municipal al que pertenece, en la carretera CM-2106. Durante el invierno, cuando se forman carámbanos en el musgo, se convierte en una cascada de piedra y hielo aún más bella. El sendero continúa más arriba hasta la parte superior de la cascada, hacia el nacimiento del río.

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TORCAS DE LOS PALANCARES

Distancia desde Cuenca: 22 km, 25’

Muy cerca de la capital, en la Serranía Baja, se descubre una zona de cráteres que lejos de pertenecer a viejos volcanes, como podría parecer, son antiguas cavernas formadas por la disolución de roca caliza cuyos techos han acabado por desplomarse creando una sorprendente zona natural que hoy conocemos como Las Torcas. Hay una treintena en Los Palancares y la más profunda alcanza casi los 100 metros y la más ancha los 700. Muchas de ellas pueden visitarse a pie siguiendo tres senderos señalizados de entre 30 minutos, el más corto, a dos horas el más largo. Para visitarla hay que conducir por la carretera de Teruel N-420 tomando el desvío hacia Mohorte. En 10 kilómetros se llega a la zona del aparcamiento desde donde parten los senderos. A 800 metros del aparcamiento ya encontramos la primera de todas, la de la Novia, es la más pequeña pero impresiona su forma circular impecable.

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SENDEROS DE LAS HOCES DEL HUÉCAR Y JÚCAR

Distancia desde Cuenca: 3 km, 10 minutos

Tres sendas señalizadas recorren las hoces que rodean a la ciudad de Cuenca. Son caminos cortos y sencillos que nos permiten admirar la arquitectura y el entorno natural de la ciudad, un recorrido tranquilo que puede hacerse en familia. De los tres, el sendero periférico de las hoces de Cuenca (SL-CU 10) es el más interesante, circular, de unos cuatro kilómetros, subiendo primero por la hoz del Huécar y bajando por la del Júcar, bien señalizado con letreros y pintura blanca y verde que parte del Auditorio, donde hay un aparcamiento y un punto de información turística.

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ALARCÓN

Distancia desde Cuenca: 83 km, 60 minutos

Un castillo, murallas, cuatro torres y una gran hoz o meandro encajado que el Júcar describe alrededor de la villa. Así es este pueblo, uno de los más bonitos de Cuenca, de esencia medieval y a la vez contemporánea. El mejor lugar para contemplar la villa amurallada en su conjunto es la Torre del Campo, erguida junto a la hoz. Un paseo por la localidad nos lleva a la plaza Mayor donde se alza el Ayuntamiento, con una bella galería renacentista, la iglesia de san Juan Bautista, un templo que en 1994 el artista conquense Jesús Mateo llenó de pinturas murales, o la calles de Capitán Julio Poveda y Doctor Tortosa, que cierran la almendra medieval. Otra calles medievales e iglesias que irán apareciendo en el recorrido, o el Museo del Ruso, un espacio de arte contemporáneo, completan la visita.

SEGÓBRIGA

Distancia desde Cuenca: 76 km, 46 minutos

La ciudad romana más floreciente de la meseta sur en su momento tuvo un circo para carreras de cuadrigas, un teatro, un estadio, varias termas… edificios que hoy, pasados los siglos, han quedado en medio de la nada, en el campo conquense. Desde el Parque Arqueológico de Segóbriga nos explican cómo fue el auge de esta ciudad, debido a la existencia en su entorno de minas de lapis specularis, un yeso traslúcido que se usaba para cerrar ventanas, como el cristal. Al aire libre se recorren los restos del acueducto, la necrópolis, la basílica visigoda, el circo, el teatro o el anfiteatro (segobriga.org).

CIUDAD ENCANTADA

Distancia desde Cuenca: 26 km, 31 minutos

Situada junto a la localidad de Valdecabras y rodeada de pinares la Ciudad Encantada es un magnífico paraje natural donde conocer el paisaje geológico del karst y admirar unas caprichosas formaciones que se remontan a hace 90 millones de años, cuando esta zona formaba parte del mar de Thetis. Hoy se visita gracias a un recorrido circular, de tres kilómetros, y es necesario adquirir una entrada -abiertas todos los días de la semana- directamente en taquilla (no tienen reserva, ni venta online).