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El nardo (Agave amica), conocido también como tuberosa o vara de San José, es una planta tuberosa de floración nocturna originaria de México, de la cual destacan sus perfumadas flores blancas con las que se fabrican aceites y fragancias.

En el jardín esta planta perenne crecerá bien en zonas privilegiadas, y si no se dan esas condiciones climáticas especiales es preferible cultivarla en un invernadero o incluso en interior. El nardo puede llegar a tener algo más de un metro de altura, aunque en exterior solo vivirá en regiones donde no se llegan a temperaturas bajo cero en invierno y se goza de al menos cuatro meses consecutivos de buen tiempo y calor.

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Cuándo y dónde cultivarlo

La mejor época para plantar el nardo es la primavera, preferiblemente en el mes de mayo. La planta crecerá en espigas alargadas que producen racimos de flores de color blanco. En exterior, plantado en la tierra, o en casa, cultivado en maceta, ama el pleno sol.

Cultivado en el jardín, puede estar junto a la casa o el sendero, al no tener raíces invasivas. Ten en cuenta que si la ubicas cerca de la vivienda podrás gozar de la fragante floración del nardo, que se da desde finales de la primavera y hasta el inicio del otoño, siendo su época de máximo esplendor el verano.

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Tipo de sustrato

El nardo es una planta herbácea que reclama un suelo bien drenado y rico en materia orgánica. Así, utiliza un sustrato poroso y rico en nutrientes. Antes de plantar, lo ideal es drenar la tierra y añadir estiércol bien descompuesto y compost al suelo para enriquecerlo.

Ten en cuenta que no tolera la salinidad ni el encharcamiento del terreno. Una recomendación, en caso de tenerlo en maceta, trasplántalo cada 2 años, de modo que puedas renovarle el sustrato, ¡la planta lo agradecerá!

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Riego del nardo

Exigente con el riego, en verano va a necesitar que no te olvides de su dosis de agua entre 2 y 3 veces por semana. Las necesidades son menores durante el resto del año, redúcelo especialmente cuando no se encuentre en periodo de floración.

Ten en cuenta que, como todas las plantas bulbosas, durante el invierno el nardo entrará en una especie de periodo de letargo, lo que le permite rebrotar con fuerza cuando llega la primavera.

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Cuídalo con abono líquido

Para mantener el nardo sano y vital, fertilízalo en la primavera y el verano con un producto líquido específico para bulbos diluido en el agua de riego, que contenga a partes iguales nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). La frecuencia aconsejada es cada dos semanas. En el resto de las estaciones, no apliques abono.

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Multiplicación de la planta

El nardo se reproduce por división de tubérculos en otoño y por semillas en primavera. Para la división, hay que extraer cuidadosamente la planta y retirarle la tierra de las raíces. Para cortar el tubérculo emplea unas tijeras desinfectadas previamente con alcohol de farmacia. A continuación, se planta y riega bien en maceta o directamente en un área del jardín.

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Vigila su salud

El nardo puede enfermar debido a los hongos, como la Botrytis o la Phytopthora. Los síntomas en la planta serán la pudrición de las raíces, la aparición de moho o polvo blanco o gris en hojas y/o tallos, así como el aborto de las flores.

Respecto a las plagas, puede ser afectado por pulgones, arañas rojas, caracoles y babosas, trips y gusanos blancos. Vigila la aparición de estos animales y combátelos a tiempo antes de que dañen mucho a la planta.

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Hermosa decoración floral

Esta planta ornamental del jardín también puedes emplearla para configurar hermosas composiciones en jarrones, que resultarán muy fragantes. Asimismo, es una flor empleada en ramos minimalistas, incluso para las novias en su día más especial, siempre que se casen en primavera o verano.

Lo idóneo es cortar las flores a primera hora de la mañana, cuando la temperatura es baja y la humedad relativa alta. Corta desde la base y sin hoja.

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Fragancia persistente

Ten en cuenta que, entre las flores blancas, el nardo es el que más destaca por su olor. Por si no lo conoces, es más denso e intenso que el jazmín, y muy agradable. De hecho, es una planta muy apreciada en perfumería y con sus flores se elaboran desde aceites hasta exquisitas fragancias, siempre mezclados con otras notas.

Aparte de sus propiedades aromáticas, también se hace del nardo un uso medicinal.

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