Son muchos los diseñadores, artesanos y expertos nupciales que se confiesan grandes admiradores del velo y la mantilla. Este complemento, reconocido por otorgar magia al look de la novia, ha evolucionado con los años hasta convertirse en el gran protagonista en los estilismos más sencillos. Con una larga historia, en este 2022, el accesorio estrella de las prometidas estilosas mira al pasado, como ya nos desvelara Rosa López, responsable de atención al cliente en la reconocida firma de artesanía sevillana Juan Foronda. “La historia de estas piezas ha ido evolucionando en los últimos años. En los años 60, los trajes de novia eran cortos y los velos ligeros y cortitos. Ahora se ha impuesto de nuevo el manto de novia, algo que se usaba en el siglo XIX, muy bordado, una auténtica preciosidad. Se lo hemos visto a infantas y reinas, desde que volvieran a ser tendencia en 1970 y 1980”, nos contaba.
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