Actual, rectilínea, cálida y de interiorismo sencillo. Así es esta casa de cristal que aunque cuenta con paredes parece que prescinde de ellas a su antojo. No importa por qué lado se mire, los amplísimos ventanales de cristal se deslizan y ocultan de tal manera que parece que cualquier rincón esté conectado con el entorno. Situada en un terreno amplio que concede privacidad, es un ejemplo de conexión total.
Una casa, tres pabellones
El estudio de arquitectura Assembledge+ y la interiorista Susan Mitnick han convertido esta casa en lo que vemos. Compuesta por tres pabellones conectados por una serie de pasillos de vidrio, la vivienda se organiza en una única planta con el objetivo de convertirse en un oasis de paz conectado con el entorno en el corazón de la ciudad de Los Ángeles. Cada ambiente, por un lado u otro de la construcción, cuenta con amplísimos ventanales que son los que se abren o cierran para que la conexión sea física, no solo visual, cuando el tiempo lo permite. Además, se trata de una casa sostenible ya que sobre el volumen central -el de mayor dimensión- se instalan cincuenta paneles solares.
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Una casa moderna desde el exterior
El pabellón central de esta casa es el garaje, forrado con cedro rojo occidental. Es el elemento que conecta los dos volúmenes más grandes de la casa, dedicados a la zona de día y a los dormitorios. Por fuera, la casa ya exhibe su actualidad con un diseño rectilíneo y fachada revestida con tableros de gran tamaño y listones de color carbón y tablas de cemento. En las zonas donde el interior abandona la disposición cúbica de los espacios, un voladizo profundo crea una zona exterior techada pero abierta, protegida del sol. Árboles y una gran piscina son el escenario que rodea la construcción y que se aprecia desde los diferentes ángulos interiores.
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La entrada de la casa y los pasajes de cristal
Una pasarela de adoquines, bordeada de vegetación, conduce a la puerta principal, pasando por un tranquilo patio con olivos. La entrada a la casa se encuentra dentro de un pasillo de vidrio que conecta uno de los pabellones, el de la zona de día, con el de descanso. La sensación es de adentrarse a un espacio mucho más tranquilo, donde la vida adquiere otro ritmo.
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El recibidor, una muestra del estilo
Este es un detalle del recibidor de la casa. Un espacio distribuidor que refleja el mismo estilo actual que Susan Mitnick Design Studio ha mantenido en todo el interiorismo a base de materiales nobles que han jugado con calidez y elegancia, tonos claros y oscuros. Este rincón precisamente es un buen ejemplo de cómo se han conjugado creando un efecto acogedor repleto de modernidad.
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Ambientes compartidos
Lo que se buscó en la distribución de la zona de día o área social de esta moderna casa de paredes de cristal es lograr una fluidez entre los ambientes, concretamente, entre salón, cocina y comedor. Aquí se aprecia cómo el salón y comedor se comunican entre sí en un espacio diáfano organizado con una mesa y sillas en un nivel ligeramente elevado respecto al del salón. Ambos se abren por completo a través de las cristaleras. En un rincón de la zona de estar se ha creado un espacio de lectura con una butaca de diseño adosada a una librería en la pared.
Un rincón de lectura con mueble joya
La butaca de diseño James Lounge Chair con reposapiés a juego acapara las miradas y elega el nivel del interiorismo del salón. Es la joya del rincón de lectura creado con su estructura en madera de palisandro trabajada a mano y piel con base de aluminio. Su sobriedad y peso visual encaja en un espacio de suelo en madera natural y paredes en color blanco y dos auxiliares que no hacen sino dejarle su espacio: una ligeríasima lámpara de techo metálica y dos mesas auxiliares en el mismo material.
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Los detalles importan
Esta toma nos deja ver la sensación de conexión y continuidad que se logra cuando los ventanales desaparecen como por arte de magia (se deslizan y ocultan dentro de los tabiques). El salón queda totalmente expuesto al jardín donde la piscina organiza el espacio de otro rincón de estar exterior y espacio para las tumbonas. Los materiales enriquecen todo el conjunto con revestimientos resistentes en tonalidades claras en el exterior y madera en el inteiror, potenciada en contraste con el blanco y negro de las paredes. Como límite a cada espacio, junto al borde de la casa, un tira de cantos rodados.
