Salud mental

Dra. Eva María Miranda, psiquiatra infantil: "La clave para que los padres puedan ayudar a los adolescentes con ansiedad es proporcionarles un ambiente de confianza”


Averigua cómo los padres pueden fomentar un entorno seguro para que sus hijos gestionen la ansiedad y el estrés


Dra. Eva María Miranda, psiquiatra infantil y del adolescente© Dra. Eva María Miranda
11 de noviembre de 2025 - 7:05 CET

La ansiedad es un problema mucho más presente en la infancia y en la adolescencia de lo que cabría imaginar. De hecho, un 4,1 % de niños y adolescentes de entre 10 y 14 años sufre trastorno ansioso, según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), porcentaje que se eleva al 5,3 % en la franja de edad de 15 a 19 años. En menores de 10 años, es mucho más difícil de medir por una mayor dificultad en su detección, pero también está muy presente.

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Hay que ser muy consciente de que la ansiedad puede limitar en muchos aspectos el día a día de los menores: en lo académico, en una mayor dificultad para relacionarse o incluso en retraimiento social, es debordes emocionales que dificulten la conviencia en casa… Pero también pueden limitar su futuro, puesto que el 70% de los trastornos mentales que sufre la población adulta tiene su origen en la infancia y la adolescencia, según la Asociación Española de Pediatría. ¿Cómo manejar, entonces, la ansiedad en niños y en adolescentes? 

La Dra. Eva María Miranda, psiquiatra infantil y del adolescente y experta en salud mental perinatal en Recoletas Salud Burgos, da pautas muy concretas al respecto y explica que la ansiedad  es una emoción  que surge como una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que nos generan miedo o incertidumbre. “Sería como una alarma interna que nos avisa cuando algo sucede”, puntualiza. “Es muy útil en situaciones peligrosas, pero a veces esta alarma se activa de manera desproporcionada o innecesaria, lo que genera preocupaciones excesivas o malestar físico y la llamamos ansiedad patológica”.

Cuando un niño o adolescente recibe ayuda adecuada de manera temprana, muchos consiguen superar o controlar bien la ansiedad de manera efectiva.

Dra. Eva María Miranda, psiquiatra infantil y del adolescente

¿Cómo pueden los padres darse cuenta de que su hijo tiene ansiedad si no lo manifiesta verbalmente?

Es muy común que los niños, especialmente los más pequeños, no sepan expresar verbalmente que están experimentando una emoción que puede manifestarse de muchas formas. Sin embargo, hay varias señales que los padres pueden observar: a veces, los niños pueden mostrar señales físicas, como dolores de tripa o de cabeza, o pueden tener dificultades para dormir. Otras veces, pueden volverse más irritables, evitar actividades sociales o mostrar miedo a situaciones cotidianas. Incluso puede expresarse como una necesidad constante de estar cerca de los padres o una reacción emocional excesiva ante pequeños estímulos.

Cada niño vive la ansiedad de manera única, por lo que es importante estar atentos a cualquier cambio en su comportamiento o emociones.

¿Cómo manejar la ansiedad en los niños? ¿Qué pueden hacer los padres para ayudarles?

Manejar la ansiedad en los niños puede ser un desafío para los padres, pero con las estrategias adecuadas, pueden ayudar a su hijo a manejar y reducir los síntomas. Algunas acciones que los padres pueden implementar para ayudar a sus hijos con la ansiedad:

Por un lado mantener rutinas estables porque los niños se sienten más seguros, hablar con antelación sobre los cambios en la rutina. Es importante hablar sobre sentimientos porque ayuda a los niños a entender que es normal sentirse ansioso. Para ello, se pueden usar cuentos. 

No olvidar dar autonomía sin intervenir en exceso, puesto que les ayuda a tener confianza en sus propias habilidades. Y, muy importante, asegurarse de que los niños tengan tiempo suficiente para jugar y disfrutar de actividades que le hagan sentir bien. El juego es una excelente manera de liberar tensiones y procesar emociones. Los padres juegan un papel esencial para ayudar a los niños a manejar la ansiedad.

¿Y en el caso de los adolescentes?

La ansiedad en los adolescentes puede ser compleja de identificar y manejar porque en este periodo se producen muchos cambios emocionales y físicos, lo que puede hacer que las señales de ansiedad se mezclen con otros comportamientos típicos de esta fase. 

La clave para que los padres puedan ayudar a los adolescentes con ansiedad es proporcionarles un ambiente de confianza donde puedan hablar sobre lo que le preocupa sin sentirse juzgados. Promover un estilo de vida saludable respetando las horas de sueño, la alimentación y el ejercicio. Además, es importante ser paciente, ya que la adolescencia es una etapa de grandes cambios.

© Getty Images

¿Es necesario reforzar su autoestima?

Si,  reforzar la autoestima en niños y adolescentes es importante, especialmente cuando se trata de manejar la ansiedad. La autoestima es la valoración que una persona tiene de sus propias habilidades. Va a influir en cómo nos relacionamos con los demás y cómo afrontamos las dificultades de la vida y se va desarrollando a lo largo de la vida. Una autoestima sólida contribuye a un mayor bienestar. Si un niño crece en un entorno donde se siente valorado, apoyado y amado incondicionalmente, es más probable que desarrolle una buena autoestima.

