A partir de los 35 el 95% de las personas consideran que su vida ha alcanzado un punto de estabilidad que necesariamente tiene que mantenerse y pocas se arriesgan al cambio aunque lo sueñen. Romper creencias no es sencillo y, entre otras cosas, hace falta disciplina.
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Tracy Harmoush, conferencista, emprendedora y creadora de contenido especializada en crecimiento personal visitaba recientemente el plató de The Balance Theory Podcast, un programa semanal de autodesarrollo presentado por Erika De Pellegrin, una abogada australiana que superó el burnout del mundo corporativo y decidió crear un espacio para hablar de bienestar.
Tracy hablaba de estas cuestiones y revelaba cuál ha sido su truco infalible a lo largo del tiempo. Ese que la ha salvado de estancarse y la ha mantenido activa y abierta al cambio. Y no: nada tiene que ver con buscar referentes. Más bien todo lo contrario.
Por qué la disciplina es la base de todo
Como señalábamos al comienzo, para Tracy el factor diferenciador es la disciplina. "La disciplina no es restricción. La disciplina es libertad", dice Tracy. Y es contundente al afirmar: "Si no tienes disciplina para entrenar, serás prisionera de tu cuerpo. Si no tienes disciplina para comer bien, serás prisionera de la enfermedad. Si no tienes disciplina financiera, serás prisionera de tus deudas".
Según la experta: "La disciplina no se preocupa por tus sentimientos. No espera a que "te sientas bien".
Si tu mente no está alineada con tu propósito no hay acción posible.
Harmoush lo tiene claro: "No importa cuántos cursos tomes, cuántos libros leas o cuántos objetivos tengas: si tu mente no está alineada con tu propósito no hay acción posible". "Yo sé cómo lanzar un producto. Sé cómo entrenar, cómo comer bien, cómo construir un negocio. Pero si no estoy centrada mentalmente, no puedo comprometerme con nada. La mentalidad es lo que permite el cambio", argumenta la experta.
Disciplina y motivación no son lo mismo
El mensaje de la experta es claro: "La motivación es frágil y pasajera. Nadie se siente motivado todos los días. La motivación no precede a la acción; la acción crea la motivación". El plan, para ella, es evidente: "Primero haces, incluso sin ganas. Luego ves progreso. Ese progreso genera motivación. La disciplina crea acción. La acción crea resultados. Los resultados crean motivación".
Y ¡cuidado! Lanza un consejo indispensable: "Cuando encuentres impulso, no lo sueltes. Porque recuperar el momentum es mucho más difícil que mantenerlo".
La disciplina existe precisamente para los días en los que no tienes ganas. No le importa cómo te sientes hoy; le importa quién serás mañana.
El 95% de las personas no cambian a partir de los 35
Tracy saca a colación esta estadística. Y es cierto que tendemos a pensar que a partir de esta edad todo se "estabiliza". Pero ¿y si llegados a ese punto no estuviéramos conformes y necesitásemos un cambio?
La vida tiene temporadas. Hay temporadas de carrera. Temporadas de familia. Temporadas de introspección. Y eso está bien.
Para Tracy, la mayoría de las personas vive en piloto automático. Repiten patrones, hábitos, reacciones emocionales y decisiones sin cuestionarlas. Por eso, asegura que "la autoconciencia es un superpoder que muy pocos desarrollan".
"El cambio deja de ser una amenaza cuando entiendes que siempre existe la posibilidad de crecer", explica la oradora. "Incluso cuando algo falla, puedes cambiar de dirección. Y siempre hay algo valioso del otro lado del miedo", agrega.
Un truco: observa a las personas en las que no quieres convertirte
"Una de las cosas que más me despertó fue observar a personas en las que nunca quise convertirme: personas mayores, amargadas, rígidas, solas, incapaces de escuchar o de adaptarse", explica Tracy. "Mi mayor miedo es envejecer sin sabiduría. Porque si no hay sabiduría, solo hay envejecimiento. Y una persona que envejece sin crecer termina siendo una carga emocional para quienes la rodean", sostiene.
Y con todo y con ello, su mensaje brinda un aliento brutal para lanzarse, para arriesgar, para no conformarse, para atreverse a triunfar y abandonar la duda.