© AdobeStock Niña con recortables de familia divorciada

Psicología

‘Nos hemos divorciado y nuestro hijo nos pide que volvamos’

El divorcio es una experiencia muy difícil de gestionar para los padres, para los hijos y para todo el entorno más extenso. Pero los más pequeños se pueden sentir especialmente perdidos si no entienden que es un paso definitivo.

Tras una separación o un divorcio, los hijos pueden pasar por muchas etapas. Al comienzo, sobre todo si son muy pequeños, es muy probable que no comprendan lo que está sucediendo. Ellos tienen otra percepción del tiempo donde el concepto de ‘para siempre’ es más difícil de asimilar.

Luego, cuando son algo más mayores, es muy habitual que mantengan la esperanza de que los padres puedan volver a estar juntos, e incluso que lo manifiesten reiteradamente. Le hemos preguntado a Mª Dolores Seijo Martínez, presidenta de la Sección de Psicología Jurídica del COPG (Colegio Oficial de Psicología de Galicia) sobre este asunto.

Explicar la separación de forma adecuada

Los niños suelen percibir con mucha claridad la situación de pareja de sus padres, por lo que la noticia del divorcio no les suele pillar de sorpresa. Sin embargo, es muy importante darla de forma adecuada, teniendo en cuenta la edad de los pequeños, su capacidad de comprensión y las circunstancias que rodean la ruptura. Lo ideal es que sea comentado de forma conjunta por ambos progenitores a sus hijos, que intervengan los dos en la explicación y que el momento sea el idóneo.

Tener este momento en que se comunica la noticia es importante, ya que la experta insiste en que “la ausencia de una explicación sobre lo que sucede alrededor del niño, adaptada a su edad, puede generarle angustia, confusión e inseguridad”.

La esperanza de la vuelta

La mayoría de los niños tienen esperanza en que sus padres vuelvan a estar juntos de nuevo tras la ruptura. Es “una situación muy deseada y esperada”, como destaca Mª Dolores Seijo. Por tanto, sabiendo que esto se va a producir, los padres han de estar atentos a las distintas señales que puedan ir ofreciendo sus hijos en este sentido.

En este sentido, la psicóloga considera necesario que la decisión de continuar o no con la pareja competa en exclusiva a los padres: “Los hijos deben permanecer fuera de la ecuación”. Debe ser así incluso si muestran su deseo de que los padres vuelvan a estar juntos. Cuando la determinación del divorcio sea firme es cuando hay que hacérselo saber a los niños.

Así, la especialista considera que sería muy oportuno contar con programas especializados de orientación, información y apoyo para poder desenvolverse en la situación de la mejor forma posible para ellos y para sus hijos, con el fin de mantener una buena relación.

Para ella, “la forma en cómo se gestiona la ruptura y el tipo de relaciones que los miembros de la pareja mantienen tras la separación son la piedra angular determinante del bienestar de los niños y los adolescentes”.

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Ruptura de pareja, pero no de familia

Cuando se rompe una pareja con hijos, estos han de saber que se ha roto la relación entre sus padres, pero no se trata de una ‘ruptura de familia’. “La relación como progenitores no se puede romper, se lleva de por vida. Por eso hay que proteger esa relación, porque representa la familia de los hijos. Esto es algo que no se puede cambiar”, advierte la especialista del Colegio Oficial de Psicología de Galicia.

En este sentido, sería normal hacer planes juntos, coincidir en algunas celebraciones... en las que los hijos deben tener claro que se trata de momentos familiares y no de pareja de sus padres, aunque estén juntos en el mismo espacio.

Pero no siempre es sencillo lograrlo. En el caso de que a los padres les resulte difícil mantener una relación cordial y de familiaridad por el bien de los hijos, la recomendación de Mª Dolores Seijo Martínez es pedir orientación y ayuda psicológica especializada “para ser capaces de mantener y cuidar la relación coparental”.

¿Y qué sucede si los padres encuentran una nueva pareja? “La presencia de una nueva pareja no es en sí misma negativa para los hijos, aunque puede serlo cuando se produce de un modo repentino o cuando se cambia a menudo”, indica Mª Dolores Seijo. Otra situación complicada puede ser si la nueva pareja suplanta los roles y las funciones del otro progenitor.

En todo caso, la existencia de la nueva pareja puede ser la constatación para el niño de que sus padres no van a volver, con lo que hay que intentar manejar la situación con el máximo cuidado.


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