Consejos de experto

Así se debe llevar la mantilla en una boda según el protocolo: 12 claves de estilo


Descubrimos las normas de etiqueta que debe cumplir la madre del novio, según el protocolo, si quiere ser una madrina de boda con mantilla


Look de madrina con mantilla rojo© Historias que empiezan con un sí
Estrella AlbendeaColaboradora de Novias
22 de septiembre de 2025 - 19:00 CEST

Aunque no convencen a todas las madres del novio, las mantillas son ese accesorio clásico que viste de elegancia el look de la madrina. Acerca de cómo llevar esta pieza es habitual que surjan dudas, puesto que no conocer las normas de etiqueta que giran en torno a este complemento puede hacer que se vista de forma errónea y que el resultado no sea favorecedor. Para descubrir el protocolo que rodea al uso de la mantilla en una boda, recopilamos 12 detalles y consejos de experto para lucir esta histórica joya española y conocer sus características.

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© Nolita Studio

1. Un vestido largo o al tobillo para la madrina

“El vestido de madrina es generalmente un vestido tobillero o largo, principalmente ideado en tonos lisos. En general, son vestidos sobrios con un toque de elegancia”, explicaba Álvaro Poyato, fundador de Poydel, en conversaciones con nuestra revista. Y es que, a diferencia de lo que sucedería con otros accesorios del look de la madre del novio, que se eligen una vez que el diseño está definido o incluso confeccionado, cuando la madrina va a llevar mantilla, debe plantearlo desde el primer momento, pues todo girará alrededor de esta pieza. Ya sea un vestido a medida o de colección, deberá ser una pieza no muy estridente, dado que así lo exige el protocolo entre quienes eligen mantilla.

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© Historias que empiezan con un sí

2. Nada de estampados en el diseño

Si hay una norma que sin duda se debe de cumplir cuando una madrina de boda quiere llevar mantilla, esa es la de no vestir con estampados. Escoger un único color o a lo sumo dos tonalidades es lo más acertado para acompañar esta pieza qué será, en realidad, el centro de todas las miradas y por su carácter tradicional no admite otras estridencias en el look. El protocolo no dice nada sobre la pedrería, aunque no es la opción más apropiada. Si bien hay materiales más populares que otros (como el crepe, la seda rústica, el tweed, entre otros), en realidad es posible encontrar inspiración de algunas madrinas que sí han querido jugar con las telas y se han sumado a la pedrería en la versión más discreta, sutil y de tonos neutros posible. Pero siempre desde una visión minimalista.

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© @debodaconmigo. Foto: @monicaortdomin

3. Escotes pronunciados prohibidos

Escotes cuadrados, tipo barco, estilo bañera, a la caja, pérkins, redondo, asimétrico e incluso transformable (gracias a chales, piezas de quita y pon y chaquetas). Son muchas las opciones de las que dispone la madrina de boda cuando diseña un look para el enlace de su hijo, pero debe tener claro que, marcan las normas de vestimenta con mantilla, los de tipo pronunciado no son una elección apropiada.

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© Mónica Ortega

4. Con el permiso de la novia

Dicen las normas de etiqueta que madrina y novia han de ponerse de acuerdo con respecto al uso de mantilla. "Lo más relevante que debe tener en cuenta es que sea petición de la novia”, indicaban desde Tita Trillo. Si no es así, la madre del novio deberá consultar a la protagonista del día si está conforme. A día de hoy, dada la buena sintonía entre suegras y nueras, lo habitual es que esta cuestión no dé lugar a conflictos u incomodidades.

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© Historias que empiezan con un sí

5. Mantilla negra para las casadas

La fórmula de estilo más popular (y también la más protocolaria) entre las madrinas de boda que recurren a este complemento, es llevar una mantilla negra con un vestido de silueta recta y líneas limpias (por lo general, de tonalidad suave, aunque ahora se suman otros colores más vibrantes). Esto es así porque la mayor parte de las madrinas están casadas y para ellas se reserva el negro como color del encaje. Las redes sociales están repletas de estas invitadas perfectas que acompañaron a su hijo al altar y estaban verdaderamente elegantes y favorecidas.

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© GTRES

6. Mantilla cruda o clara para las solteras

Contaba Carmina Pairet, de L'Arca Barcelona, acerca de las mantillas de tonos claros, más habituales entre las novias, que "en las casas mejor situadas de Andalucía y otras zonas de España siempre hay una mantilla blanca preparada para las bodas. Además, hubo un boom importante de la mantilla en los años 90 con la boda de Laura Ponte y los diseños de Lorenzo Caprile y se solía poner el velo con un moño bajo y prendido con un broche o con tiara”. Y estas piezas, que han acompañado a mujeres al altar y se utilizan en fiestas populares, ahora también convencen a las madrinas. La norma, costumbre que ha pasado de generación en generación, nos dice que la de tonos crudos debe ser para las mujeres solteras. En la práctica, basta con que la madre del novio consulte a la novia si le supone un problema que la utilice y, con su autorización, se termina por lucir sin problemas.

