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Mantenerse soltero es, claro está, una elección personal. Y los datos no hacen sino reflejar una realidad evidente: las cifras de personas solteras aumentan. Así, según los datos del INE (de noviembre de 2022), en España hay cerca de 14,4 millones de solteros, un máximo histórico. Una forma de vida que tiene, como casi todo, ventajas e inconvenientes. Y es que si bien hay quien dice escoger este estilo de vida por la libertad que aporta, también es cierto que los solteros se encuentran con mayores trabas económicas al tener que enfrentar en solitario la compra de una casa, un coche, a las facturas o incluso el menú de la semana.

 

Sin embargo, los datos apuntan que, a pesar de los supuestos inconvenientes, son cada vez más los que se decantan por la vida en solitario. “El aumento está claro, hay un cambio paradigmático en el modelo de familia por un lado, y hay quizá también una precariedad vital que impide muchas veces la búsqueda de la pareja. Esto tiene que ver con la conciliación de la vida personal con la profesional, relacionada con tener suficiente poder adquisitivo o tiempo para estar con una persona o poderla conocer, porque nos vamos más a entornos digitales que dificultan los contactos analógicos y hacen que las diferentes personas lo tengan más difícil, no para tener una nueva relación afectivo-sexual esporádica sino para plantearse una relación estable en el tiempo. Sobre todo porque a veces hay que conciliar incluso con hijos de relaciones anteriores, que nos llevan a plantear otras alternativas de vida que no serían una pareja estable conviviendo, sino otros modelos”, comenta Rebeca Cordero, profesora de Sociología en la Universidad Europea.

 

Y todo ello a pesar del estigma que puede haber tenido (y sigue teniendo en muchos lugares del mundo) el hecho de no tener pareja. Desde TherapyChat cuentan que la creencia de que “si no tienes pareja es porque estás haciendo algo mal” continúa vigente y la presión social para encajar en el modelo de familia tradicional sigue haciéndose notar.

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¿Tiene ventajas e inconvenientes la soltería?

“No pienso que haya ventajas o desventajas de la soltería, salvo aquellas que tienen que ver con el tipo de vida, y con la conciliación de la vida personal y familiar. Es decir, si estuviésemos en un estadío de soltería, quizá tendríamos más capacidad para organizar nuestra vida según nuestros propios intereses o cuestiones que tendrían que ver más con una percepción de una mayor libertad en lo que a la toma de decisiones se refiere. Sin embargo, esto nace de una percepción en cuanto que para algunos estar en la soltería lo identificarán como algo positivo y otros como negativo. Con lo que tiene que ver con las cuestiones económicas, ese sí que podría ser un punto negativo, pues dos personas aportando un salario pueden tener una mayor disposición económica que las personas que viven de manera aislada”, nos cuenta Rebeca Cordero.

 

Y añade que en las cuestiones que tienen que ver con organización y planificación en caso de hijos, podríamos decir que en ese sentido siempre sería más sencilla la organización en sí misma estando en pareja que en la soltería. “Pero no podríamos establecer una diferenciación clara de ventajas e inconvenientes porque dependerá de aquel que lo viva y de cómo lo viva”, considera.

 

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La soltería como una losa

Partiendo de este estigma, una de las dudas que nos surge es si la soltería puede llegar a ser una losa más para las mujeres o para los hombres. “No creo que apelativos como losa se puedan ajustar a ninguna forma de ser o estar en sociedad, porque eso es una elección o una situación que puede ser corregida o no en el tiempo, pero que no podemos darle un cariz negativo en ningún caso. Son tomas de decisiones, son situaciones vitales a las que el individuo se expone, que pueden ir transformándose con el paso del tiempo y más en sociedades tan cambiantes como las que estamos”, cuenta Rebeca Cordero.

 

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¿Soltería igual a soledad?

