Los últimos estudios publicados revelan unos datos preocupantes en cuanto a las personas más jóvenes: “las cifras de aquellos que muestran síntomas de depresión alcanzan ya el 60-80% de los jóvenes, incluyendo los diagnosticados con síntomas leves y, probablemente, estos números vayan en aumento”, nos comenza Adrián Montesano, profesor e investigador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). En la mayoría de los casos, nos aclara, los síntomas son leves, “pero sabemos que cuanto antes se preste atención a estos problemas, menos probabilidades hay de que se mantengan a largo plazo o se agraven”. Por ello, junto a la Universidad de Barcelona (UB), han decidido estudiar por primera vez la eficacia de una forma de psicoterapia para la depresión que iría complementada con una herramienta que, hasta la fecha, no se había utilizado, la realidad virtual.

Tanto Adrián Montesano como Guillem Feixas, catedrático de la Facultad de Psicología y del Instituto de Neurociencias de la UB (UBNeuro), coordinarán un ensayo clínico en el que se examinará esta nueva herramienta para tratar de mejorar el tratamiento psicológico de los jóvenes, concretamente de la llamada terapia de constructos personales. Para ello, los pacientes deben presentar síntomas leves o moderados de depresión. En las últimas décadas, nos dice el experto, “este tratamiento ya ha demostrado resultados positivos, pero esta es la primera vez que se aplica específicamente a personas jóvenes con síntomas depresivos”. La aplicación de realidad virtual que se utilizará, llamada EYME, ha sido desarrollada por la propia Universidad de Barcelona.

¿Por qué realidad virtual para la depresión?

Una de las preguntas que nos surge es por qué una aplicación de realidad virtual para este tipo de problemas de salud mental en los jóvenes, pues aunque ya se ha probado en terapias de exposición para tratar algunos tipos de fobia, esta es la primera vez que se hará con la depresión. El motivo, nos dice el experto, son en realidad tres:

1. Precisamente porque no hay aún ninguna aplicación de realidad virtual que se haya aplicado en los casos de depresión y, en los casos de fobia, que sí se han utilizado, da buenos resultados. Esto es porque “este tipo de aplicaciones están basadas en el principio de exposición, es decir, exponer a la gente a la situación temida”. Por ejemplo, alguien que tenga miedo a volar, te exponen a la situación de un vuelo, siempre de manera gradual y en un espacio controlado. Esto, en la depresión, no se podía hacer, “no es una cuestión de miedo o ansiedad frente a una situación”.
2. Sin embargo, ahora hemos conseguido aplicar el principio de exploración en una aplicación de realidad virtual, es decir, “tenemos un espacio virtual en el que la persona puede explorar la forma en la que entiende su identidad, sus relaciones con los demás y entiende la manera en que construye su futuro preferido”.
3. Porque la realidad virtual resulta interesante y atractiva para los jóvenes.

Por estas razones, nos dice el experto, “nos parecía muy pertinente la aplicación de la realidad virtual en un cuadro de depresión, ya que sabemos que algunos de los mecanismos psicológicos que mantienen los síntomas de la depresión en los jóvenes tienen que ver con una visión del mundo, de las personas que les rodean y de la propia identidad muy negativa y pesimista”.

La realidad virtual: una herramienta dentro de la terapia, no una terapia en sí

La aplicación de realidad virtual que se utilizará en este ensayo, en ningún caso, será el elemento principal o absoluto de la terapia, nos advierte el experto, “sino que será una herramienta más”. De hecho, se encontraría englobada dentro de la terapia de constructos personales, “orientada a la forma en la que nosotros construimos el mundo, entender cómo nos construimos nosotros mismos, a los demás y lo que nos rodea”. Por ello, se convierte en uno de los instrumentos, no es la terapia en sí. Ahora bien, “facilita mucho esa terapia global pues hace tangibles conceptos que pueden ser abstractos, como el autoconcepto”.

A través de una entrevista previa, el sistema transforma los significados y las personas importantes en la identidad de un espacio en 3D, en forma de esferas y palabras. De esta forma, “acompañamos a la persona en un paseo por su mente, por su universo de significados y valores personales, favoreciendo la conversación terapéutica”. Los algoritmos que se usan se basan en el trabajo acumulado durante dos décadas, “lo que creemos puede tener un valor añadido entre la población joven”.

De hecho, si acaba funcionando, se podrían tratar algunos tipos de fobias, puesto que a diferencia de lo que se utiliza actualmente, con el diseño de un entorno específico en el que desarrollar la terapia (por ejemplo, hablar en público), “nuestra aplicación puede servir para cualquier situación en la que haya que trabajar el autoconocimiento o producir un cambio en la persona, orientando ese cambio”. Por tanto, no solo funcionaría en depresión, sino también en personas que sufren ansiedad u otras situaciones vitales.

La implicación de los pacientes es clave

Una de las claves de la terapia psicológica en general y, en este caso particular también, es la implicación del paciente. Varios tipos de psicoterapia han mostrado una eficacia equivalente de forma global, pero aproximadamente un 35 % de los pacientes abandona el tratamiento antes de considerarse completado. Si el ensayo clínico resultase positivo, ayudaría a abrir el abanico de opciones disponibles.

“Es fundamental poder personalizar sobre la base de preferencias personales”, asegura nuestro experto. De hecho, tradicionalmente, las intervenciones y la investigación en psicoterapia “se han centrado en las formas más graves, lo que en parte ha llevado a que los jóvenes estén infrarrepresentados”. Sin embargo, si sale bien, “estaremos abordando antes el problema, con mejores resultados a largo plazo”. El ensayo ya se ha iniciado y las primeras consultas están efectuándose en las universidades implicadas, así como en centros de salud y hospitales asociados al proyecto.

Referencias

Organización Panamericana de la Salud (2022). The COVID-19 HEalth caRe wOrkErs Study (HEROES).

Catalina González-Forteza, Alicia Edith Hermosillo de la Torre, María de los Ángeles Vacio-Muro, Robert Peralta, Fernando A. Wagner (2015). Depresión en adolescentes. Un problema oculto para la salud pública y la práctica clínica.

Universidad Complutense de Madrid (2020). Salud mental positiva: Síntomas de bienestar y crecimiento postraumático ante el COVID-19.