Ana Hernández, interiorista: "Un cuarto de bebé debe ser acogedor y atemporal, pensado para acompañar su crecimiento sin depender de modas pasajeras"
La jefa de estudios de la escuela de interiorismo Insenia revela las tendencias que marcan el futuro de los cuartos de bebé y cómo aplicarlas con acierto.
Durante décadas, la habitación del bebé se entendía como un lugar cargado de adornos y símbolos tiernos, más pensados para la mirada adulta que para las verdaderas necesidades del niño. Hoy, sin embargo, la tendencia es otra: la crianza consciente ha transformado la forma de proyectar estos espacios, situando en el centro el bienestar y la seguridad del bebé. El resultado son cuartos mucho más pensados, funcionales y adaptados a la evolución del pequeño.
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La interiorista y jefa de estudios de la escuela Insenia (www.insenia.org),Ana Hernández, nos va a ofrecer todas las claves de diseño que siguen estas tendencias y que marcan un antes y un después en la forma de entender los espacios para recién nacidos.
La nueva mirada hacia los cuartos de bebés se aleja de los tópicos decorativos y apuesta por una estética más equilibrada. Se busca crear espacios donde cada elemento, desde los materiales hasta la paleta cromática, esté pensado para favorecer el bienestar del bebé y la tranquilidad de la familia. “La clave está en lograr un ambiente tierno pero sobrio, donde la delicadeza no se traduzca en exceso, sino en armonía”, cuenta Ana.
Helena Martín firma el interiorismo de esta acogedora habitación que integra elementos lúdicos y baldas para alojar cuentos.
Durante mucho tiempo, los colores de las habitaciones infantiles parecían estar predestinados: rosa para niñas, azul para niños. Las tendencias actuales apuestan por bases neutras (blancos, arenas, grises suaves) que generan calma y permiten introducir acentos de color a través de textiles y objetos decorativos fácilmente intercambiables.
Esto no significa renunciar a los tonos clásicos. Como recuerda la interiorista, “el rosa sigue siendo el color preferido de la mayoría de las niñas hoy en día”. La clave está en no verlo como un cliché, sino como una elección válida dentro de un abanico más amplio de posibilidades.
Un buen ejemplo de esta evolución lo encontramos en un proyecto de Albert Ramoneda, que concibe un espacio infantil en una gama de rosados capaz de envolver y unificar el ambiente con calidez. De este cuatro de bebé destacan un sinfín de elementos, desde el papel pintado del techo (de Fornasetti), que aporta una dimensión onírica o los apliques de globo, hasta el tejido de cortina en tweed y la alfombra de inspiración selvática.
Crear un espacio acogedor, tranquilo y lleno de ternura es el gran objetivo cuando se diseña el dormitorio de un bebé. Aunque las tendencias decorativas son muchas (del nórdico al clásico renovado, pasando por el minimalismo o el estilo rústico), lo importante es que el ambiente transmita calma y equilibrio visual.
“Cualquier estilo que no tenga altos contrastes ni líneas muy marcadas funcionará bien. El clásico renovado o el nórdico son de los más habituales en los dormitorios de bebé”, explica la jefa de estudios de Insenia.
De estilo atemporal, la habitación de bebé de la propuesta la ha creado Mengíbar Blanco combinando mobiliario y papel pintado diseñados por el propio estudio. La cuna de Mon Petit Nicolás completa un ambiente sereno y luminoso, pensado para crecer junto al bebé con armonía y estilo.
La conciencia medioambiental ha llegado también a los dormitorios de los más pequeños. Hoy se buscan espacios sostenibles y duraderos, donde desde los muebles hasta los textiles responda a una lógica de permanencia y respeto por el entorno.
"Todos somos mucho más conscientes de que tenemos que crear espacios más sostenibles (más como antes, donde el mueble del salón de tus padres duraba toda la vida)", comparte Ana.
Esto se traduce en:
Muebles evolutivos y resistentes, que acompañan al niño en distintas etapas de crecimiento y duran bastantes años. Como las cunas convertibles en cama infantil (la de la propuesta es el modelo ‘Annie’, de Banak) o los cambiadores que se transforman en cómodas.
Textiles naturales como lana, algodón o lino, que aportan confort y calidad.
Juguetes de madera frente al plástico, reflejo de un cambio cultural hacia lo duradero y lo responsable.
La sostenibilidad ya no es un añadido, sino una tendencia central en la concepción de los espacios infantiles.