Lo que hay que tener en cuenta es que en muchas ocasiones, estar soltero puede hacer que empecemos a replantearnos el hecho de si en realidad la soltería es solo un estado civil o si es un estilo de vida que de verdad nos hace sentirnos solos. “El problema radica en que aún seguimos asociando soltería con soledad y, por ende, otorgándole una connotación negativa. Sin embargo, existen claras diferencias entre ambos estados. De hecho, una persona soltera puede sentirse mucho más acompañada que una persona que está en una relación tóxica o disfuncional”, cuentan los expertos de TherapyChat.

 

“Por supuesto que soltero no es igual a estar solo, porque ha habido una ruptura paradigmática en lo que son las relaciones afectivo-sexuales, y ahora mismo incluso las  aplicaciones nos permiten tener a cada momento lo que necesitamos sin perpetuar un modelo conservador y tradicional. Por otra parte, tenemos individuos que sí que buscan realmente esos modelos más clásicos y convencionales. Podemos decir que en la sociedad actual tenemos un espacio abierto para las diferentes formas de ver, de ser y existir en la misma, con lo cual soltería no es igual a estar solo, y también hay que establecer una cierta reivindicación a la independencia de los individuos que consideran estar bien en este sentido”, apunta la profesora de Sociología.

 

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Presión por dejar de estar solteros

Hay que sumar, eso sí, un factor más: para muchas personas, cuando se empieza a acercar la treintena, aparece una presión adicional por dejar de estar solteros. “Antiguamente, incluso antes de los treinta años, era normal tener pareja y trabajo estables, hipoteca e hijos. En la sociedad actual, encontrar la estabilidad resulta mucho más complejo, ya no solo porque contamos con mayores libertades y oportunidades que nos alejan de lo previamente establecido, sino porque la idea de la paternidad aparece en edades mucho más avanzadas al haber antepuesto o priorizado otros objetivos o al no poder conseguir un trabajo fijo hasta más tarde”, comentan en TherapyChat. Por eso, en esa década que va de los 30 a los 40, dicha presión puede hacerse incluso agobiante.

Tanto es así que empieza a desencadenar en la persona sentimientos de angustia, fracaso y decepción, llegando incluso a generar inseguridades y a afectar a la autoestima, sintiendo que hay algo que estás haciendo mal o que hay algo que falla en ti que hace que no merezcas que te quieran.

 

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Un problema mayor para las mujeres

Hay que tener en cuenta, además, que dichas emociones no aparecen por igual en hombres y mujeres. “Según las investigaciones de Magraner (2021), llega un momento en el que las mujeres empiezan a experimentar cierta presión con respecto a su soltería. Sin embargo, este malestar no tiene por qué ocurrir con los hombres. Esto puede estar relacionado con un remanente de la idea de la pérdida de la fertilidad, la cual ocurre mucho antes en mujeres que en hombres. A las mujeres aún se les hace sentir que, a medida que son mayores, su realidad cambia y ya no tienen tantas posibilidades de poder encontrar a la persona adecuada con la que ser madres”, explican los psicólogos.

 

“Se estigmatizaba la soltería y más en el caso de las mujeres, en cuanto que se evidenciaba de alguna manera que esas personas podrían no estar aportando a la sociedad esa fase de perpetuación de la especie a través del rol reproductor. Con lo que en el caso de las mujeres aún más, porque hay una estigmatización de la mujer respecto a que su ciclo biológico tiene que ver con su ciclo de la vida, y eso de alguna manera ha sido criticado a nivel social. Afortunadamente esto está cambiando, aunque siempre, en estados de soltería, las que salen peor paradas son las mujeres con respecto a los hombres, porque a los hombres siempre se los considera que están a tiempo para cambiar de estado o de situación, cosa que la mujer pareciese que no, porque si llega demasiado tarde perder la posibilidad de ser madre”, apunta Rebeca Cordero.

