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Día Mundial del TDAH

¿Tu hijo es hiperactivo? El verano será entonces un auténtico reto

¿Por qué es más probable que niños con TDAH se comporten ‘peor’ en verano? ¿Cómo podemos ayudarles?

El Día Mundial del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es el 13 de julio, fecha ubicada en una época, el verano, especialmente complicada para los niños que padecen este trastorno y para sus familias. Teniendo en cuenta que a los niños con TDAH les resulta complicado permanecer quietos durante un tiempo prolongado y mantener la atención en una determinada actividad o tarea, el verano y el fin de las clases podría plantearse como una verdadera liberación para ellos, pero es más bien todo lo contrario.

El motivo es que el TDAH no afecta únicamente a la atención y al movimiento impulsivo, sino también a la capacidad de planificación y organización, a la flexibilidad cognitiva… Eso hace que la falta de rutinas pueda llegar a convertirse en una caja de pandora que haga saltar por los aires la impulsividad de estos niños. El resultado sería una mayor dificultad para manejar el autocontrol y más posibilidades de que manifiesten comportamientos disruptivos y, en función de la edad, rabietas.

Para evitar esas situaciones, la ayuda más eficaz que podemos brindar a nuestros hijos en caso de que hayan sido diagnosticados con TDAH es “mantener cierta estructura o rutina durante el verano”, tal y como señala Teresa Andrade, neuropediatra experta en TDAH (@todotdah). “Es esencial que los padres ofrezcan un equilibrio adecuado entre las distintas actividades”. Así, “dentro de la planificación del día, sería recomendable establecer un horario para acotar el tiempo que se dedicará a cada actividad”.

 

Esa planificación deberá ser rigurosa e incluir “el tiempo que se dedicará a las tareas domésticas (recoger su cuarto, poner la mesa, etc.), a actividades al aire libre, a las relaciones sociales, a realizar tareas académicas (si toca estudiar este verano), al descanso y, por supuesto, a las actividades que más le apasionan”.

El hiperfoco, una dificultad añadida en verano a los niños con TDAH

El hiperfoco, esa capacidad asombrosa que tienen muchos niños con TDAH de concentrarse en actividades que son de su interés de la que hablábamos hace unos días, puede suponer una dificultad añadida en vacaciones. “Cuanto más tiempo libre exista, más probable es que los niños con TDAH tiendan a sumergirse en su hiperfoco”, en abstraerse en tareas o actividades que le apasionan (como jugar a videojuegos, por ejemplo), “descuidando otras responsabilidades o actividades importantes”.

En este sentido, el establecimiento de una rutina será también necesario para hacer “que se mantengan unos límites saludables de tiempo en sus actividades de hiperfoco”. En caso de no marcar una planificación, “la falta de una rutina puede dificultar la implementación de estos límites, por lo que los padres deben ser conscientes en mantener cierta organización aunque sea verano”.

De una tirolina©GettyImages

Pautas para ayudar a los niños con TDAH a sobrellevar las vacaciones de verano

Además del establecimiento de una rutina, que se podría decir que es condición sine quanon, hay otra serie de pautas que es recomendable seguir y les resultarán de gran ayuda:

  • Fomentar el ejercicio físico al aire libre. Como sabemos, los niños con TDAH, sobre todo aquellos con predominio de hiperactividad, necesitan canalizar su exceso de impulsividad y la mejor forma de hacerlo es a través del deporte y de la actividad física. Aprovechar el buen tiempo y permitir que este ejercicio lo hagan al aire libre, les resultará mucho más liberador.
  • Fomentar las relaciones sociales. Muchos niños con TDAH tienen dificultades con sus habilidades sociales, por lo que fomentar el contacto y el juego con sus iguales es tarea casi obligada. El verano es la época perfecta para relacionarse con otros niños de su edad y entablar amistades nuevas; los más pequeños necesitarán, en muchos casos, el apoyo de sus figuras de referencia para ‘acercarse’ a otros niños, mientras que a los adolescentes les vendrá muy bien tener la oportunidad de salir ‘solos’, sin sus progenitores, con los amigos y sentirse así más autónomos e independientes.
  • Limitar el uso de pantallas. Está comprobado que el tiempo prolongado ante las pantallas es más perjudicial, si cabe, en niños con TDAH, ya que agravan sus síntomas. Por eso es fundamental no caer en la tentación de emplear el tiempo libre de las vacaciones jugando más de lo habitual con videojuegos o atendiendo a las redes sociales. El tiempo que permanecen tranquilos frente a las pantallas puede volverse en su contra con un efecto rebote de los síntomas.
  • Favorecer nuevas experiencias. Viajes, excursiones, talleres, campamentos… aunque los cambios les resulten difíciles de sobrellevar, permitir que disfruten de experiencias lúdicas les aportará herramientas para manejar, en el futuro, situaciones nuevas. Les permitirá, además, aprender de manera diferente, sin la obligatoriedad de estar sentados ante un papel y un boli. En cualquier caso, si su rendimiento académico no ha sido el esperado, habrá que compaginar todo lo anterior con actividades de refuerzo escolar, que será necesario incluir en la rutina diaria.
  • Cuidar la comunicación con ellos. “Para que todo esto funcione, es importante mantener una comunicación abierta con los niños con TDAH, explicarles los cambios de rutina con la entrada del verano, y darles la oportunidad de participar en la planificación de actividades y horarios”.