Muchos niños sueñan con tener una mascota que conviva con ellos en la familia. La llegada de la Navidad reaviva ese deseo y no son pocos los que piden un gato o un perro en su carta a los Reyes Magos o a Papá Noel. Pero si hay que pensar bien cualquier regalo, en este caso, mucho más. Los animales, desde la última reforma legal, son considerados 'seres sintientes' y es una decisión trascedental porque implica un compromiso alto con respecto a su cuidado y bienestar.
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¿Está un niño preparado para asumir lo que implica tener una mascota en casa? ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de decidir si llega un animal a la familia por Navidad? Para despejar todas estas dudas, charlamos con Elisenda Saperas, veterinaria y responsable de comunicación de Purina España, que nos destaca todo lo que hay que saber antes de que complacer el deseo del niño en estas fiestas.
La Navidad es una época de mucha actividad y ruido, lo que no siempre facilita una buena adaptación del animal al hogar
En general, ¿es buena idea regalar a los niños una mascota por Navidad?
Regalar una mascota puede ser una buena idea solo si la familia al completo ha decidido previamente que quiere y puede hacerse cargo de un animal. Las mascotas no deben ser una sorpresa, porque son seres vivos con necesidades físicas y emocionales. La Navidad, además, es una época de mucha actividad y ruido, lo que no siempre facilita una buena adaptación del animal al hogar. En Purina siempre insistimos: una mascota es un miembro más de la familia, no un objeto.
¿Cuáles son los riesgos de que el animal llegue al niño como un regalo?
Cuando un animal se entrega como regalo para un niño, suelen darse varios riesgos: la falta de preparación, donde el pequeño no comprende que el animal no es un juguete; las expectativas irreales, dejando a un lado las responsabilidades reales; y la desvinculación por parte de los padres por verlo como “cosa del niño” y sin apoyo adulto es inviable. En este sentido, hay mayor probabilidad de abandono porque las decisiones impulsivas sin planificación están estadísticamente más ligadas a abandonos posteriores. En conclusión, el riesgo surge cuando el regalo se hace sin reflexión previa y sin un compromiso global de toda la familia.
¿Cuándo un niño está preparado realmente para cuidar y responsabilizarse de una mascota?
Dependiendo de la edad, los niños pueden participar en tareas sencillas, pero ningún menor es completamente responsable del bienestar de un animal. Cuando un niño comprende que la mascota tiene necesidades, puede seguir rutinas y normas sin supervisión constante, muestra empatía y respeto hacia los animales y tiene constancia y no abandona actividades tras unos días, todo ello indica que está preparado para participar en el cuidado. Aun así, la responsabilidad principal siempre recae en los adultos.
¿Qué compromiso familiar requiere la adquisición de una mascota aunque 'pertenezca' a un niño?
Adoptar o comprar una mascota implica un compromiso de toda la familia durante toda la vida del animal, que puede ser de 10 a 18 años según la especie.
Esto supone tiempo, coste económico, estabilidad y un reparto realista de las tareas. Un perro o un gato nunca debe depender exclusivamente de un niño, por maduro que sea.
¿Cómo hacerle entender las responsabilidades que conlleva una mascota si la pide por Navidad?
Recomendamos hablar con realismo con los más pequeños de la casa, explicando lo que significa sacar al perro con frío o lluvia, limpiar el arenero, su alimentación, etc. También es importante involucrarlo desde el principio, visitar un refugio o protectora y que conozca las necesidades de los animales, entre otras cosas. Cuanto más participen los niños en el proceso, más conscientes serán del compromiso.
Hay muchos animales que son abandonados después de unos meses de pasada la Navidad, ¿qué se puede hacer para luchar contra ello?
Para combatir el abandono tras la Navidad se necesita un enfoque conjunto y social en el que las personas comprendan que los animales son seres con necesidades, no pueden ser compras impulsivas, informarse bien antes de adoptar hablando con refugios, protectoras y los veterinarios, para ser conscientes de toda la responsabilidad y compromiso que esto conlleva. Y sobre todo, promover la tenencia responsable durante toda la vida del animal.
Trabajamos durante todo el año con protectoras y proyectos de concienciación porque sabemos que la solución pasa por educar, acompañar y promover decisiones responsables.