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Posparto

¿Es necesario prepararse emocionalmente para el posparto?

Se suele informar a las mujeres embarazadas sobre lactancia y cuidados al bebé, pero no tanto de los altibajos emocionales que pueden sufrir

En los cursos de preparación al parto se dan indicaciones de cómo respirar durante las contracciones y al hacer los pujos, se recomiendan y se trabajan posturas que hagan más llevadero el dolor y es habitual que se hable también de la lactancia y de los cuidados básicos al bebé y, en algunos casos, también de sueño infantil e, incluso, de alimentación complementaria. Toda esa información es necesaria, no hay duda, pero ¿no es preciso, además, informar a la mujer embarazada del posparto propiamente dicho?, ¿de cómo irá cambiando su cuerpo y, sobre todo, de las distintas etapas que podría ir atravesando desde el punto de vista emocional?

Sería recomendable especialmente en aquellos casos en los que la mujer tenga “un embarazo en el que se note más bajita de ánimo o en el que tenga más ansiedad”, nos dice Isabel García Cabrera, psicóloga perinatal y terapeuta infantojuvenil del gabinete AITTA Psicologia Infanto Juvenil, en Madrid (aitta.es). Teniendo en cuenta que el posparto es la continuación del embarazo, es más importante prepararse emocionalmente para ese momento de la mano de un profesional “si sientes que estás viviendo el embarazo con mucha responsabilidad o has tenido alguna circunstancia que te haya hecho vivirlo peor”.

Del mismo modo que, tanto durante la gestación como tras dar a luz, “nos cuidamos con nutrición y con deporte, el ámbito psicológico también es importante”. Así, al igual que está normalizado ir al nutricionista o al fisio de suelo pélvico, se debería normalizar más ir a un psicólogo, tal y como apunta García Cabrera.

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¿Por qué es importante prepararse emocionalmente para el posparto?

“Todos los cambios conllevan cosas. La vida va cambiando y pueden aparecer una serie de estresores”. Uno de los estresores o de las transformaciones más grandes que puede experimentar una persona es tener un hijo: “va a haber un cambio en el rol que tú estabas desempeñando y ahora ya no eres como la mujer que pensabas, sino que eres mujer y eres madre”.

Y, aunque se trate de una transformación buscada, por mucho que el hijo sea deseado y su llegada, motivo de alegría, no es extraño que ese cambio influya de una u otra forma a nivel emocional. En este sentido, la psicóloga perinatal “es normal que estés un poco triste porque ya no seas la misma, porque cambian tus prioridades, y va a haber cosas muy buenas, pero también va a haber momentos de un poco de tristeza, de pensar no sé si lo estoy haciendo bien, porque no lo sabes”.

Un escalón más allá de esa tristeza que pueda darse en momentos puntuales después de dar a luz es el maternity blues, “que es transitorio y aparece desde a las pocas horas hasta a la semanas tras el parto, sí que es un factor de riesgo para la depresión”, indica la profesional de AITTA Psicología.

Si esta tristeza, el bajo apetito, el llanto… se mantienen más de dos semanas -el margen pautado en el DSM (el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales)- “es importante revisar qué pasa” y acudir a un psicólogo. Porque puede tratarse no solo de depresión postparto, sino que “puede haber también ansiedad; hay un montón de cuestiones que pueden surgir en esta etapa, incluso trastornos alimentarios, del que nadie habla”.

Además de esas dos semanas de duración, es preciso tener en cuenta otros factores, especialmente si afecta de tal modo a la mujer que puede influir en la atención a su bebé; “el bebé depende de ti 100% y necesita interacción, el bebé necesita que le mires, desarrollarse a través de interactuar contigo, y si tú estás mal, el bebé también está mal”, advierte Isabel García.

¿Cómo prepararse, desde el punto de vista emocional, para el posparto?

En líneas generales, el cómo prepararse emocionalmente para el posparto durante el embarazo “depende de lo que cada una necesite”. Siempre, eso sí, teniendo muy presente que “es importante cuidarse mucho en el posparto”, subraya la especialista. Para ello es determinante, claro está, el contexto de cada mujer: “no es lo mismo que tu pareja esté presente contigo, que te sostenga mientras tú sostienes a tu bebé, que tus padres pueden estar contigo ahí, acompañándote en esa etapa, a hacerlo sola”. En este punto, hace hincapié en el hecho de que “la sociedad a veces premia el individualismo y que, sin embargo, necesitamos mucho acompañamiento porque hay mucho cansancio y mucha soledad” en este momento vital.

De ahí la importancia de que “esa mujer se entienda que el postparto es un momento de mirar para adentro, de mucha introspección, porque hay mucho cambio y los cambios son difíciles”. Debe también procurar “hacer cosas que le hagan sentir mejor dentro de todo este caos, de este cambio, de esta nueva vida, de este nuevo rol”. La clave está en que la recién estrenada mamá se pregunte ‘¿qué es lo que a mí me sirve?’; “puede ser que lo que te sirva es que te que te dé el sol en la ventana por la mañana o, a lo mejor, dar un paseo en autobús”.

Es fundamental también “tener mucha compasión con una misma y, sobre todo, mantener ese diálogo interno” y no olvidar en ningún momento que lo hago lo mejor que puedo. Y “entender que hay momentos mejores y momentos peores porque siempre hay ambivalencia, nunca es todo genial o fatal, y mientras tanto, me trato con compasión y me cuido”.

El papel de la pareja en los cuidados posparto

En lo que al cuidado de la madre en al posparto se refiere, la pareja, cuando la hay, forma parte esencial de la ecuación. “Es súper importante que la pareja esté en el postparto como sostén de la mamá y del bebé”, subraya Isabel García Cabrera. Su papel debe girar, en general, en torno a cubrir las necesidades de la madre (pues del bebé, especialmente en el caso de la lactancia materna en exclusiva, recaerá más en ella). Para la psicóloga perinatal, lo fundamental es que le pregunte en todo momento qué necesita, y esas necesidades pueden ir desde darle un masaje mientras ella está dando el pecho o que lleve a cabo cuestiones de logística en la casa (la lavadora, la comida...)”. En definitiva, que le diga muy bien, cariño, estoy contigo, ¿qué necesitas?, pues “la función de la pareja en esta fase es sostener a ese bebé y a esa mamá y estar para ellos”, concluye la experta.

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