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Psicología

Consejos para ayudar a tu hijo a superar los terrores nocturnos

Los terrores nocturnos son episodios muy desagradables que irrumpen en el sueño de los niños causándoles miedo extremo y real. ¿Cómo puedes ayudarles a superarlos? ¿Cuándo desaparecen? Aquí tienes los mejores consejos para afrontarlos.

Los terrores nocturnos ocurren en niños en edades comprendidas entre los 4 y 12 años y suelen darse en un 40% de los menores en nuestro país. Aunque puedan parecer situaciones alarmantes, en realidad no revisten de mayor preocupación ni gravedad. Y es que estos episodios son más inquietantes por la situación tan desagradable que vive el pequeño, que por la repercusión que pueden causar a nivel físico o psíquico.

Si definimos los terrores nocturnos de la mano de la psicóloga, especializada en niños, Belén Catiglione (www.psicologiaonline24h.com), estos son: “Una parasomnia, una conducta o una experiencia no deseada durante el sueño. Los terrores nocturnos son un trastorno de vigilia, lo que significa que se producen durante el sueño N3, la fase más profunda del sueño sincronizado. Otro trastorno del sueño sincronizado es el sonambulismo, que puede producirse junto con los terrores nocturnos”.


¿Qué experimentan los pequeños en los terrores nocturnos?

A medida que el niño va desarrollando su mente, su mundo se va volviendo más complejo y estos cambios pueden evidenciarse en la alteración del sueño. Una forma de exteriorizar sus miedos transitorios son los terrores nocturnos que son similares a una pesadilla, pero mucho más intensos y con situaciones de miedo real. “Estos terrores nocturnos, también llamados ‘miedos del sueño’, no son sueños como tal, sino una reacción repentina de temor que ocurre durante la transición de una fase del sueño a otra. Suelen tener una duración corta, de unos pocos minutos”, dice la psicóloga y nos enumera otros de los motivos más comunes por los que suelen darse:

  • Privación del sueño, y cansancio extremo
  • Estrés
  • Interrupciones en el horario para dormir
  • Fiebre
  • El consumo de algún medicamento
  • Patrones anormales de respiración
  • Trastornos del estado de ánimo
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¿Cómo saber que mi hijo los tiene y cómo actuar?

Belén nos advierte que los terrores nocturnos pueden estar acompañados de algunos síntomas que harán saltar las alarmas como, por ejemplo:

  • Miedo intenso
  • Un grito atemorizante
  • Sonambulismo
  • Sentarse en la cama
  • Mirar fijo, con los ojos muy abiertos
  • Sudar, respirar, tener el pulso acelerado, la cara ruborizada y las pupilas dilatadas
  • Patear o pegar
  • Dificultad para despertar y, si se logra, el niño/a suele estar confuso/a
  • No recordar el suceso a la mañana siguiente o tener pocos recuerdos del sueño
  • A veces los niños salen de la cama, y corren por la casa o tienen una conducta agresiva si se le impide el paso o se les trata contener

Ante una situación así los padres deben mantener la calma y actuar de la siguiente manera: “En el momento en el que tiene lugar el episodio de terror nocturno, si el niño ha salido de la cama, debemos acompañarlo sin despertarle o interferir (aunque pueda resultar difícil). Permanecer a su lado en silencio y sin intentar interactuar, velando por su seguridad para que no se lesione mientras dura el episodio, no generarle más temor. No hay que gritarle sino, justamente tratar de brindarle seguridad”, recomienda la psicóloga.

¿Qué hacer durante el día para intentar influir de forma positiva en su calidad del sueño?

Durante el día se recomienda llevar una rutina estricta respetando los horarios de sueño, vigilia y alimentación y además, es importante tener en cuenta una serie de estrategias para intentar prevenir estos episodios en los peques, que según la psicóloga, las ideales son:

Un buen descanso

La fatiga puede contribuir a causar los terrores nocturnos. Si está con falta de sueño, prueba a llevarle a dormir más temprano y establece un horario más regular para ir a la cama. “En lo posible, evitar los ruidos a la hora de dormir u otros estímulos que podrían alterar el sueño del niño”, explica Belén.


Antes de irse a dormir…

Realiza actividades tranquilas y que le calmen como leer un cuento, resolver alguna adivinanza o el ritual del baño antes de ir a dormir. La psicóloga aconseja realizar: “Ejercicios de meditación o relajación para niños, que también pueden ayudarles. Haz que la habitación sea un lugar cómodo y tranquilo para dormir”.

Toma medidas de seguridad en su entorno

Para evitar lesiones, cierra y traba todas las ventanas y puertas exteriores por la noche. “Incluso podrías cerrar las puertas interiores o colocar alarmas o campanillas en ellas. Bloquea los portales o escaleras con una reja o una puerta de seguridad, y corre los cables eléctricos u otros objetos que representen un peligro de tropiezo. Evita usar literas”, advierte la experta.

Controla el estrés

Identifica las cuestiones que pueden provocarle estrés y piensa en posibles maneras de afrontarlo. “Si tu hijo parece ansioso o estresado, habla con él acerca de qué lo perturba. Un profesional de salud mental puede ser de ayuda”, aconseja.

Reconfórtalo

Cuando surja algunos de estos episodios, también puedes abrazar y calmar suavemente a tu hijo e intentar llevarlo de nuevo a la cama. “Háblale con suavidad y con calma. Sacudir al niño o gritar podría empeorar la situación”, señala.

 

Haz un registro

Lleva un registro diario del sueño. Belén recomienda: “Durante varias noches, toma nota del tiempo que transcurre desde que se va a dormir hasta que se produce el episodio de terror nocturno. Si el tiempo es bastante similar, despertarte antes de un episodio puede ser útil, para estar más preparado si llegase a repetirse”.



¿Cuándo desaparecen los terrores nocturnos?

A pesar de ser sensaciones nada placenteras y muy desagradables para el pequeño, los terrores nocturnos no suelen ser una causa de preocupación. “La mayoría de los niños superan los terrores nocturnos antes de la adolescencia, aunque pueden requerir tratamiento si causan problemas para dormir lo suficiente o suponen un riesgo de seguridad”, nos comenta la psicóloga.

Consulta con el pediatra si los terrores nocturnos:

  • Se presentan con más frecuencia
  • Interrumpen de forma habitual el sueño
  • Provocan síntomas diurnos de somnolencia excesiva o problemas para cumplir con el progreso escolar
  • Siguen apareciendo después de la adolescencia o comienzan en la adultez
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