Practicar yoga en el embarazo no solo ayuda a la futura mamá a ponerse en forma y a prepararse físicamente para el parto, sino que también ayuda desde el punto de vista emocional, a afrontar el momento de dar a luz con más consciencia y con menos ansiedad. Es, por tanto, un aliado perfecto frente el miedo a parir, como nos explica Lucía Liencres, yogui, fundadora de YogaEmbarazadas.com y madre de 3 hijos y embarazada del cuarto.
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La experta en yoga para embarazadas detalla, además, cómo el yoga prenatal favorece el vínculo madre e hijo antes, incluso, del nacimiento. Hemos hablado con ella y esto es lo que nos ha contado.
Es muy importante si algo no me sienta bien (una postura, una respiración, un vinyasa…) dejar de hacerlo
¿Qué beneficios aporta el yoga prenatal a la madre y al bebé frente a otras disciplinas deportivas en el embarazo?
El yoga te ayuda mucho a conectar contigo misma, a parar, a hacerte más consciente del momento presente y eso es precisamente lo que necesita una embarazada. Permitirse tener un huequito cada día para conectar con lo que está ocurriendo en su cuerpo, para conectar con su bebé. En la sociedad tan inmediata y automática en la que vivimos, estamos desconectadas de todas esas emociones y sensaciones, no nos permitimos ese espacio que el yoga nos aporta.
¿Cuándo se puede empezar a practicar yoga en el embarazo?
Desde que te quedas embarazada, si no hay ninguna contraindicación médica. Lo ideal, si nunca lo has practicado, es que hagas prácticas muy suaves, escuchando siempre lo que pide tu cuerpo. Si ya hacías yoga antes, no hay problema en seguir con tu práctica, siempre y cuando lo hagas adaptándola.
¿Hasta cuándo se puede practicar antes de dar a luz?
Hasta el mismo momento del parto. De hecho, hay varias posturas muy beneficiosas para el momento de la dilatación y del parto, así como pranayamas o técnicas de respiración y meditaciones que te ayudan mucho en evitar la medicalización innecesaria del parto.
¿Cómo es la rutina de yoga prenatal ideal?
Depende de cómo te encuentres y de tu práctica previa. Si estás muy cansada, lo ideal es que hagas prácticas cortas y suaves, y si te sientes con energía puedes hacer una rutina dinámica de una hora o incluso más. Lo ideal es que empieces siempre con una pequeña meditación y conexión con tu bebé; luego, calentamiento de todo el cuerpo, posturas más dinámicas para mantener fuerte tu cuerpo, posturas de aperturas de caderas para prepararte para el parto y, finalmente, una buena relajación para integrar toda la práctica.
¿Qué posturas son las más adecuadas durante el embarazo?
Las posturas de aperturas de caderas porque te preparan para que el bebé descienda por el canal de parto y te permiten tener las caderas, la pelvis y del suelo pélvico preparado para ese momento. Posturas semiinvertidas, como el perro boca abajo, el medio puente o vipartita karani para descomprimir el útero y evitar la congestión en las piernas, posturas como el gato y la vaca para estirar tu columna vertebral y flexibilizarla.
¿Cuáles son aquellas que se deben evitar y por qué?
Posturas de torsión abdominales para no comprimir al bebé, posturas de flexión y de extensión o backbends intensos para evitar que la diástasis abdominal sea mayor, posturas que nunca has hecho antes avanzadas (sirsasana, pincha mayurasana) por el riesgo que pueden suponer por ejemplo, caerte.
¿Cómo darnos cuenta de que una postura, por el motivo que sea, puede estar perjudicando a la madre o al bebé y parar?
Practicando la escucha activa de tu cuerpo. La práctica de yoga de forma habitual hace que sí o sí te escuches más tanto en la esterilla como fuera de ella, que desarrolles mucho tu intuición y que sigas tu propio criterio. Siempre debería ser que el yoga se adapte al alumno y nunca al revés, y mucho más en el embarazo, que tenemos a una personita dentro de nosotras. Es muy importante si algo no me sienta bien (una postura, una respiración, un vinyasa…) dejar de hacerlo.
El yoga desarrolla nuestro instinto primitivo, nos vuelve a nuestra esencia y nos permite darnos cuenta de que estamos preparadas para parir
¿Puede ser el yoga un complemento de preparación al parto?
Sí, es un complemento ideal, porque el yoga nos enseña muchas técnicas que nos permiten eliminar el estrés, la ansiedad, el miedo a parir, también desarrolla nuestro instinto primitivo, nos vuelve a nuestra esencia y nos permite darnos cuenta de que estamos preparadas para parir.
Nos quita todo el miedo que la sociedad nos ha impuesto, hace que podamos desaprender y dejarnos guiar por nuestro instinto. El yoga aporta además técnicas específicas como meditaciones, visualizaciones, pranayamas y posturas específicas para el buen desarrollo del parto sin necesidad de medicalización.
¿Puede el yoga prenatal favorecer el vínculo madre-hijo antes del parto?
Sí, por supuesto, está más que demostrada la importancia que tiene el estado de ánimo, de salud, el estado hormonal… con respecto al desarrollo del embarazo y al estado de salud posterior del bebé. Cuanto más trabajada, conectada, descansada y relajada este la madre, más lo estará su bebé. El vínculo que se establece cuando a diario conectas de forma consciente con tu bebé tocándolo, visualizando, hablando con él… es un vínculo que comienza desde mucho antes de nacer.