Los niveles de colágeno y elastina descienden a partir de los 30 o 35 años. Es un dato que ratifica Carmen Oliva, bioquímica de Pleniage, y que seguramente ya tengas absolutamente interiorizado. Pero lo que quizá no te habías planteado es que entre esta edad y los 45, nuestro cuerpo experimenta muchísimos cambios que no podemos pasar por alto. Los expertos, de hecho, coinciden al señalar que esta es la década más determinante de la vida en términos de longevidad.
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Joanna Bysterveld es una creadora de contenido y lifestyle blogger e influencer que enfoca sus contenidos a la vida saludable. Comparte recetas, consejos de belleza consciente y maternidad. Es la persona detrás del proyecto Healthy Joyful Life y recientemente ha lanzado una interesante reflexión que ha ganado mucha difusión. Hemos querido analizar los datos que Joanna ha brindado a su comunidad de la mano de una experta.
Entre los 35 y los 45 todo cambia
Joanna dice que la década comprendida entre los 35 y los 45 es clave en términos de longevidad. Asegura que, aunque muchas enfermedades crónicas no aparecen hasta más tarde, ¡sus bases suelen comenzar a asentarse hacia finales de los 30. Explica que en esta etapa el metabolismo empieza a desacelerarse, las hormonas comienzan a cambiar y la masa muscular empieza a disminuir. Además, advierte que la bajada de estrógenos de la perimenopausia también puede comenzar a esta edad. Y, con ello, los cambios en el estado de ánimo, el sueño y la salud de nuestros huesos.
Lo mismo ocurre con la testosterona en el caso de los hombres. Baja gradualmente y esto afecta a la masa muscular y la energía. Por todas estas razones, para Joanna, que entiende que nunca es tarde para empezar a cuidarse, los 30 (y concretamente la etapa comprendida entre los 35 y los 45) son el momento perfecto para poner el foco en la salud.
Nos hemos puesto en contacto con la nutricionista integrativa y deportiva Paloma Quintana Ocaña, más conocida en redes como @nutricionconq, autora del libro Cocina, come, pierde grasa y le hemos preguntado hasta qué punto es cierto que el metabolismo se desacelera naturalmente a partir de los 30. También qué cambios sufren a esta edad nuestros músculos y hormonas y qué ocurre realmente con la densidad ósea.
Paloma nos ha contado que sí es cierto que en esta década se producen alteraciones en el organismo que nos hacen percibir ciertos cambios, pero señala que estos se pueden dar a partir de los 30 o más adelante y que, por supuesto, en este sentido, el estilo de vida juega un papel muy importante. "A nivel mental también evolucionamos y nos tomamos las cosas de otra manera y todo esto también hace que nuestro estilo de vida cambie", reflexiona la experta.
"Lo que veo en consulta es que las personas van modificando sus hábitos casi sin darse cuenta y creo que esto tiene una influencia mayor que los puros cambios hormonales o fisiológicos", asegura. De cualquier modo, dice que la pérdida de masa muscular y la pérdida de densidad mineral ósea son un hecho a esta edad porque el pico de masa muscular se produce en torno a los 20. Además, a los 30 solemos pasar más tiempo en entornos cerrados, como oficinas, y nos exponemos menos al sol. Por eso, para Paloma hay que fomentar la educación entre los jóvenes para comer bien, pasar tiempo al sol, trabajar la masa muscular y hacer ejercicio de impacto.
Para Paloma, además, la perimenopausia (que se da en esta etapa) es la mejor excusa para empezar a cuidarse. "La considero una oportunidad maravillosa porque a partir de los 45 es muy difícil cambiar la mentalidad y revertir los daños que ya se hayan producido en el organismo", reflexiona. Además, hace referencia a factores interesantes: "Muchas personas a partir de los 35 tienen mucha vitalidad, herramientas, disponibilidad económica y cuentan con el respeto de la sociedad para tomar decisiones propias". Por todo ello, para la experta, "no solo es que no sea tarde, sino que es el momento ideal".
"Tenemos la vida asentada, nos hemos labrado nuestro futuro profesional, hemos, quizá, formado una familia, y es momento de cuidarse. No se trata de preocuparse, sino de ocuparse de una manera amable por empezar a cuidarse", dice Paloma. "No hay que hacerlo desde el sentimiento de culpa de lo mal que lo hemos hecho hasta ahora, sino por querer mimarnos, porque lo que está por venir puede ser incluso mejor que todo lo anterior. Es el momento de sembrar buenos hábitos con mucha ilusión", finaliza.