"Uno de los momentos más especiales de nuestra relación fue cuando Borja me pidió que me casara con él. Organizó un fin de semana romántico en Samaniego, La Rioja (yo no tenía ni idea del destino hasta que llegamos) y nos quedamos en un antiguo palacete en el que estaba absolutamente todo el mundo compinchado con él. Borja reservó para cenar en el restaurante del palacete, y cuando acabamos de cenar, antes del postre, se apagaron las luces, empezó a sonar la canción de Ed Sheeran Perfect y me trajeron una caja de madera a la mesa (en ese momento ya me empecé a sospechar que algo importante iba a pasar). Cuando abrí la caja no había una botella de vino, sino el anillo de compromiso. Borja se arrodilló, dio el discurso más bonito del mundo y luego me pidió que si quería casarme con él. ¡Por supuesto dije que sí!".
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