María Aguirre, nutricionista: "El agua no aporta calorías, ni engorda, se tome antes, durante o después de las comidas"


Es importante tener en cuenta que el agua es esencial en todo el proceso digestivo. Desde el primer momento, facilita la masticación y deglución de los alimentos


María Aguirre, nutricionista de Blua de Sanitas© Sanitas
16 de septiembre de 2025 - 7:00 CEST

Aunque suele pasar desapercibida frente a los protagonistas de nuestro plato en la mesa, lo cierto es que el agua desempeña un papel fundamental en el proceso digestivo. No podemos perder de vista que desde el primer bocado hasta la absorción de nutrientes, su presencia facilita, protege y optimiza cada etapa. Sin embargo, aún persisten mitos sobre si conviene beberla durante las comidas, si afecta a los jugos gástricos o incluso si puede “engordar”. María Aguirre, nutricionista de Blua de Sanitas, nos aclara las principales dudas que nos han surgido sobre el líquido elemento.

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© Getty Images

¿Qué función cumple el agua durante la digestión?

El agua es esencial en todo el proceso digestivo. Desde el primer momento, facilita la masticación y deglución de los alimentos al humedecer el bolo alimenticio. Ya en el estómago, contribuye a disolver los nutrientes y a transportarlos hacia el intestino delgado, donde se produce la mayor parte de la absorción. También interviene en reacciones químicas que permiten aprovechar vitaminas y minerales. Además, mantiene hidratada la mucosa digestiva, lo que ayuda a que el tránsito intestinal sea más fluido y cómodo. Beber agua durante las comidas no afecta de manera negativa a la absorción de nutrientes. Al contrario, como decimos, ayuda a la masticación y deglución.

¿Existe una cantidad recomendada de agua que se puede consumir durante una comida?

No hay una cifra exacta, ya que depende del tamaño de la comida, de las necesidades individuales y hasta del clima o nivel de actividad física de la persona. Sin embargo, como referencia, entre uno y dos vasos de agua suelen ser suficientes para acompañar una comida sin provocar sensación de llenado excesivo. Lo fundamental es escuchar las señales del cuerpo: beber si hay sed y evitar ingerir grandes volúmenes de líquido que puedan generar incomodidad.

 Como referencia, entre uno y dos vasos de agua suelen ser suficientes para acompañar una comida sin provocar sensación de llenado excesivo

María Aguirre, nutricionista

¿Es cierto que beber agua mientras se come “diluye” los jugos gástricos?

Es un mito muy arraigado, pero sin base científica. El estómago regula la producción de jugos gástricos en función del volumen y el tipo de alimentos ingeridos. Aunque bebamos agua, el organismo ajusta automáticamente la secreción para que la digestión se realice con eficacia. Por tanto, el agua no “diluye” ni disminuye la potencia de los jugos gástricos, sino que puede incluso facilitar la fragmentación de los alimentos.

¿Tomar agua fría durante las comidas puede dificultar la digestión?

No, el agua fría no dificulta la digestión. Aunque pueda dar la sensación de contraste térmico en boca y garganta, una vez que llega al estómago, el organismo regula rápidamente su temperatura para igualarla a la interna. Por tanto, no hay evidencia de que interfiera en la digestión. En personas con estómago sensible, sí podría generar cierta molestia, pero no se trata de un efecto digestivo real, sino más bien de una percepción subjetiva.

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¿Qué opina sobre la creencia de que beber agua engorda si se hace durante las comidas?

Es completamente falso. El agua no aporta calorías, ni engorda, se tome antes, durante o después de las comidas. De hecho, puede ser una aliada en el control del peso porque produce sensación de saciedad, lo que ayuda a moderar la ingesta de alimentos. El malentendido puede venir de la sensación de “hinchazón” si se bebe mucho de golpe, pero eso no implica un aumento de grasa corporal.

¿Es mejor beber agua antes, durante o después de comer?

No hay un único momento ideal, se puede beber agua antes, durante o después de la comida sin problema. Lo más recomendable es distribuir la ingesta de líquidos a lo largo del día y no esperar a tener una sed intensa, que ya indica cierto grado de deshidratación. Algunas personas prefieren beber un vaso de agua antes de comer para reducir la ansiedad alimentaria, otras lo hacen durante para facilitar la deglución, y otras al terminar. Todas las opciones son válidas.

Lo más recomendable es distribuir la ingesta de líquidos a lo largo del día y no esperar a tener una sed intensa, que ya indica cierto grado de deshidratación

María Aguirre, nutricionista

De lo que no hay duda es de que siempre es mejor tomar agua en lugar de otras bebidas como zumos, refrescos o infusiones durante la comida, ¿no es así?

El agua es la opción más saludable porque hidrata sin añadir azúcares, edulcorantes ni calorías. Los refrescos o zumos, incluso los naturales, aportan azúcares libres que no son necesarios y pueden favorecer el exceso calórico. Las infusiones, aunque sean más ligeras, pueden interferir en la absorción de ciertos minerales como el hierro si se consumen de forma habitual con las comidas. Por eso, el agua debería ser siempre la primera elección.

¿El tipo de comida influye en la cantidad de agua que se debería tomar? (por ejemplo, comidas muy saladas o picantes)

Sí, el tipo de alimentos influye en la necesidad de líquidos. Una comida muy salada, picante o con condimentos fuertes suele aumentar la sensación de sed porque el organismo requiere más agua para mantener el equilibrio de sodio. Lo mismo ocurre con dietas ricas en proteínas, ya que el metabolismo de estos nutrientes genera más residuos nitrogenados que se eliminan por la orina, aumentando la necesidad de líquidos. En esos casos, lo recomendable es atender a la señal de sed y beber un poco más.

¿Qué señales nos da el cuerpo para saber si estamos bebiendo demasiado o demasiado poco durante las comidas?

El cuerpo nos avisa rápidamente cuando falta agua, la primera señal es la sed, pero también puede aparecer sequedad en la boca, dificultad para tragar o sensación de pesadez digestiva si el bolo alimenticio está poco hidratado. Por el contrario, beber en exceso durante una comida puede provocar sensación de llenado, hinchazón abdominal o incluso reflujos en personas predispuestas. Lo ideal es encontrar un punto intermedio, beber lo suficiente para estar cómodo, pero sin sobrecargar el estómago de líquidos. 

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