Vivimos más años que nunca, pero no siempre con buena salud. Y es que a medida que el cuerpo envejece, se inflama más, se vuelve más vulnerable a sufrir enfermedades crónicas, deterioro cognitivo y se cansa más rápido. Por ello, la medicina no solo busca alargar la vida, sino también mejorar su calidad. Y en ese camino, una nueva línea de investigación está ganando terreno: los senolíticos.
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¿Qué son las células senescentes y cómo influyen en el envejecimiento?
El cuerpo humano se renueva continuamente. Las células se dividen, se reparan o mueren cuando ya no pueden funcionar correctamente. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunas células dejan de dividirse y entran en un estado intermedio: no están vivas pero tampoco están muertas. Son las llamadas células senescentes que, de hecho, también se las conoce como células zombi, porque siguen presentes en el organismo y, aunque no cumplen su función original, tampoco desaparecen.
“El problema es que estas células senescentes liberan sustancias inflamatorias que afectan negativamente al entorno celular”, explica el Dr. Alfonso Galán, director médico de Neolife, clínica especializada en medicina preventiva y antienvejecimiento. “Contribuyen al desgaste de los tejidos, al mal funcionamiento de los órganos y al desarrollo de enfermedades asociadas al envejecimiento, como la arteriosclerosis, el deterioro cognitivo, la artrosis o la fibrosis pulmonar”.
En una persona joven, el sistema inmunitario (especialmente las células natural killer y los macrófagos, defensas muy especializadas) se encarga de eliminar estas células de forma natural. Pero con el paso de los años, esta capacidad se reduce y las células zombi se acumulan, creando un entorno inflamatorio crónico que acelera el envejecimiento.
Las sustancias senolíticas, compuestos capaces de eliminar selectivamente las células senescentes, forzando su muerte programada (apoptosis) y permitiendo así una “limpieza” de los tejidos.
Los senolíticos: una vía para rejuvenecer los tejidos
Afortunadamente, la ciencia ha identificado una nueva familia de moléculas que puede ayudar a paliar este proceso. Se trata de las sustancias senolíticas, compuestos capaces de eliminar selectivamente las células senescentes, forzando su muerte programada (apoptosis) y permitiendo así una “limpieza” de los tejidos.
“Estamos ante una estrategia terapéutica muy prometedora en el campo de la medicina preventiva”, afirma el Dr. Galán. “En modelos animales se ha observado que eliminar periódicamente las células senescentes mejora la función cardiovascular, renal, pulmonar y cerebral, y aumenta la expectativa de vida saludable”.
Los ensayos clínicos que observan la eficacia de los fármacos senolíticos
Aunque los resultados en animales son esperanzadores, los estudios en humanos todavía se encuentran en una fase inicial. Uno de los primeros ensayos clínicos fue publicado en 2019 en la revista EBioMedicine. Los resultados mostraron mejoras en la capacidad física y una reducción de los marcadores inflamatorios.
El trabajo, realizado por investigadores de la Clínica Mayo, también observó que los fármacos senolíticos, no solo eliminan las células senescentes, también aumentan significativamente la producción de una proteína clave para la salud y la longevidad: la a-klotho.
Esta proteína, que tiende a reducirse con la edad y en enfermedades como el Alzhéimer, la diabetes o la insuficiencia renal, cumple una función protectora en el organismo. Se ha observado que su disminución se asocia con un envejecimiento acelerado, mientras que su aumento en modelos animales ha llegado a prolongar la esperanza de vida hasta un 30%. Sin embargo, aumentar sus niveles en humanos se ha mostrado complicado debido a su tamaño e inestabilidad molecular, lo que dificulta su administración directa por vía oral y requiere de técnicas más invasivas como la intravenosa.
Los fármacos senolíticos, no solo eliminan las células senescentes, también aumentan significativamente la producción de una proteína clave para la salud y la longevidad: la a-klotho
En este estudio, los senolíticos desarrollados en Mayo Clinic, administrados por vía oral en una sola dosis, eliminaron eficazmente las células senescentes del torrente sanguíneo en ratones y en humanos. Como resultado, se observó un aumento notable de la proteína a-klotho en varios tipos de células humanas, como las endoteliales (de los vasos sanguíneos), renales y cerebrales. Este mismo efecto se confirmó en ratones tratados con una combinación de dasatinib (un fármaco oncológico) y quercetina (sustancia que se encuentra en alimentos vegetales), y también en pacientes humanos con fibrosis pulmonar idiopática, una enfermedad fuertemente asociada a la senescencia celular.