 

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Algo está cambiando

Los expertos, eso sí, están comprobando cómo en los últimos años, la tendencia está cambiando. “Afortunadamente está cambiando ese modelo porque la sociedad está en constante cambio y transformación y que lo que teníamos asumido como una tradicional relación afectivo-sexual estable en el tiempo, pues en estas sociedades ligeras o líquidas, si algo se transforma son las relaciones, son las formas de estar o ser en sociedad, y esto también tiene una afectación directa en las formas en las que los individuos sienten y están en sociedad. Hay individuos que no están dispuestos a aceptar determinadas limitaciones que pueden asumir en las relaciones, otros porque no quieren sentirse atados quizá por los mitos del amor romántico, y otros, por el contrario, porque aun siendo una soltería elegida o dada, es decir, que a veces el individuo quiere mantenerse en ese estadio y otro es que no encuentra otra salida, pues se siente orgulloso, porque siente que es un individuo y un ciudadano pleno como el resto de los demás”, comenta la socióloga.

 

Puede influir, además, incluso el hecho de que personas influyentes en redes sociales o celebridades tradicionales, han empezado a hablar con orgullo del hecho de no tener pareja, lo que ha generado todo un nuevo concepto o movimiento de soltería voluntaria o estado de autopareja. “Este tipo de movimientos defienden la soltería como una forma de vida en la que no hay estigmas y no hay que dar explicaciones por vivir con uno mismo sin tener la necesidad de compartirse con otras personas. Además, apoyan la visión de que la falta de una pareja romántica no es algo negativo, puesto que hemos evolucionado hacia una nueva forma de articular las relaciones románticas y ya no necesitamos a otra persona para reproducirnos”, comentan desde TherapyChat, donde consideran que estar soltero está empezando a ser un verdadero privilegio, por lo que es importante aprender a verlo como tal. La soltería puede ser un camino temporal o definitivo, pero plagado de experiencias, autoconocimiento, introspección, seguridad personal y vivencias enriquecedoras. Enseña a cerrar etapas, a curar heridas, a superar dependencias emocionales y a aprender a querer de forma más segura.

 

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La soltería a nivel psicológico

“A nivel psicológico, la soltería permite una reconexión con uno mismo que es muy importante para lograr construir una autoestima sana que nos permita poder tener mejores relaciones futuras que no se basen en la dependencia o la necesidad. Nos enseña a compartirnos sin necesidad de abandonarnos, puesto que muchas veces por el hecho de querer estar con alguien para evitar sentirnos solos, tendemos a dar más de lo que debemos, pudiendo incluso llegar a perder nuestra identidad propia”, explican los psicólogos.

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Claves para aprovechar la soltería

Los expertos de TherapyChat nos ofrecen 5 claves para que puedas aceptar y aprovechar plenamente la soltería sin tener miedo:

  1. Practicar más el autocuidado. Dedicar todo el tiempo que dedicarías a otra persona en cuidar de ti, tomar decisiones que fomenten tu bienestar personal y tu confianza en ti mismo.
  2. Centrarte en tus propias metas y en tus sueños personales. Dedicarte a tus proyectos sin culpa, para convertirte en tu mejor versión y en aquello que siempre has querido ser.
  3. Aprender a convivir contigo mismo. Aceptar y disfrutar de la soledad en plenitud para así en un futuro no continuar buscando a alguien que te complete, sino a alguien que te acompañe, respetando tu independencia y tu propia identidad como individuo. Además, pasar tiempo contigo mismo te ayudará a conocerte mejor y a entender qué es lo que quieres y lo que no, tanto en tus relaciones como en tus proyectos personales.
  4. Entender que estar soltero no significa estar solo y que el hecho de que ahora no estés con nadie, no significa que nunca lo vayas a estar. Estar soltero puede ser un estado perfecto y una elección de vida, no es obligatorio tener pareja. Para ello hay que asumir que no hay un estilo de vida mejor que otro, simplemente hay distintas opciones y cada uno es libre de elegir cuál es la que más le llena.
  5. Realizar terapias como mindfulness o reestructuración cognitiva. Estas pueden ser de gran ayuda para aprender a vivir el aquí y el ahora y cambiar aquellas creencias y pensamientos erróneos que no nos dejan disfrutar del momento presente.

La clave del bienestar emocional, por tanto, es estar satisfechos con lo que somos, con cómo estamos y con lo que tenemos.

 

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