Encarna a la perfección el ideal estético del prêt-à-porter estadounidense: una sofisticación sin pretensiones, depurada, perfecta dentro de su estudiada sutileza. Así nos lo apunta Inés Martín Alcalde: "Carolina es elegante, sencilla y con líneas siempre muy limpias". No en vano, Carolina es digna heredera de una de las grandes creadoras de la "american fashion" del siglo XX, como Halston o Ralph Lauren: su madre, Carolina Herrera.
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Carolina es elegante, sencilla y con líneas siempre muy limpias. Encarna el espíritu genuinamente americano, con una estudiada despreocupación
Diseñadores capaces de aunar, con la frescura propia del Nuevo Mundo, el funcionalismo del sport con las hechuras aristocráticas europeas y darle un nuevo impulso. Ya sea disco. Ya sea criollo. Carolina, siempre con su cabello recogido como una vestal clásica, juega con túnicas y la reinvención del "New Look" de Dior, a través de Givenchy, para convertirse en una versión 5.0 de Audrey Hepburn
