Los médicos lo tienen claro: no se pueden normalizar las molestias digestivas. Gases, hinchazón abdominal, acidez... Cuando estos problemas se repiten día tras día no deberían ser minimizadas. Aunque muchos las consideran pasajeras o “cosas del comer”, lo cierto es que pueden esconder algo más profundo. De hecho, cerca de la mitad de las personas que consultan por dolor abdominal persistente durante más de tres meses tienen un trastorno digestivo funcional (TDF)… y no lo saben.
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No podemos perder de vista que ignorar estos síntomas puede afectar seriamente la calidad de vida. Por eso, es fundamental aprender a escuchar al cuerpo, reconocer cuándo algo no va bien y saber en qué momento pedir ayuda profesional. Porque lo que parece “normal” podría ser la señal de que algo necesita atención.
Cuáles son las molestias digestivas más frecuentes
Una de las primeras dudas que nos surge es cuáles son las principales molestias que pueden alertarnos de que padecemos un problema digestivo. Hemos hablado con el doctor Miguel Ignacio López Ramiro, Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y asesor Médico de Schwabe Farma Ibérica, quien nos detalla que son las siguientes:
- Dolor abdominal recurrente.
- Distensión o hinchazón.
- Acidez estomacal.
- Náuseas, diarrea o estreñimiento crónicos.
- Pérdida del apetito.
- Presencia de sangre en heces o vómitos.
“Estos síntomas pueden ser indicativos de trastornos digestivos funcionales como dispepsia funcional y el síndrome de intestino irritable. También es muy frecuente es la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), entre otros trastornos de la motilidad”, nos cuenta el especialista.
Los expertos apuntan que si las molestias afectan a la calidad de vida o no mejoran con cambios en la dieta o con el uso de medicamentos, debemos acudir a una evaluación médica
En qué casos conviene acudir al médico
Todos, en algún momento, hemos padecido esta sintomatología, especialmente hinchazón, gases o acidez. Por eso, es importante saber en qué casos entonces debemos preocuparnos y consultar con un especialista para saber si es un problema puntual o no. “Es importante consultar a un especialista si las molestias digestivas se vuelven comunes, si se presentan junto a síntomas como fiebre, astenia, pérdida de peso inexplicada, fatiga extrema, o signos como sangre en las heces o vómitos; también si hay un cambio significativo en los hábitos intestinales (por ejemplo, diarrea crónica o estreñimiento severo)”, nos detalla el doctor. Y es que no podemos perder de vista que estos signos pueden indicar afecciones graves como infecciones, el síndrome del intestino irritable y enfermedad inflamatoria intestinal, o incluso problemas más graves como úlcera gastroduodenal, adenomas, pólipos o neoplasias.
“Además, si las molestias afectan a la calidad de vida o no mejoran con cambios en la dieta o con el uso de medicamentos, debemos acudir a una evaluación médica, para una anamnesis rigurosa, exploración y diagnóstico adecuado”, recomienda.
Conocemos los síntomas, pero lo cierto es que tendemos a normalizar las molestias digestivas y no siempre les prestamos la atención que requieren. “En general, estos síntomas son comunes y muchas veces los asociamos con factores temporales como el estrés, la mala alimentación o cambios en los hábitos de vida. Muchas veces las molestias digestivas se alivian de manera provisional con remedios caseros, esto hace que no le demos la importancia que realmente tienen”, indica el doctor, que alerta de que este comportamiento puede llevarnos a ignorar trastornos latentes que, si no se tratan adecuadamente y a tiempo, podrían derivar en complicaciones graves a medio y a largo plazo.
Es importante consultar a un especialista si las molestias digestivas se vuelven comunes, o si se presentan junto a síntomas como fiebre, astenia, pérdida de peso inexplicada, fatiga extrema
Por qué es importante diagnosticar estos problemas pronto
Lo que no podemos perder de vista es que en los problemas de salud digestiva, el diagnóstico precoz juega a nuestro favor. “Es fundamental en los problemas digestivos porque permite detectar trastornos pronto, cuando son más fáciles de tratar y con un mayor pronóstico favorable. Por ejemplo, en enfermedades como el cáncer de colon o el cáncer gástrico, la detección temprana a través de pruebas como la endoscopia o colonoscopia puede salvar vidas”, afirma de forma muy clara el doctor. Pero es algo que no sucede solo en los casos más graves, pues un diagnóstico temprano de afecciones como la dispepsia funcional y síndrome del intestino irritable, permite un tratamiento adecuado que puede aliviar los síntomas y evitar complicaciones graves a largo plazo.
¿Por qué debemos cuidar la salud de nuestro sistema digestivo?
Tal y como nos detalla el doctor, el sistema digestivo es fundamental para descomponer los alimentos y permitir la absorción de nutrientes, además de eliminar lo que el cuerpo no necesita y albergar gran parte de las defensas. “Se ha demostrado que existe una conexión entre el cerebro y los intestinos, conocida como el eje cerebro-intestino, donde ambos órganos se afectan mutuamente. La microbiota intestinal estimula la producción de moléculas como serotonina y melatonina, influyendo en el sistema nervioso enviando señales sobre el estado intestinal, lo que resalta la estrecha relación entre ambos sistemas”, nos explica.
Los estudios de Crowell concluyen que estos pacientes suelen tener frecuentemente alteraciones en las esferas psicológica y social, episodios de depresión, ansiedad, vida de estrés y somatizaciones en forma frecuente y que los síntomas se exacerban en situaciones de tensión emocional, cambios hormonales como la menstruación o ataques de pánico. Otro dato observado es el hecho de que las somatizaciones son más frecuentes en este tipo de pacientes comparadas con la población general. Todo ello afecta a la calidad de vida y actividades de la vida diaria.
¿Qué tratamientos suelen ser eficaces para abordar el malestar digestivo?
Es fundamental determinar cuál es el problema que ocasiona ese malestar digestivo para buscar soluciones. Pero, en general, en estos casos, los tratamientos pueden variar desde cambios en la dieta, como aumentar la ingesta de fibra y evitar alimentos irritantes.