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© @invitadaideal

7. Únicamente en bodas religiosas

Lejos de lo que pudiera pensarse, no todas las madrinas españolas pueden llevar mantilla en una boda. Aunque tuvieran el vestido apropiado para ello y los complementos y joyas perfectos para completarlo, hay dos requisitos fundamentales que deben cumplirse para llevar este accesorio: que el enlace sea religioso, concretamente católico y que el novio, del que su madre se cogerá del brazo, decida vestir un chaqué. Sin estos dos puntos confirmados, no sería apropiado lucir una mantilla.

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© Palogoca

8. Zapato cerrado como calzado

El calzado también forma parte de los elementos que hay que tener presentes cuando se decide llevar una mantilla a una boda. El protocolo dice que la madrina de boda deberá siempre lucir zapato cerrado y por lo general de altura media y sin plataforma. Por tanto, al querer llevar este accesorio clásico, deberá renunciar a la posibilidad de lucir sandalias.

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© @quesigaelbaile. Foto: @saudade.estudio

9. Elige entre mantilla de chantilly o de blonda

A la hora de decidir qué mantilla llevar, la madrina de la boda tiene dos opciones, según el tipo de bordado dibujado: de blonda o de Chantilly. Las de blonda son más tupidas, tienen más marcados los bordes y los dibujos que se hacen sobre el tul tienen motivos florales. En las de Chantilly (localidad francesa de la que son originarias), el tul y el bordado se hacen a la vez, se tejen en la misma pasada, en su totalidad, pero son más ligeras. Desde Lina Sevilla recomiendan en su web: "la mantilla de blonda es más pesada que la de chantilly, pero si te gusta que se vea el efecto del encaje bordado, esta es la mejor opción. Las mantillas de chantilly no pesan prácticamente nada, son muy cómodas de llevar. La mantilla de blonda da bastante oscuridad a la cara, pero si la llevas con unos pendientes vistosos y que tengan luz te aportarán mucha claridad y te verás más favorecida, mientras que la mantilla de chantilly es muy transparente, por lo que deja que la luz entre más y la cara no se vea tan oscura".

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© @titatrillomilano

10. La peina (o peineta) dependerá de la altura de la madrina

Al igual que los bordados sobre el encaje de la mantilla pueden ser grandes o pequeños, también lo puede ser la peina (que no peineta, puesto que no todos los expertos consideran correcta esta acepción). Con diferentes formas, las peinas pueden ser altas o bajas y su elección dependerá de la altura de la mujer que la vaya a utilizar. A mayor altura de la madrina, mayor podrá ser la teja y cuanto más bajita sea, más pequeña deberá ser. El objetivo es encontrar el equilibrio y armonizar su rostro.

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© @jorgevazquezatelier. Foto: @plata.forma_

11. La colocación del complemento, todo un arte

Llevar correctamente la mantilla en una boda no pasa únicamente por saber construir el look, sino por conocer cómo ha de colocarse. La teja debe siempre de estar recta, entre dos peinecillos y sujeta con alfileres con cabecilla, tal y como nos recordaban los expertos. Mila Montero, de la firma sevillana Lina, recordaba que la forma de ubicar este accesorio en Semana Santa y como madrina de boda es muy similar. "Normalmente en Semana Santa se suele poner de la forma tradicional, es decir, que se vea un poco el pelo por delante, con las blondas que enmarquen el rostro de la mujer y recogida atrás con un broche. El llevar la mantilla de madrina invita a hacer algo de más de fantasía, como fruncirla un poco por la parte de delante, recogerla de un hombro con un broche de adorno", apuntaba.

Desde Juan Foronda iban más allá para recordar algunos detalles imprescindibles: "la mantilla deberá contar con el largo adecuado a cada persona. Por la parte delantera, deberá contar con un largo hasta la altura de las manos y por la parte trasera, un largo unos dedos por debajo de la altura de la cadera. Será conveniente, para evitar el ‘vuelo' de la mantilla, sujetarla al vestido de forma discreta”. Con esto último, se refieren a fijarla a la altura de los hombros, siguiendo estos pasos: "la podemos afianzar con alfileres en ambos hombros, siempre girando la cabeza al lado contrario donde se vaya a afianzar, para que tenga juego y movilidad, logrando además que la mantilla no se mueva con el viento y luzca más".

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© Marta Sánchez García-Villalón

12. El tiempo que debe llevarse puesta en la boda

Como tocado, la mantilla no debe vestirse durante pocas horas o solo en la ceremonia, es una pieza pensada para llevar todo el día, especialmente en bodas celebradas por la mañana. "La madrina deberá mantenerla por lo menos hasta el inicio de la cena o comida. Además, ¡si baila el vals con ella, mejor que mejor! Siempre quedan más elegantes las fotos”, aconsejaban desde la casa Tita Trillo. Es por ello que la madrina debe probar su peinado con anterioridad al gran día y colocarse la teja durante esa misma cita, recomiendan los diseñadores, para que teste de qué forma estará mejor sujeta y si la colocación le resulta muy molesta, poder buscar una alternativa.

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