"La boda tenia lugar en la casa de Llavaneras que construyeron mis abuelos. En plena naturaleza y con vistas al mar, era el lugar perfecto para tener una boda campestre. ¡Solo que lo campestre es lo que menos nos define! Somos una pareja muy urbana, a mi me encanta el estilo parisino, la moda, los bares de ciudad etc. El objetivo fue entonces convertir el jardin campestre de la casa de mis abuelos en un salón urbano al aire libre. Para ello alquilamos sofás y taburetes de terciopelo, chesters, sillas de metraquilato, mesas y taburetes dorados, alfombras, y pusimos también alguna lampara de pie. Negro, dorado y rojo, fueron los colores prominentes de la decoración, que me recordaban al estilo de los boudoirs de las années folles. Todo ello acompañado de las plantas naturales que ofrecía el jardín".
- María, la novia del chaleco bordado que se casó con su primer amor