Sofía García, psicóloga, sobre la tendencia de dejar las cosas a medias: "Puede no ser pereza, sino creencias del pasado que te frenan”


Descubre cuándo esta tendencia es pura procrastinación y cuándo esconde un problema más profundo


Lo que significa dejar las cosas a medias según la psicología© Getty Images
Elisa García FayaRedactora de Belleza y Estar Bien
26 de agosto de 2025 - 16:00 CEST

Dejar las cosas a medias no siempre es pereza: según la psicología, suele reflejar conflictos internos, miedo al fracaso o baja autoestima que bloquean la constancia y la motivación. Identificar estos patrones es clave para recuperar el impulso y terminar lo que empezamos.

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¿Qué significa dejar las cosas a medias según la psicología?

Según el psicólogo y divulgador Rodrigo Díaz Carazo, "dejar proyectos a medias no siempre es simple "pereza". Para el experto, "muchas veces responde a un choque interno entre el deseo y la dificultad de sostener la constancia". Nos cuenta que puede estar asociado a la falta de tolerancia a la frustración, a dificultades en la gestión del tiempo o a la ausencia de un propósito claro que mantenga la motivación. "También puede vincularse a patrones emocionales: miedo a no hacerlo bien, sensación de que "no vale la pena" o incluso una autoexigencia tan elevada que paraliza", afirma. 

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¿Dejas las cosas a medias o procrastinas?

Para Rodrigo la diferencia es clara: 

  • La procrastinación suele implicar que la persona sí quiere lograr algo, pero lo pospone con excusas o distracciones placenteras. 
  • En cambio, cuando hay falta de interés real, el entusiasmo inicial se evapora y no queda energía para sostener la acción. 

Según el experto si se trata de un problema más profundo, es común que las personas repitan siempre el mismo patrón en casi todas las áreas de su vida. Se denotan sentimientos de vacío, desmotivación generalizada o incluso síntomas de ansiedad y depresión. "La clave está en observar si es un comportamiento puntual o si invade todo su funcionamiento", aconseja el psicólogo.

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El motor de la autoestima y la motivación

Para Rodrigo, la motivación y la autoestima son piezas centrales. "Una motivación sólida, basada en un sentido personal, nos empuja a terminar lo que empezamos", defiende. "Pero si la autoestima está dañada y la persona no cree en su capacidad, lo más probable es que abandone antes de comprobar de qué es capaz", advierte. Muchas veces no se deja un proyecto por falta de talento, sino por la dificultad de confiar en uno mismo y sostener el esfuerzo en el tiempo", recuerda también el experto.

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La trampa del perfeccionismo y el miedo al fracaso

"El perfeccionismo es una trampa", según Rodrigo. Hace alusión a un pensamiento clásico: "si no puedo hacerlo perfecto, prefiero no terminarlo". Nos dice que esto conecta directamente con el miedo al fracaso, porque "acabar un proyecto significa exponerse a la evaluación de los demás (o a la autocrítica)". "Paradójicamente, dejarlo a medias protege de la posibilidad de fracasar… pero también impide experimentar el éxito", señala.

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El papel de la infancia

Rodrigo defiende que la infancia juega un papel importante en el abandono constante de tareas. "Un niño que ha crecido sintiendo que solo era valorado cuando "lo hacía perfecto", o que no recibía halagos por el esfuerzo sino únicamente por el resultado, puede arrastrar la creencia de que nada es suficiente". "También influye haber vivido comparaciones constantes o críticas que minaban la seguridad", nos cuenta. "Estas huellas emocionales se trasladan a la vida adulta en forma de bloqueos, autoexigencia y tendencia a abandonar antes de enfrentarse a la frustración", agrega.

En este sentido, la psicóloga general sanitaria especializada en psicología positiva, Sofía García, habla de "creencias nucleares". La experta pone un ejemplo gráfico: si de niña te decían "¡qué vaga eres!", cuando tenías que ordenar tu cuarto, es posible que hacer el cambio de armario cuando corresponde se te haga más cuesta arriba que a la media. "Esas frases del pasado se quedan grabadas siendo creencias nucleares que se activan cada vez que te enfrentas a ciertas tareas", dice la psicóloga. 

Además asegura que muchas veces es complicado identificar estas creencias y que se necesita ayuda profesional. Nos cuenta que a menudo ocurre que, para silenciar esos pensamientos tendemos a procrastinar. "Recurrimos a otra acción como conducta evitativa de esas creencias dolorosas, con el fin de regularnos emocionalmente", explica.

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Dos consejos para poner fin al problema

Si sueles dejar las cosas a medias y, pese a haber comprendido por medio de todo lo anterior, a qué puede ser debido, no sabes cómo poner fin a la tendencia, ten en cuenta los dos consejos prácticos de Sofía:

Elabora una lista de actividades 

La psicóloga asegura que suele invitar a sus pacientes a que simulen ser detectives de sí mismos. Por eso, para ella, el primer paso pasa por que te preguntes: "¿cuáles son las acciones que dejo a medias o me cuesta más acabar? ¿Hay alguna que sin embargo no te cueste nada llevarla a cabo?". Haz un listado de unas y otras y busca semejanzas entre las actividades que has incluido en cada grupo. Esto te ayudará a destapar esas creencias nucleares de las que hablábamos antes. 

Identifica valores tras tus acciones

Según la especialista en psicología positiva, también funciona identificar detrás de cada acción los valores que te impulsan a llevarla a cabo: "seguridad, autocuidado, libertad… la clave está en elegir las palabras adecuadas", indica la experta. "No es lo mismo pensar "tengo que ir al gimnasio para estar sana" que decir "quiero ir al gimnasio porque ir forma parte de mi autocuidado"", ejemplifica la psicóloga, que, además, hace hincapié en la importancia de cambiar el "tengo que hacer algo para conseguir algo" por el "quiero hacer algo por este motivo". 

Los consejos de los expertos pueden ayudarte a poner fin a las tareas que comienzas. Ponlos hoy en práctica y empieza a ver los cambios. 

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