Además, los investigadores encontraron por primera vez una posible relación entre las células senescentes localizadas en el tejido graso y la disminución de los niveles de a-klotho cerebral, lo que sugiere que los efectos de estas células no se limitan a su localización, sino que podrían tener repercusiones a distancia en órganos como el cerebro. “Esta conexión podría abrir nuevas líneas de investigación sobre el impacto de la senescencia periférica en la salud cerebral durante el envejecimiento”, apuntó la Dra. Yi Zhu, fisióloga e ingeniera biomédica, y primera autora del estudio.
Desde entonces, otros estudios preliminares han evaluado los efectos de los senolíticos en condiciones como la diabetes tipo 2, la insuficiencia renal crónica o la osteoartritis. Aunque los datos son aún limitados, apuntan en una dirección clara, la de eliminar células zombi podría ser una herramienta contra las enfermedades asociadas al envejecimiento.
En cuanto a los alimentos con propiedades senolíticas, aunque su efecto es más suave que el de los fármacos, su consumo regular podría contribuir a mantener un entorno celular más saludable.
Alimentos senolíticos, la alternativa natural
En paralelo a los ensayos farmacológicos, la investigación ha identificado varios compuestos de origen vegetal con efectos senolíticos parciales. Se trata de moléculas presentes en frutas, verduras, tés y especias, que en altas concentraciones han demostrado ayudar a reducir la carga de células senescentes. Aunque su efecto es más suave que el de los fármacos, su consumo regular podría contribuir a mantener un entorno celular más saludable.
“Dos de los compuestos más estudiados son, precisamente, la fisetina y la quercetina, que tienen un perfil de seguridad elevado y una evidencia preclínica robusta”, señala Galán.
La fisetina, en ensayos con animales, ha mostrado una clara capacidad para reducir la cantidad de células senescentes y aumentar la longevidad. La quercetina, por su parte, tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y senolíticas, y su efecto se potencia cuando se combina con otros compuestos como la fisetina o el dasatinib.
Los alimentos que contienen senolíticos naturales
Aunque, como decíamos, los alimentos contienen estos compuestos en concentraciones menores que los suplementos, incluirlos en una dieta equilibrada puede resultar beneficioso a largo plazo. A continuación, algunos de los alimentos que destacan por su contenido en senolíticos naturales:
- Fresas. Contienen fisetina, un flavonoide con acción antioxidante y senolítica. Ayuda a combatir la inflamación y protege las células del daño oxidativo.
- Manzanas. Ricas en quercetina, ayudan a regular los procesos inflamatorios y apoyan el sistema inmunitario. Además, favorecen la salud intestinal.
- Uvas. Aportan fisetina y quercetina, dos compuestos clave en la eliminación de células senescentes. Su consumo se asocia con beneficios cardiovasculares.
- Cebolla roja. Es una de las fuentes más concentradas de quercetina. Contribuye a reducir la inflamación crónica y protege contra el daño celular.
- Té verde. Contiene quercetina y catequinas, que tienen propiedades antioxidantes y ayudan a preservar la integridad celular con el paso del tiempo.
- Brócoli. Su contenido en quercetina y sulforafano lo convierte en un alimento con gran potencial protector frente al envejecimiento prematuro.
El efecto de los suplementos con sustancias senolíticas
En algunos protocolos clínicos se está estudiando la suplementación con dosis controladas de fisetina o quercetina. “Por ejemplo, en estudios con fisetina se ha utilizado una dosis intermitente de 20 mg/kg/día durante dos o tres días al mes”, comenta el experto de Neolife. “Se trata de estrategias seguras, pero que deben ser siempre supervisadas por profesionales, sobre todo si se combinan con otros tratamientos”.
La ventaja de los suplementos es que permiten alcanzar concentraciones más elevadas que las que se obtendrían con la alimentación. No obstante, no deben sustituir una dieta variada ni considerarse un atajo antiedad sin control médico.
¿Cómo saber si tienes muchas células senescentes?
A día de hoy, no existe una prueba clínica sencilla para medir con precisión el nivel de senescencia celular. “No hay un marcador específico, pero sí se pueden analizar algunos valores indirectos, como las oxilipinas, derivados de la oxidación de los ácidos grasos poliinsaturados”, explica el experto. Sin embargo, estas pruebas aún no están disponibles para uso rutinario, por lo que su aplicación se limita a contextos de investigación o tratamientos antiedad avanzados.