Algunas joyas son piezas que, en ocasiones, esconden historias, recuerdos que esperan a la mejor ocasión para volver a salir a la superficie y emocionarnos como el primer día. Otras, en cambio, son usadas como motivo de diversión o, simplemente, para añadir grandes dosis de sofisticación a los estilismos que las acompañan. Las bodas son, sin lugar a dudas, la mejor oportunidad para tanto abrir el joyero y bucear entre las reliquias que guarda como para adquirir, del catálogo de nuestras tiendas favoritas, alguna que otra novedad que destaque sobre el resto. Seas del bando que seas, de seguro, no quedaste indiferente con los colgantes, pendientes, anillos y broches que defendieron las invitadas al enlace de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo, celebrado ayer en la capital madrileña.
La gran protagonista
Teresa Urquijo, si bien no pudo llevar la tiara familiar, pues fue subastada hace algunos años, deslumbró como nunca con unos pendientes alargados con forma de lágrima de brillantes, joya que, sin lugar a dudas, favorecía al máximo su rostro.