Cada niño vive la ansiedad de manera única, por lo que es importante estar atentos a cualquier cambio en su comportamiento o emociones.

Dra. Eva María Miranda, psiquiatra infantil y del adolescente

¿Qué habilidades deberían desarrollar estos niños y adolescentes para hacer frente a su ansiedad?

Desarrollar habilidades para afrontar la ansiedad es crucial para manejar las emociones de manera saludable. Las habilidades clave incluyen: 

  • Identificar emociones: a menudo, los niños y adolescentes tienen dificultades para reconocer y nombrar lo que sienten. Ayudarles a identificar su ansiedad y  poner nombre a sus emociones, es el primer paso para poder manejarlas.
  • Técnicas de relajación: enseñarles herramientas como la respiración profunda, la meditación o el yoga les permite calmarse y reducir la ansiedad. 
  • Resolución de conflictos: fomentar habilidades para resolver problemas de manera efectiva les ayuda a manejar situaciones estresantes sin sentirse abrumados.
  • Aceptar los fracasos como parte del proceso de crecimiento: es importante enseñarles a ver los fracasos como oportunidades de aprendizaje.

Estas habilidades les permiten no solo gestionar la ansiedad, sino también fortalecer su capacidad para enfrentar desafíos con confianza en el futuro.

¿Cómo es habitualmente y cómo debería ser el uso de pantallas por parte de menores con ansiedad?

El uso de pantallas por parte de menores y más aún en aquellos que experimentan ansiedad, merece una atención especial. Por un lado, el uso excesivo se asocia con síntomas de ansiedad, pero a veces las pantallas se utilizan como herramienta de escape frente a la ansiedad, lo cual puede crear un círculo en el que la ansiedad fomenta el uso y el uso prolongado aumenta la ansiedad. Por tanto, el uso de pantallas es un ámbito importante a gestionar en niños y adolescentes con ansiedad. No se trata de prohibirlas por completo, sino de regularlas de manera equilibrada, asegurándose que no sustituyan actividades esenciales (como dormir, relacionarse) y que su uso sea de buena calidad y dentro de límites.

Es fundamental evitar usar las pantallas como el principal mecanismo para calmar la ansiedad del niño. En lugar de eso, se debe fomentar técnicas activas de relajación o actividad física. Crear "zonas sin pantallas" o establecer “tiempos sin tecnología”, como durante las comidas o 30-60 minutos antes de dormir, contribuye a asegurar un buen descanso y refuerza la conexión familiar.

Además, es clave supervisar el uso de pantallas y ajustar las expectativas según la edad del niño o adolescente. Los niños aprenden observando a sus padres, por lo que es importante que el adulto también establezca límites saludables en su propio uso de la tecnología. Si el niño se altera mucho cuando se le pide apagar el móvil o si el uso de pantallas ocupa la mayor parte de su tiempo y le impide disfrutar de otras actividades, estos pueden ser signos de que el uso de pantallas se está volviendo poco saludable.

No se trata solo de reducir el tiempo frente a las pantallas, sino de ofrecer “otras cosas" que resulten igualmente interesantes, ayudándoles a desarrollar un equilibrio entre la tecnología y otras actividades que fomenten su bienestar emocional.

¿Cuándo acudir a un profesional a causa de la ansiedad con un niño o un adolescente?

Es recomendable acudir a un profesional cuando la ansiedad del niño o adolescente interfiere claramente con su día a día (como en el colegio, el sueño, las relaciones sociales), se mantiene o empeora con el tiempo, provoca síntomas físicos frecuentes sin causa aparente o presenta pensamientos de autolesión. 

Una vez en terapia, ¿cómo ayuda un psicólogo o un psiquiatra a menores con ansiedad?

El objetivo de ambos profesionales es que el menor adquiera herramientas para gestionar sus emociones y recuperar su funcionamiento habitual colaborando tanto con la familia como el ámbito escolar. 

¿En qué casos es necesario recurrir a medicación?

La medicación puede ser necesaria en función de la gravedad de los síntomas, su duración o el impacto en la vida diaria. En estos casos, la medicación es una herramienta segura que ayuda a aliviar los síntomas de ansiedad, permitiendo que el niño pueda participar en sus actividades diarias, como la escuela, el juego y las interacciones sociales, con mayor facilidad. Es fundamental que el tratamiento sea supervisado por un profesional de la salud, quien ajustará la medicación según las necesidades del niño para asegurar su bienestar.

Si reciben la ayuda adecuada, ¿suelen superar la ansiedad o se trata de algo que arrastrarán, en menor o mayor intensidad, toda la vida?

Esto es algo importante que los padres deben saber: cuando un niño o adolescente recibe ayuda adecuada de manera temprana, muchos consiguen superar o controlar bien la ansiedad de manera efectiva, aprendiendo herramientas que les permiten llevar una vida plena. 

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en algunos casos, la ansiedad puede persistir en menor grado o reaparecer en momentos de estrés, como durante exámenes. Por eso, es fundamental contar con un tratamiento adecuado, un seguimiento continuo y enseñar al menor estrategias para manejar la ansiedad a largo plazo, para que puedan afrontar los desafíos futuros con mayor resiliencia.

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