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Un exterior polivalente
Este es un detalle de la casa en la zona exterior, junto al salón principal. Aprovechando un voladizo de la construcción se ubica un rincón polivalente de estar con muebles de exterior que recibe toda la luz solar cuando el sol está en el punto más alto y que va cubriéndose de sombra a medida que avanza el día.
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El comedor
La sencillez impera en este ambiente donde solo se ha optado por una mesa rectangular en madera y sillas tapizadas en color amarillo. El cuadro de la pared y la original lámpara de techo son los únicos complementos del ambiente que cuenta con un marco inmejorable como parte de su interiorismo: el ventanal abierto a un tranquilo y sosegado patio interior.
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Un entorno privilegiado: la ciudad en plena naturaleza
En esta imagen de la casa se aprecia el volumen que ocupa y su ubicación respecto al jardín y la piscina. En primer plano se ve el segundo salón de la vivienda, ideado como zona de estar secundaria. A diferencia de muchas casas icónicas de Los Ángeles que se orientan alrededor de vistas panorámicas de la ciudad, esta se encuentra cerca al famoso Laurel Canyon, donde la propiedad ofrece una experiencia aislada y centrada en el interior, sin renunciar a un marco relajante respleto de árboles exuberantes.
Todo al negro en el aseo
El aseo de esta moderna casa de cristal es de los pocos espacios que no cuenta con una ventana. Se trata de un ambiente interior que potencia su contraste con el resto de la vivienda haciendo uso del gris intenso pizarra casi negro en todos los paramentos. Desde las paredes, hasta el suelo y techo y mobiliario. La luz crea un ambiente especial y diferenciador, muy elegante.
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Una cocina extra luminosa
Todos los ambientes de esta casa de paredes de cristal se abren al exterior al tiempo que los exteriores forman parte del interior. La cocina se mantiene fiel a esa sensación de apertura a través de un frente acristalados que la llena de luz. Sin embargo, el estudio Assembledge+ ideó aperturas cenitales para aprovechar al máximo la luminosidad. Entre ellos se intaló la campana empotrada que no interfiere en la continuidad visual. Una gran isla central acoge la zona de cocción y prolonga la encimera de mármol como barra de desayunos. Los muebles en L adosados a las paredes completan el mobiliario de cocina en gris con suficiente capacidad de almacenaje.
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El dormitorio principal
Aunque ubicado en el pabellón de la casa destinado al descanso, algo retirado de la parte más vivida (y compartida), cuenta con la misma idea de sencillez en la decoración y uso de materiales nobles, centrándose en la madera en los dormitorios y otros espacios; y reservando el mármol para los cuartos de baño. La luz y las vistas son otra de las constantes que mantiene el dormitorio con la concepción de toda la casa. Por supuesto, con salidas que permiten hacer uso de los espacios exterioresa desde esta zona de la vivienda.
Una ventana, un banco y mucha conexión
Desde este rincón del dormitorio principal también se puede disfrutar de la vista del jardín y de la piscina. La interiorista encargada del proyecto ideó un banco a medida de líneas sencillas en color blanco con cajones de almacenaje y colchoneta a medida. Un lugar para leer y relajarse sin perder la conexión con la vida en el resto de la casa.
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El baño principal en mármol y madera
Como ya hemos indicado, el baño combina madera y mármol en su decoración. Si bien la piedra predomina en paredes, suelos y la encimera del mueble principal con dos lavabos encastrados y realizados en el mismo material, el mueble suspendido se realiza en madera en un diseño sencillo de frentes lisos con puertas y cajones. La gran luna de espejo de la pared concede profundidad a un baño que no resulta pequeño y multiplica la luz natural. La zona de la ducha cuenta con un tragaluz que llena el espacio de luminosidad sin perder intimidad.