Luces suaves y regulables: el secreto para noches tranquilas
La iluminación en el cuarto del bebé se ha convertido en un aspecto esencial del diseño, no solo por estética, sino por su impacto directo en el descanso y el bienestar del recién nacido. Hoy la tendencia es crear atmósferas cálidas y funcionales mediante la combinación de varias fuentes de luz suave, distribuidas estratégicamente en la estancia. “Para crear un ambiente acogedor que fomente el sueño, debemos colocar iluminaciones puntuales a través de varias lámparas o apliques distribuidos por la estancia, y siempre con luz cálida. Sobre todo, hay que evitar el recurso de una sola lámpara colgada en el centro del techo”, revela Ana.
Además, se recomienda incorporar luces regulables y de baja intensidad para las tomas nocturnas, ya sea de biberón o de pecho, evitando desvelar al bebé y facilitando la vuelta al sueño. Estas soluciones, como lámparas de apoyo, apliques con dimmer o pequeñas luces quitamiedos, permiten crear un entorno seguro y relajante, donde la funcionalidad se une a la calidez emocional que requiere esta primera etapa de vida.
Este ambiente para dos hermanos cuenta con las cunas y las lámparas modelo ‘Cloud’, de Circu.
Los pequeños grandes detalles que hacen mágico el cuarto del bebé
El encanto de una habitación infantil no solo depende del mobiliario o los colores: los pequeños detalles son los que elevan el conjunto. Los revestimientos cobran protagonismo y marcan la diferencia entre un espacio correcto y otro realmente inspirador.
Huir de la pintura blanca es el primer paso. “Los papeles pintados con diseños delicados, los paneles de madera o molduras ligeras aportan carácter y textura. Incluso el techo, muchas veces olvidado, puede convertirse en un lienzo decorativo con un color suave, un mural o un estampado discreto que envuelva el ambiente”, explica la jefa de estudios de la escuela de interiorismo Insenia.
Los textiles también son clave: cortinas vaporosas, alfombras suaves o cojines con textura añaden calidez inmediata. Los objetos decorativos (láminas, móviles o lámparas con diseño cuidado) terminan de aportar esa dosis de ternura que convierte el espacio en único. El cuarto de la imagen superior lo ha creado Studio MAC.
El secreto de una habitación de bebé con alma no está en llenar el espacio, sino en elegir texturas que inviten a tocar, abrazar y descansar. Así, sin duda el bienestar de un dormitorio infantil no solo se percibe con la vista, sino también con el tacto. Las texturas son las grandes responsables de crear una atmósfera cálida, envolvente y serena, capaz de transmitir calma desde los primeros días. En los cuartos de bebé, cada superficie (del suelo a las paredes, pasando por los textiles) puede convertirse en una fuente de confort sensorial.
Las maderas suaves y poco veteadas, los tejidos naturales como el lino, el algodón orgánico y los acabados mate son esenciales para lograr una sensación de armonía. Estas texturas resultan acogedoras, como demuestra habitación de bebé con moqueta, alfombras y visillos en la ventana y el dosel de la cuna, en un ambiente de temática natural (con estrellas, nubes y lunas) que se equipa con mobiliario de Maisons du Monde.
En las paredes, las propuestas con volumen están ganando terreno. Los revestimientos en 3D, como paneles acanalados, molduras redondeadas o papeles pintados con relieve, añaden profundidad sin sobrecargar. Aportan movimiento visual y una sensación envolvente que hace que el espacio cobre vida incluso con una paleta de colores neutros.
¿Cómo lograr un espacio dulce y al mismo tiempo moderno? "Empleando papeles pintados para decorar las paredes y aplicando las tendencias en cosas que sepas que podrás cambiar con facilidad si te cansas", cuenta Ana.
La primera idea abre un abanico de posibilidades: desde papeles con motivos pequeños y delicados hasta murales completos con temáticas muy inspiradoras. ¿Más opciones? Combinar pintura y papel pintado, como hace aquí la interiorista María Bermúdez: la parte inferior pintada en un tono liso y, en la superior, un papel estampado, mientras que la transición entre ambos materiales se marca con una moldura en verde agua.
La tendencia que marcará el diseño de los cuartos de bebé seguirá orientándose hacia lo natural y orgánico, tanto en la elección de tonos como en los materiales. La clave estará en crear espacios que transmitan calma y que, al mismo tiempo, puedan evolucionar con el crecimiento del niño. Más allá de modas pasajeras, lo importante es apostar por una base atemporal, con muebles y revestimientos duraderos que no requieran cambios constantes. Esa ha sido la premisa de la interiorista Montse Morales a la hora de diseñar el dormitorio que vemos sobre estas líneas.
"Un consejo clave es usar los colores de moda en detalles pequeños. Así, si el tono deja de gustar o pasa la tendencia, se sustituye sin alterar la base del espacio. Esta estrategia permite mantener la habitación siempre fresca y actual", explica Ana. Y añade: “La tendencia pasa por diseñar habitaciones que acompañen al bebé en sus primeras etapas, pero que también puedan transformarse en un espacio infantilsin necesidad de empezar de cero”.