Para preparar tus propios aceites aromatizados solo necesitas un buen aceite de oliva —la base de las cuatro recetas que te proponemos—, algunos tarros de cristal para conservarlos y, en algunos casos, una sartén o un cazo y una batidora. ¿Fácil, verdad? Si aún no te has animado a aromatizar aceites, esta es tu oportunidad: te contamos cómo hacerlo paso a paso para llenar tu despensa de sabores únicos que realzarán tus platos y les darán un toque muy personal.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Además de todos los beneficios del aceite de oliva virgen extra —uno de los pilares de la dieta mediterránea—, estos preparados caseros te permitirán incorporar las propiedades de las hierbas, especias o ingredientes que utilices. Desde el poder antibiótico del ajo, hasta los efectos diuréticos del tomillo o las virtudes digestivas de la menta o la hierbabuena. Las combinaciones son casi infinitas: ajos, frutas, verduras, frutos secos… y todo lo que tu imaginación (y tu paladar) te permitan infusionar.
Pero es que si nos referimos a los usos que se le pueden dar a este tipo de aceite, ¡son tantos! Desde poner unas cucharaditas en un bol para mojar pan o verduras crudas -crudités-, hasta hacer marinados, escabeches y aliños para ensaladas, pasando por terminar diferentes platos, preparar diferentes elaboraciones de repostería e, incluso, ¡cócteles! Ayudan a potenciar el aroma y el sabor de casi todo.
Cómo hacer aceites aromatizados paso a paso y varias recetas
En el vídeo, tienes el paso a paso con la técnica básica para aromatizar aceites y aquí tienes varias posibilidades más:
Aceite de ajo y guindilla
Una opción que, además de vistosa, nos servirá para regar las pastas, legumbres o cualquier carne asada. El número de guindillas a utilizar dependerá de tu tolerancia al picante. Por eso, en este caso, es muy importante tener cuidado con la cantidad, pues cuanto mayor sea la proporción de guindillas, mayor será también la intensidad en aroma y sabor.
Ingredientes: ¼ litro de aceite de oliva 0’4°, ½ cabeza de ajo, 3 guindillas.
Elaboración: infusionamos el aceite de oliva con la media cabeza de ajo y las guindillas a fuego bajo durante un par de horas. Retiramos, dejamos que se temple y guardamos en un frasco en lugar seco, fresco y oscuro.
Aceite de frutos secos
En realidad, en este caso, lo único que hacemos es sumar aceite de oliva con otro ingrediente repleto de ácido oleico: las nueces; con lo que no puedes fallar. Es perfecto para todo tipo de ensaladas y, cuanto más repose, mayor será su sabor e intensidad. Algo que ocurrirá con todos, por lo que te recomendamos no utilizarlo hasta pasado un mínimo de dos semanas.
Ingredientes: ¼ litro de aceite de oliva 0’4°y 6 nueces peladas.
Elaboración: trituramos las nueces o las machacamos con la ayuda de un mortero hasta obtener casi una textura de polvo. Introducimos el resultado un frasco junto al aceite de oliva y tan solo tendremos que guardarlo en un lugar seco, fresco y oscuro.
Aceite de tomillo y orégano
Utilizando directamente hierbas frescas, conseguimos este aceite que es el mejor complemento de cualquier carne o pescado. Eso sí, ten en cuenta que al calentarlo pierde aroma y sabor, pudiendo incluso estropearse, con lo que mejor rociar un poco al final y siempre a temperatura ambiente.
Ingredientes: ¼ litro de aceite de oliva virgen extra, unas ramitas de tomillo y otras de orégano fresco.
Elaboración: ponemos el aceite de oliva virgen extra en un frasco, introducimos en él las ramitas de hierbas frescas, cerramos bien y lo guardamos en la nevera, donde deberá conservarse.
Aceite de hierbabuena
Esta receta es perfecta para aliñar tus ensaladas, verduras o unas tostadas con tomate. Lo único que deberás conservarlo siempre en la nevera y vigilarlo con frecuencia, pues puede perder su sabor con facilidad. Por tanto, este es el único caso en el que no se necesita respetar ese reposo de dos semanas del que hablamos.
Ingredientes: ¼ litro de aceite de oliva virgen extra y un poco de hierbabuena fresca.
Elaboración: ponemos en un vaso de batidora las hojas de hierbabuena y el aceite de oliva virgen extra. Trituramos, dejamos reposar y guardamos en la nevera, donde debe permanecer siempre.