Las infecciones por hongos dermatofitos en los pies son poco frecuentes en los niños antes de la pubertad. Después de la pubertad y en niños ya mayorcitos, generalmente varones y deportistas, ya son más frecuentes y se van incrementando los casos con la edad. Estas infecciones están normalmente causadas por el Trichophyton Rumbrum y por el Trichophyton Mentagrophytes, que son los dos dermatofitos más frecuentes que provocan la Tinea Pedis, también conocida como ‘Pie de atleta’.

Infecciones por hongos, ¿por qué es importante prestarles atención?

Las infecciones superficiales en la piel por hongos son un problema relativamente frecuente en la infancia. Las infecciones de la mucosa bucal y del área del pañal en el recién nacido y el lactante son ejemplos de ello. Tanto el Muguet de las mucosas como la contaminación de la piel del área del pañal, están producidos por la Candida Albicans, que es un hongo oportunista muy frecuente en las infecciones de la piel lampiña y de las mucosas. Afortunadamente las infecciones por hongos en los niños suelen ser benignas, tratables y exentas de complicaciones, pero no podemos olvidar que con bastante frecuencia se prolongan, resisten y tienden a la cronicidad.

Debemos recordar que en pacientes debilitados o inmuno deprimidos o tras tratamientos antibióticos prolongados, pueden causar una considerable morbilidad e incluso en algunos casos mortalidad.

Más allá del verano: ¿por qué aparecen los hongos en los pies?

La causa principal de la infección de la piel de los pies es el contagio. El pie de atleta se presenta cuando determinados hongos proliferan sobre la piel de los pies. Es la infección más típica y frecuente producida por dermatofitos, pues estos hongos proliferan en ambientes cálidos y húmedos. Se contagia con facilidad a través del contacto directo o a través de objetos de uso y de higiene.

Gimnasios, piscinas, vestuarios… son los lugares donde con mayor frecuencia se contagian. También el uso de calzado cerrado poco transpirable y fabricado con plásticos, la transpiración excesiva y mantener los pies húmedos por largos periodos de tiempo son factores que favorecen la infección.

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Tipos clínicos diferentes de hongos en los pies

Existen dos tipos bien definidos: el primero, la forma interdigital, que afecta a la piel situada entre los dedos y la que se manifiesta en forma de mocasín, que afecta al dorso del pie y a la región plantar.

En segundo lugar, la intertriginosa, que es la más frecuente y comienza en la piel localizada entre los dedos de los pies. La piel se inflama, se macera frecuentemente y produce pequeñas ampollas y pequeñas llagas. La segunda que afecta a la piel lisa de los pies se presenta con sequedad y descamación y a veces con inflamación y eritema.

Síntomas

El síntoma principal desde el inicio es el intenso picor con ardor y escozor entre los dedos de los pies. La inflamación, el eritema y la aparición de vesículas, escamas y piel agrietada en las regiones interdigitales, son los síntomas más llamativos. En ocasiones y cuando el proceso se prolonga, las uñas pueden verse afectadas. El niño se queja de picor y dolor, tolera mal el calzado y cuando desnuda sus pies, se rasca y los frota uno contra otro para aliviar el escozor y el intenso picor.

Onicomicosis

La infección de las uñas es, en ocasiones, una complicación de la Tinea Pedis o pie de atleta. Afecta preferentemente a la porción distal de la uñas, especialmente a la cara inferior y al lecho ungueal. El espacio entre la lamina ungueal y el lecho está lleno de escaras hiper queratosicas de color marrón claro y el borde libre de la uña es espeso y está engrosado de forma evidente.

La onicomicosis es refractaria al tratamiento, tiene tendencia a la cronicidad y en muchos casos es de difícil resolución.

Tratamiento para los hongos en los pies

Estas patologías deben ser tratadas y controladas por un especialista en dermatología. Existen diversos medicamentos eficaces de forma tópica y en forma de polvos, pomadas o ungüentos que pueden contener Nistatina, Ketoconazol, Sertaconazol y Fluconazol entre otros, y cuyos periodos de tratamiento suelen ser prolongados, pues duran entre dos y tres semanas.