Las redes sociales se llenan de niños y adolescentes compartiendo su rutina de skin care. De hecho, cada vez empiezan antes a interesarse por el mundo de los cosméticos y el cuidado de la piel, imitando a los adultos. El fenómenos es tan extenso que incluso han sido bautizados como los Sephora kids y ha recibido muchos análisis sobre lo que supone tanto para la salud física como para la salud emocional. Por eso es básico preguntarse: ¿cuándo es el momento de comenzar a prestar atención a la piel?, ¿qué necesitan realmente los adolescentes y cómo pueden favorecer una buena salud en este terreno?
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Para saber más de ello, hemos recurrido a Mafalda Soto, farmacéutica y CEO y cofundadora de UMOA Cosmetics y Beyond Suncare. Experta en pieles sensibles, pues ha desarrollado una intensa, activa y premiada labor en África a favor de las personas con albinismo, ella nos aclara cómo deben ser estos cuidados de la piel en la adolescencia y a qué prestar atención.
En la adolescencia hay que evitar productos demasiado potentes o formulaciones pensadas para piel adulta, pues pueden resultar irritantes o contraproducentes
¿Qué características tiene la piel de los adolescentes?
La piel adolescente vive un momento único: es una piel joven, con gran capacidad de regeneración, pero al mismo tiempo más vulnerable. La epidermis es más fina, lo que la hace más susceptible a irritaciones. En contraste, la dermis, rica en colágeno y elastina, aporta mayor elasticidad y firmeza.
A todo ello se suma un cambio decisivo: la revolución hormonal. El aumento de andrógenos activa de forma notable las glándulas sebáceas, incrementando la producción de sebo y favoreciendo la aparición de acné. Es un desequilibrio que puede convivir con deshidratación en determinadas zonas y con una barrera cutánea más frágil.
¿Qué cosméticos o tipo de cremas están aconsejadas a esta edad y cuáles no?
Nosotros defendemos un enfoque minimalista y consciente. Para la adolescencia, menos casi siempre es más:
- Limpiadores suaves, sin tensioactivos agresivos, que respeten el microbioma.
- Hidratantes ligeras, preferiblemente no comedogénicas y con fragancias hipoalergénicas.
- Protector solar diario, esencial para prevenir daños a largo plazo.
En cambio, recomendamos evitar productos demasiado potentes o formulaciones pensadas para piel adulta: retinoides, ácidos fuertes o activos en altas concentraciones pueden resultar irritantes o contraproducentes.
Si existe acné moderado o inflamatorio o cualquier potencial patología dermatológica, es importante evaluarlo con un dermatólogo.
¿Qué rutinas de cuidado de la piel son idóneas en la adolescencia y cuáles pueden ser perjudiciales?
La rutina ideal es simple, constante y amable con la piel:
- Limpieza suave, mañana y noche.
- Hidratación ligera, que aporte equilibrio sin saturar la piel.
- Protección solar, todos los días del año.
Activos populares, como vitamina C o niacinamida, funcionan muy bien en adultos, pero no son prioritarios para las necesidades reales de la piel adolescente. Y, de nuevo, los ácidos exfoliantes o el ácido salicílico deben usarse con supervisión profesional.
¿Desde qué edad deben cuidar su piel los adolescentes?
A partir de los 12 años, cuando suelen aparecer los primeros cambios hormonales, tiene sentido empezar con hábitos básicos. Pero siempre desde la moderación: una piel joven no necesita una rutina compleja.
Es importante recordar –especialmente en la era de las redes sociales y los tutoriales infinitos– que la búsqueda de una “piel perfecta” puede generar presión y alimentar la cosmeticorexia, una preocupación excesiva por la apariencia que afecta a la salud emocional. Como adultos, debemos acompañar, escuchar y promover una relación sana con su piel: cuidarla sí, obsesionarse no.
¿Qué factores externos condicionan tener una mejor o peor piel en esta etapa?
Hay cuatro factores principales que influyen en la piel adolescente:
- Exposición solar: La radiación es el agente externo que más impacto tiene a largo plazo. La fotoprotección diaria es clave.
- Contaminación: Puede desencadenar inflamación y desequilibrios en la piel.
- Alimentación: Una dieta equilibrada favorece una piel más estable; en algunos adolescentes ciertos alimentos pueden influir en el acné.
- Estrés: La presión académica y social puede reflejarse directamente en la piel.
Fomentar buenos hábitos en esta etapa –sol, alimentación, descanso, rutinas sencillas– no solo mejora la piel hoy, sino que construye una base de salud cutánea para toda la vida.