En boca de todos

Versátil, bajo en calorías y repleto de antioxidantes: el calabacín es la verdura estrella de la cocina y así puedes disfrutarlo


Recetas fáciles, trucos prácticos y formas deliciosas de incluirlo en tu menú semanal.


© Juan y Mariana Nazábal
4 de diciembre de 2025 - 7:00 CET

Basta con echar un vistazo a sus numerosísimos beneficios para darse cuenta de que el calabacín es mucho más que un simple comodín en la cocina. Versátil como ninguna otra verdura, puede ser usado en cremas frías o calientes, en pastas, crudo en ensalada, horneado con relleno o incluso como base de un bizcocho para la merienda. Las posibilidades culinarias del calabacín son realmente infinitas, así como lo son sus propiedades: es ligero, hidratante –¡está compuesto en un 95 % por agua!– y rico en fibra, por lo que ayuda a la digestión y cuida la piel.

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© Juan y Mariana Nazábal

Además, aporta antioxidantes clave como la vitamina C, con acción antioxidante que refuerza nuestro sistema inmunológico y, sobre todo, combate el envejecimiento celular. También aporta potasio, beneficioso para la presión arterial, y su piel concentra fitonutrientes como la luteína, que protege la salud ocular. En primavera y verano, además, está en su mejor momento: con los huertos repletos y el precio a la baja, es hora de disfrutarlo sin parar. Deja volar tu creatividad e inclúyelo en todas sus recetas, pues su suave sabor hace que combine con prácticamente cualquier ingrediente y sume enteros en elaboraciones de todo tipo, dulces o saladas.

¿Sabías que...?

Cosas que lo hacen especial

  • ¡Es una fruta!: Aunque el calabacín se consume y se usa como verdura, la ciencia lo clasifica como fruta. Esto se debe a que crece a partir de la flor de la planta y contiene semillas en su interior, características de los frutos.
  • Fuente de vitamina C: Este potente antioxidante neutraliza los radicales libres, reduciendo el daño celular; favorece la producción de colágeno, y, además, es antiinflamatorio y mejora la absorción de hierro. 
  • Probiótico natural: Gracias a su fibra soluble (especialmente si se consume con piel), el calabacín alimenta de forma natural a las bacterias buenas del intestino, mejora la salud digestiva y el metabolismo.
  • Sus flores, el otro manjar: Las flores de calabacín son comestibles y un producto de lo más preciado en muchas cocinas. Se suelen rellenar de ricotta, rebozar y freír, pero también pueden decorar pizzas o protagonizar el relleno de pastas frescas o lasañas. 
  • ¡Gracias, Italia!: Aunque su origen está en América central, fue en Italia donde se cultivó extensamente desde el siglo XIX y donde surgieron muchas de las principales recetas en las que hoy se consume.
  • Pura abundancia: Es una de las hortalizas de más rápido crecimiento. Puede pasar de flor a fruto listo para cosechar en apenas una semana cuando hace calor y puede ser congelado en rodajas o rallado y escurrido para usar en cremas, sopas o guisos durante los meses fríos del año.
  • Un dulce final: El calabacín rallado aporta humedad y textura a bizcochos y muffins sin alterar su sabor, por lo que es perfecto para reducir el uso de harinas refinadas y hacer tus desayunos o meriendas más saludables.

Qué aporta

  • Con solo 17 kcal. por cada 100 gramos, es idóneo para dietas de adelgazamiento.
  • El 95% de su composición es agua, por lo que es perfecto para hidratarse en verano. 
  • Aumenta en un 67% la absorción de hierro gracias a su contenido en vitamina C.

Rollitos de calabacín al horno

Tiempo de preparación:  45 minutos.

Ingredientes (para 4 personas): 2 calabacines, 240 g de ricotta, 100 g de mozzarella en trocitos pequeños, 220 g de espinacas frescas, 100 g de jamón de York picado finamente, 30 g de nueces picadas (opcional), 1 diente de ajo, 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta al gusto, una pizca de nuez moscada y 340 g de salsa de tomate al estilo casero caliente.

© Juan y Mariana Nazábal

Elaboración

Lava, seca y corta con ayuda de una mandolina láminas que sean finas a lo largo. En una sartén amplia, vierte la cucharada de aceite de oliva virgen extra a calentar, pon el ajo picado muy fino, saltea y agrega las espinacas baby frescas hasta que notes que se hayan ablandado. Escúrrelas y pícalas y deja enfriar. En un bol, pon la ricotta, la mozzarella, las espinacas, el jamón de York picado, las nueces picadas (opcional), la pizca de nuez moscada y salpimienta al gusto. 

Mezcla bien hasta que todo esté integrado. En una superficie plana, estira las láminas de calabacín, pon dos cucharaditas de relleno en uno de los extremos de cada lámina y comienza a enrollar como si fuera un canelón. En una fuente que sea apta para el horno, reparte por toda la superficie la salsa de tomate como base. Acomoda los rollitos de calabacín (que los pondrás de pie) y espolvorea por encima un poco de mozzarella o parmesano rallado. Lleva al horno precalentado a 180 ºC durante 20 o 22 minutos o hasta que lo notes dorados.

Puedes acompañar esta rica comida con una ensalada fresca de hojas verdes o con una rebanada de buen pan rústico

Quiche de calabacín con queso feta

Tiempo de preparación: 60 minutos.

Ingredientes (para 4 personas): 7 láminas de masa quebrada, 1 calabacín grande cortado en rodajas finas, 1 puerro, solo la parte blanca, cortado en rodajas finas, 1 cebolla picada finamente, 3 huevos, 100 ml de nata para cocinar, 100 ml de crème fraîche, 50 g de queso rallado para fundir (mozzarella, gruyère, etc.) 50 g de queso feta desmenuzado, hierbas aromáticas: tomillo, albahaca, orégano, 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, una pizca de ajo molido, sal y pimienta al gusto.

© Juan y Mariana Nazábal

Elaboración

Pon la masa en un molde redondo (mejor sería en uno desmontable, presionando bien los bordes) y, con un tenedor, pincha la base. Lleva a la nevera mientras preparas el relleno. En una sartén amplia, pon las 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, calienta a fuego medio y sofríe la cebolla picada junto con el puerro durante 8 minutos. Agrega el calabacín en rodajas finas, salpimienta al gusto y añade las hierbas aromáticas, una pizca de ajo molido y continúa cocinando durante 6 minutos. Reserva y deja que se temple un poquito.

En un bol, bate los huevos, la nata para cocinar y la crème fraîche, hasta que veas una crema homogénea, y salpimienta un poquito más. Saca el molde de la nevera y reparte bien las verduras salteadas sobre la base. Espolvorea con el queso rallado que prefieras para fundir. Vierte la mezcla de nata por encima. Espolvorea y distribuye bien con el queso feta desmenuzado por encima. Lleva al horno precalentado a 180 °C durante 30 minutos o hasta que esté cuajada y con un color dorado.

Cuando saques la quiche de calabacín del horno, deja reposar 10 minutos antes de desmoldar y ya estará lista para poder degustarla y compartir

TEXTO

Estefanía Asenjo

TEXTO RECETAS

Juan y Mariana Nazábal

FOTOGRAFÍAS

Juan y Mariana Nazábal

REALIZACIÓN

Juan y Mariana Nazábal

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.