Bebé tumbado en el suelo con la enfermedad mano-pie-boca©AdobeStock

Salud

¿Qué síntomas tiene la enfermedad mano-pie-boca y cómo le afecta al niño?

La enfermedad mano-pie-boca es muy común entre los niños menores de cinco años. Es una afección vírica que se contagia con cierta facilidad, por lo que conviene conocer cómo prevenirla.

La enfermedad mano-pie-boca (también conocida como mano-boca-pie) es de tipo vírico. Está causada por distintos tipos de virus, aunque los más comunes son el coxsackie A17 y el enterovirus 17. Suele afectar a niños de entre uno y tres años, principalmente, aunque también a menores de cinco años.

Le hemos pedido a la Dra. Myriam Nombela, pediatra de Atención Primaria en Madrid que realiza atención pediátrica a domicilio (www.dramyriamnombela.com), que nos cuente todos los detalles de esta afección y su importancia en la salud infantil.

¿Cómo se contagia la enfermedad mano-pie-boca?

Hay tres vías muy claras de contagio en la enfermedad mano-pie-boca, tal como explica la experta:

¿Qué síntomas produce?

La enfemermedad mano-pie-boca puede manifestarse con fiebre moderada, malestar y dolor, como muchas otras afecciones en la edad infantil. Pero su síntoma más característico es la aparición de ampollas o vesículas en la boca (tanto dentro como fuera), en las palmas de las manos y en las plantas de los pies. Estas pápulas también llegan a las nalgas. Las ampollas salen unos días después de la fiebre y el malestar inicial.

El niño, por tanto, está muy molesto, pues hay una afectación de las encías, el paladar y la lengua, que le impiden comer bien, y también tiene vesículas en las extremidades (en algunos casos, además de las plantas de los pies, en las piernas, y además de en las palmas de las manos llegan a los dedos). Estas ampollas pueden alarmar bastante a los padres, pero no suelen complicarse. Se curan entre cinco y días días después, tras haberse roto y secado.

No obstante, hay niños que pasan la enfermedad de modo asintómatico, sin ninguna de estas manifestaciones.

En los adultos, que también pueden contagiarse, aunque es infrecuente, “la infección pasa más desapercibida”, destaca la Dra. Nombela (@dramyriamnombela, en Instagram). “Apenas presentan síntomas que suelen ser catarrales (congestión, tos, etc.), pero en ocasiones también pueden tener las temidas vesículas en manos y pies y, además, aftas y llagas en la boca”, detalla.

No hay que hacer ninguna prueba para diagnosticar la enfermedad; el médico lo hará analizando los síntomas y examinando la erupción.

Piernas de un niño con la enfermedad mano-pie-boca©AdobeStock

¿Cómo actuar cuando aparece la enfermedad?

No hay un tratamiento específico para esta enfermedad, pero sí se pueden tratar los síntomas para que el niño se encuentre mejor.

  • Si hay fiebre, malestar o dolor. Se dará un antitérmico al pequeño y se asegurará una buena hidratación oral. “Se ofrecerán líquidos fríos que puedan aliviar, así como alimentos más blanditos (papillas, purés) que no piquen, no sean salados o ácidos ni excesivamente calientes”, aconseja la experta.
  • Para las llagas de la boca. Ya sea en las encías, el paladar, la lengua o cualquier otra zona de la cavidad oral, “se aplicarán productos específicos como sprays o geles con ácido hialurónico”, recomienda.
  • En la zona del pañal. Si las vesículas llegan al área del pañal existe el riesgo de infección, ya que es una zona más ocluida. “En ese caso, utilizaremos pomadas antibióticas y/o antimicóticas y pomadas tipo pasta al agua para que sequen mejor y se resuelvan antes”.
  • Si hay mucho picor. Aunque no es lo habitual, puede suceder que las ampollas causen prurito. “Si hay mucho picor podremos prescribir antihistamínicos y además asegurarnos de que las uñas están cortas y limpias para evitar diseminación con el rascado”, comenta la Dra. Myriam Nombela.

La enfermedad mano-pie-boca no suele provocar complicaciones, más allá de las de un estado febril y que cursa con dolor en la boca, lo que repercutirá en el apetito. No obstante, sí puede ocasionar un fenómeno curioso, una vez superada: “En ocasiones, a las cinco o seis semanas se pueden despegar las uñas de manera indolora con caída posterior de las mismas”, señala la especialista. Suele pasar, sobre todo, en las uñas de las manos, pero vuelven a crecer con el paso del tiempo.

¿Cómo se puede prevenir?

No hay ninguna vacuna que prevenga esta enfermedad, que puede pasarse más de una vez en la vida. “La prevención pasa, sobre todo, por el lavado frecuente de manos (después de cambiar el pañal, de limpiarle la cara, de sonarle los mocos...), por deshacernos de los pañuelos en cuanto se usan y por realizar una buena desinfección de superficies y objetos”, relata la pediatra.

La mano-pie-boca suele aparecer por brotes. El niño afectado puede transmitir la enfermedad incluso antes de la aparición de los síntomas, por lo que la única forma de prevenirla es evitar el contagio inicial con todas las medidas de higiene precisas.

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