La timidez puede ser un problema para cualquier niño y, más aún si cabe, para los adolescentes. ¿Por qué algunos niños son tímidos o vergonzosos? ¿Se nace con esta característica de la personalidad o se forma? Según María Inés Monjas Casares, doctora en Psicología y profesora honorífica en el Departamento de Psicología de la Universidad de Valladolid y miembro del Grupo de Investigación Reconocido sobre Psicología de la Educación, “un niño no nace tímido; lo aprende a lo largo de su desarrollo evolutivo”.
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Con motivo de la publicación de su último libro, Soy tímido y vergonzoso (Ed. Pirámide), hemos hablado con ella y le hemos preguntado, entre otras muchas cuestiones, cómo ayudar al niño y al adolescente cuya timidez le acaba limitando en su vida diaria.
Un niño no nace tímido, lo aprende a lo largo de su desarrollo evolutivo.
¿Por qué hay niños tímidos?
En la infancia existe una notable diversidad, desde niños y niñas inhibidos, retraídos y tímidos hasta otros extravertidos y muy sociables. Desde el momento de nacer, el niño tiene unas características físicas, motoras, y temperamentales propias. Unos son tranquilos, otros irritables, otros activos, y estas diferencias van a condicionar las interacciones de las personas que le rodean.
Los datos actuales hacen patente que la conducta tímida se explica por una interacción entre distintas variables: personales (disposición temperamental de inhibición), interpersonales (apego, relaciones con progenitores y otros adultos, relaciones entre iguales) y ambientales (experiencias de socialización, recursos psicosociales, clima social…).
Inicialmente, se puede hablar de una cierta predisposición genética hacia la timidez que sería la inhibición temperamental. A continuación, entran en juego las primeras relaciones interpersonales, que son cruciales, bien para favorecer y reforzar la predisposición biológica o bien para reducirla y minimizarla. Sin embargo, un niño no nace tímido; lo aprende a lo largo de su desarrollo evolutivo. La conducta del niño no es algo meramente individual, sino que tiene que ver con lo que ocurre a su alrededor y con lo que hacen, o dejan de hacer, las personas que le rodean en su contexto interpersonal más cercano.
Madres, padres y otros familiares, intervienen de manera decisiva en este período de edad. La conducta social y el estilo de relación interpersonal se desarrolla y consolida a lo largo del proceso evolutivo, en las diversas interacciones que infantes tienen tanto con las personas adultas significativas, inicialmente padres, madres y otros familiares y, posteriormente, profesorado y otros educadores y también, y de forma importante, con los iguales, hermanas, compañeros y otras niñas y niños. Y dependiendo de las edades, pero cada vez más tempranamente, hay que considerar la vida online y las relaciones virtuales a través de las pantallas y las redes.
¿Cómo ayudar a estos niños?
Es fundamental mejorar su autoestima, potenciar y fortalecer su competencia social, por medio de estrategias y programas de desarrollo de habilidades sociales. Es aconsejable implicar en el proceso a otros iguales, compañeros, hermanos, colegas, para que sirvan de modelos, les ayuden y refuercen las conductas adecuadas.
¿Qué pueden hacer las familias para ayudar a socializar a sus hijos cuando les cuesta especialmente?
Es crucial coordinarse con el contexto escolar e implementar las orientaciones que indiquen los profesionales. En casos más difíciles será necesario recibir la ayuda de psicólogos clínicos infantojuveniles.
¿Se debería hacer algo desde el centro escolar al respecto?
Se debe hacer y, en efecto, se hace. En los contextos escolares, el profesorado está atento a dar respuesta a la diversidad de alumnado y dispone de la formación y conoce las estrategias para abordar distintos problemas, entre ellos la conducta inhibida y retraída.
Además, los centros educativos tienen el asesoramiento de orientadores y equipos psicopedagógicos que pueden aportar orientaciones y estrategias más específicas para actuar con estos problemas.
¿Cuándo se considera que la timidez va más allá y es un problema patológico?
Habría que preocuparse cuando las conductas de timidez del niño o niña son numerosas, más intensas, más frecuentes, ocurren con más personas, y en más ámbitos y dificultan al niño o niña desarrollar la vida social habitual en diversos contextos familiar, escolar o social.
¿Qué ayuda precisan y qué deben hacer sus padres?
Padres y madres, preocupados por la conducta retraída de su hijo o hija, deben conectar con el profesorado del centro. El colegio, y la clase concretamente, es un ecosistema muy diverso y el profesorado tiene la formación necesaria para aportar a las familias la información respecto a las dificultades del infante tímido y aportar pautas de actuación para llevar a cabo en la vida familiar y/o extraescolar.
La timidez en estos periodos (en la preadolescencia o adolescencia temprana), en los que las relaciones entre iguales son tan relevantes, puede afectar sensiblemente al bienestar emocional, a la autoestima, al rendimiento escolar…
¿Qué diferencia hay entre timidez y mutismo selectivo?
El mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad caracterizado porque el niño o niña no habla y permaneces callado con algunas personas, en ciertos contextos o en algunos momentos. Sin embargo, la timidez en muchas ocasiones no llega a ser un trastorno, limitándose a dificultades de menor índole.
¿Se puede “curar” ese mutismo selectivo?
Para abordar este trastorno es preciso recurrir a profesionales de psicología o psiquiatría infantil y seguir un tratamiento psicológico.
¿Es posible que un niño que era muy tímido pasar a ser muy extrovertido y sociable? ¿Cómo?
Desde luego puede ser que un niño sea tímido en un contexto y no lo sea en otro; por ejemplo, en el colegio es vergonzoso y se retrae, y en casa es hablador y extrovertido. Actualmente, además, hay que considerar la vida virtual, porque puede ocurrir que la niña tímida en clase, sea muy activa y extrovertida en las redes sociales.
Al contrario, ¿puede un niño que era extrovertido convertirse en alguien muy tímido e inseguro cuando llega a la adolescencia?
En el paso a la adolescencia pueden ocurrir cambios importantes en la conducta social y en las relaciones interpersonales; pero generalmente estos cambios son temporales y/o se limitan a algunos contextos de interacción. La chica adolescente sociable y desenvuelta, puede mostrarse muy tímida y cortada en las clases del conservatorio, porque hay un compañero que la atrae muchísimo.
¿Cómo afecta la timidez al adolescente?
Actualmente, tenemos que hablar también de preadolescencia o adolescencia temprana. Desde luego, la timidez en estos periodos, en los que las relaciones entre iguales son tan relevantes, puede afectar sensiblemente al bienestar emocional, a la autoestima, al rendimiento escolar… del adolescente inhibido y retraído.
¿Cómo ayudarles, en esta etapa de la vida, a superar esa timidez?
Cada niño tímido es único, cada niña inhibida es especial y es necesario tenerlo en cuenta para desarrollar las actuaciones más oportunas. En el libro Soy tímido y vergonzoso aportamos diversas recomendaciones y sugerencias para las familias, enfatizando en la necesidad de ajustarlas a la propia realidad de la familia y del hijo o hija retraído. Siempre implicados con ánimo y expectativas positivas, y con perseverancia y paciencia.
Un recurso complementario que aconsejamos es la utilización de libros de literatura infantil y juvenil con protagonistas que son tímidos y vergonzosos y que en el discurrir de la historia, se presentan situaciones que ayudan a comentar y aportan ideas respecto a qué se puede hacer, y que alternativas son adecuadas o no.
