Actividades nocturnas y diurnas
Para dormir el oscurecimiento (y también el silencio) en el dormitorio debe ser completo, pues la contaminación lumínica del exterior altera nuestro sueño. “Nos pasamos un tercio de nuestra vida en el dormitorio, que es sin duda el espacio más importante para nuestro bienestar”, explica la neuroarquitecta.
La luz controla los ritmos circadianos y puede contribuir o entorpecer el funcionamiento del reloj biológico de nuestro organismo, por eso es tan importante que sea de calidad. “Para que sigamos los ritmos circadianos y mejoremos el sueño, la luz en el dormitorio tiene que ser cálida y debemos disponer de varios encendidos, uno de ellos con luz regulable e indirecta, para evitar desvelarnos si tuviéramos que levantarnos por la noche”, apunta la experta consultada.
Por otra parte, los espacios en los que pasamos más tiempo durante el día, como el despacho, el salón o la cocina, deben maximizar la entrada de luz solar, para favorecer las actividades que hacemos en ellos, como trabajar, comer o reunirnos en familia.
La sugerente lámpara de pie de este comedor es ‘Ettorino Big’, de Catellani & Smith, disponible en alegres coloridos o, si se prefiere en los clásicos acabados blanco y negro. La luminaria no solo ofrece una iluminación directa hacia abajo, con una intensidad regulable, sino que también dispone de una segunda fuente de luz que proyecta su halo en el techo en inesperados tonos magenta.
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