Doctora Daniela Silva, especialista en Medicina Interna© Doctora Daniela Silva

Daniela Silva, especialista en Medicina Interna: "La salud mental debería estar presente en cualquier chequeo general, desde la juventud"

Hablamos con la doctora sobre la importancia de realizarse chequeos periódicos según nuestra edad. Nos recomienda cuáles son los más adecuados para cada caso


17 de julio de 2025 - 13:00 CEST

Con el paso de los años, nuestras necesidades de salud cambian, y también lo hacen los controles médicos que conviene tener en cuenta. Saber qué chequeos realizar según la edad permite detectar posibles riesgos antes de que se conviertan en problemas mayores. Es una forma sencilla y eficaz de cuidar de uno mismo y apostar por una vida más larga y saludable. Sobre cuáles son esos chequeos preventivos, desde la infancia hasta la vejez, hemos hablado con la doctora Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España. 

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mujer en consulta del médico en un chequeo cardiaco© Getty Images

¿Cuáles son los chequeos esenciales para adultos jóvenes aparentemente sanos?

Los chequeos médicos en población joven y asintomática tienen como objetivo la prevención y detección temprana de enfermedades. Por este motivo, es recomendable hacer una revisión médica una vez al año. Desde los 20 hasta los 30 años, es suficiente con un control básico que incluya una exploración física, revisión de la tensión arterial y del peso, así como del estado de vacunación. 

Adicionalmente, se recomienda un análisis de sangre que incluya medición de perfil lipídico y de glucosa. También es importante que se hable sobre hábitos de higiene de sueño, recomendaciones nutricionales y de actividad física, así como prácticas de sexo seguro. En pacientes con prácticas de riesgo, se deben incluir pruebas de infecciones de transmisión sexual (ITS).  En el caso de las mujeres, deben acudir a su primera revisión con ginecología para una toma de citología la cual se repetirá con la frecuencia necesaria según el perfil de riesgo. 

A partir de los 40 años las recomendaciones de revisión se amplían, ya que es a partir de esta edad cuando aumenta la incidencia de algunos tipos de cáncer, así como de otras enfermedades crónicas. 

Lo importante es entender que no hay que esperar a sentirse mal o que aparezcan síntomas para hacerse controles. La prevención es más eficaz cuando todo parece estar bien.

A partir de los 40 años las recomendaciones de revisión se amplían, ya que es a partir de esta edad cuando aumenta la incidencia de algunos tipos de cáncer, así como de otras enfermedades crónicas.

 ¿Cada cuánto tiempo es recomendable hacerse un chequeo general si no hay síntomas?

Normalmente, para una persona sana sin factores de riesgo, con una revisión anual es suficiente.  Esto ayuda a detectar cambios que podrían estar empezando, incluso antes de que se noten síntomas. Lo importante es mantener un seguimiento regular para anticiparnos a los problemas, y no solo reaccionar cuando ya están ahí.

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¿Qué pruebas deberían hacerse quienes tienen antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares, diabetes o cáncer?

El abanico es muy amplio y cada caso debe individualizarse. No es lo mismo tener antecedente de un familiar en primer grado con un infarto antes de los 40 años, que tener un abuelo con un ictus a los 75. Ambos son casos de enfermedad cardiovascular que se abordan de forma totalmente distinta. En términos generales, se vigilan todos los factores de riesgo del llamado síndrome metabólico: colesterol, glucosa, peso, tensión arterial, hábitos de estilo de vida como el tabaquismo y el sedentarismo, así como un electrocardiograma y en algunos casos incluso una prueba de esfuerzo. 

En el caso del cáncer las recomendaciones también varían dependiendo del tipo de cáncer, el familiar o familiares afectados, así como su edad de presentación. En el caso del cáncer de colon, se tienen en cuenta los casos de familiares en primer grado en cuyo caso se recomienda la realización de una colonoscopia a partir de los 40 años, o 10 años antes de la edad en que se diagnosticó el cáncer al familiar, lo que ocurra primero. En el cáncer de mama, la mamografía y la ecografía son indispensables, pero a veces incluso se deben realizar pruebas genéticas. 

En personas con antecedentes de diabetes, se presta especial atención a la glucosa y a la hemoglobina glicosilada, para evaluar el control metabólico.

¿Cuándo se recomienda hacer de forma rutinaria pruebas de 'screening' como mamografías, colonoscopias o análisis hormonales?

Las mamografías suelen comenzar alrededor de los 40 años y, en general, se realizan de forma anual. Si hay antecedentes familiares de cáncer de mama, puede recomendarse empezar antes y con mayor frecuencia.

En España la colonoscopia se recomienda a partir de los 50 años en la ausencia de historia familiar. En personas sin riesgo, debe repetirse cada 10 años si el resultado es normal.

En cuanto a los análisis hormonales, no forman parte de una revisión de cribado, sin embargo, pueden ser útiles en momentos específicos, como durante la perimenopausia o si hay síntomas como insomnio, cambios de ánimo o alteraciones menstruales. 

En cualquier caso, lo más adecuado es adaptar cada estudio a la historia clínica, edad y situación personal de cada paciente. La prevención siempre debe ser individualizada.

En España la colonoscopia se recomienda a partir de los 50 años en la ausencia de historia familiar. En personas sin riesgo, debe repetirse cada 10 años si el resultado es normal.

¿A qué edad se recomienda revisar la salud ósea, incluso sin factores de riesgo aparentes?

 Generalmente, la densitometría ósea se aconseja a partir de los 65 años en mujeres y a los 70 en hombres. Pero si hay factores como menopausia precoz, fracturas previas o tratamientos con corticoides, debe hacerse antes. 

Una de las enfermedades más frecuentes en este ámbito es la osteoporosis, que puede desarrollarse sin dar señales evidentes hasta que aparece una fractura. La salud ósea es algo que suele pasar desapercibido hasta que ocurre una fractura, por eso, evaluarla a tiempo nos ayuda a prevenir complicaciones más adelante.

¿Qué papel juegan los cambios hormonales (como la menopausia) en el tipo de controles recomendados?

Los cambios hormonales pueden influir en distintos aspectos del bienestar a lo largo de la vida, tanto en mujeres como en hombres. Afectan al metabolismo, al estado de ánimo, al sueño, a la energía o al peso, y también pueden tener un impacto en la salud cardiovascular o en la densidad ósea. Por eso, aunque no siempre formen parte del chequeo habitual, conviene valorarlos si aparecen síntomas que no tienen una causa clara.

Un ejemplo habitual es la menopausia, donde es frecuente que la mujer experimente insomnio, sofocos, cambios emocionales o aumento de peso. En esos casos, además de los controles generales, puede ser útil hacer una evaluación hormonal para entender mejor qué está ocurriendo.

Pero este tipo de cambios no se limita solo a esa etapa. También pueden darse por estrés mantenido, ciertas enfermedades endocrinas o incluso de forma progresiva con la edad. 

¿Qué controles deben reforzarse a partir de los 50 en relación con la memoria, la vista, la audición o la función cardiovascular?

A partir de los 50 años es importante no descuidar la visión ni la audición, aunque no haya molestias evidentes. Puede haber pérdidas graduales que pasan desapercibidas, y detectarlas a tiempo ayuda a prevenir caídas, reducir el aislamiento social y mantener la autonomía.

En cuanto a la memoria, si se notan olvidos frecuentes o cambios en la concentración, es recomendable hacer una evaluación. La demencia suele aparecer a partir de los 65, pero algunos signos, como despistes frecuentes, pueden comenzar antes. En estos casos pueden existir causas secundarias de deterioro cognitivo, las cuales deben valorarse ya que en ocasiones el deterioro puede ser reversible si se trata la causa de base. 

Cuando hay sospechas o factores de riesgo, conviene valorar terapias de estimulación cognitiva, incluso de forma preventiva. No se trata solo de tratar, sino de fortalecer funciones mentales antes de que se deterioren. Y, por supuesto, hay que seguir con los controles habituales del corazón: tensión arterial, colesterol, glucosa, y añadir pruebas si hay antecedentes o síntomas.

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¿Qué chequeos son, en su opinión, fundamentales para envejecer con calidad de vida y autonomía?

Envejecer con calidad de vida y autonomía no es cuestión de chequeos. Es cuestión de educación en hábitos de vida saludable, los cuales debemos poner en práctica desde que somos jóvenes. Por supuesto, los chequeos nos ayudan a detectar enfermedades de forma temprana. Sin embargo, debemos recordar que actualmente el 70% de las muertes en el mundo son a causa de enfermedades crónicas las cuales son en hasta un 80% de casos potencialmente prevenibles si se llevan a cabo los siguientes sencillos hábitos de estilo de vida: alimentación balanceada y saludable, actividad física, buen descanso, no fumar y moderar (o en lo posible evitar) el consumo de alcohol. 

El 70% de las muertes en el mundo son a causa de enfermedades crónicas las cuales son en hasta un 80% de casos potencialmente prevenibles si se llevan hábitos de vida saludables

¿Con qué frecuencia deberíamos incorporar revisiones de salud mental en los chequeos generales?

La salud mental debería estar presente en cualquier chequeo general, desde la juventud. Una simple conversación con el médico sobre cómo nos sentimos, cómo dormimos o cómo manejamos el estrés ya puede dar mucha información.

Idealmente, este tipo de revisión debería hacerse al menos una vez al año, junto con el chequeo físico habitual. 

Muchas veces los síntomas emocionales aparecen de forma muy sutil, así que incluir la salud mental en la consulta médica es una forma sencilla y eficaz de detectar problemas de salud mental de forma oportuna. 

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