Fachada roja, vermú de grifo, chatos de vino, pincho de tortilla, callos... Madrid es de tabernas, son los templos del casticismo, muchas han cumplido cien años o más y están más vivas que nunca. Pero junto a estas casas centenarias, como Casa Alberto o Antonio Sánchez, que llevan generaciones sirviendo boquerones, callos y vinos de Valdepeñas, llegan nuevas tabernas con alma castiza y mirada contemporánea. Síguenos en esta ruta que seguro despierta tu espíritu tabernero.
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Casa Alberto
Inconfundible, con su fachada roja, es una de las tabernas icónicas de Madrid. Casa Alberto se estableció en 1827 en la calle Huertas, justo en el edificio donde Miguel de Cervantes escribió Viaje del Parnaso, en 1614. Su barra de zinc, el auténtico vermú de grifo (elaboran su propia marca y si te gusta, te puedes llevar una botella), los callos y el guiso de rabo de toro forman ya parte de la historia de la capital. Una historia recogida en cientos de imágenes que decoran las paredes.
Más información:
Casa Alberto
Huertas, 18.
Taberna Antonio Sánchez
La "taberna más antigua de Madrid" abrió en 1787 y sigue (casi) intacta en el corazón del barrio de Lavapiés. Sus tertulias congregaron a grandes nombres, como Pío Baroja o Gregorio Marañón y maestros de la tauromaquia. Ese ambiente con solera y un tapeo 100% castizo siguen atrayendo, dos siglos después, a parroquianos y turistas para probar la oreja adobada, los callos o un buen cocido madrileño. Tienen una gran oferta de vinos por copas y menú del día.
Más información:
Antonio Sánchez
Mesón de Paredes, 13.
Taberna La Ardosa
Cuando atravieses su puerta roja entrarás en una de las tabernas históricas de Madrid. Y es que La Ardosa abrió en 1892, ahí es nada, y se sigue llenando de bote en bote cada día, siempre sin reserva, con una armoniosa mezcla de turistas y vecinos del barrio. Su historia es muy peculiar, porque no es la típica taberna de vinos y vermús de grifo, que los tiene, sino de cervezas, una verdadera institución en Madrid donde se despachan cervezas checas (son maestros reconocidos en servir la Pilsner Urquell), la Guiness y multitud de marcas internacionales.
La Ardosa exhibe también una buena carta de tapas en la que destaca, por encima de cualquier otro plato, su famoso pincho de tortilla de patatas, en su punto, poco cuajada, las croquetas de Cabrales, los buñuelos de bacalao o el salmorejo. Si no hay sitio en la zona de la entrada, agáchate y atraviesa la barra para pasar al comedorcito de dentro, como si fueras de la casa.
Más información:
La Ardosa
Colón, 13.
El Anciano Rey de los Vinos
Es el lugar perfecto para que hagas una parada cuando pases por el corazón del Madrid de los Austrias, frente a la Almudena. Esta taberna abrió en 1909, mantiene su fachada roja y, en el interior, su gran barra de mármol, las lámparas centenarias, columnas y azulejos de colores. Tienes que probar el vermú de grifo y alguno de sus platos tradicionales, como la cazuela del anciano o los callos a la madrileña. Y El anciano, su vino dulce de Tomelloso, acompañado de galletitas de huevo o una torrija.
Más información:
El Anciano Rey de los Vinos
Bailén, 19.
Bodegas Rosell
"Para vivir bien, beban vinos en Rosell". Ese lema sigue muy vivo en esta taberna centenaria, a un paso de la estación de Atoche, que la familia Rosell creó en 1920 cuando transformó el antiguo despacho de vinos a granel en una taberna castiza. Su fachada es de las que llaman la atención, un mosaico publicitario de vinos de Valdepeñas hecho con azulejos de Talavera. Con más de 200 referencias de vinos, es el lugar perfecto para conocer los que se hacen en la Comunidad de Madrid y acompañarlos con las croquetas o el bacalao preparado de mil maneras.
Más información:
Bodegas Rosell
General Lacy, 14.
Hermanos Vinagre
Los hermanos Enrique y Carlos Valentí son los creadores de Hermanos Vinagre. Han rescatado la idea de taberna y bar castizo de toda la vida: barra de zinc, azulejos, tapas que se anuncian en la pizarra, cañas bien tiradas, frías, con la crema perfecta. Pero lo que ha elevado a este bar hasta lo más alto, ya con tres locales en Madrid, es el vinagre, sí, esas espectaculares conservas, escabeches y encurtidos hechos de forma artesana en su obrador y con un producto muy top. Los boquerones en vinagre, los (gigantescos) mejillones en escabeche, las gildas, los berberechos… A Hermanos Vinagre puedes ir a cualquier hora, no solo al vermú, también a cenar de tapas en el local de Cardenal Cisneros, con mesas, y probar el bocata de calamares, la ensaladilla rusa (servida en una matriuska), las bravas, los chicharrones, el tartar de picaña madurada o unos callos.
Más información:
Hermanos Vinagre
Narváez, 58.
Taberna y Media
El barrio de Retiro está lleno de tabernas, clásicas y modernas, como la Taberna y Media de José Luis Martínez. El sueño de este hostelero era abrir una taberna pequeña donde ofrecer platos y tapas de producto pero con un giro muy personal, de ahí lo de "y media", algo más que una taberna. Con esa idea nacieron sus patatas bravas cremosas Alejandro que han conquistado el título de las Mejores del Mundo, y que son una versión de las bravas en forma de buñuelo y con una salsa picante muy especial. En la barra se tiran las mejores cañas del barrio y puedes comer de tapas y platos como su ensaladilla rusa, los torreznos crujientes de Fuentidueña, la tortilla con callos o alguno de las elaboraciones de atún de almadraba, en temporada.
Más información:
Taberna y Media
Lope de Rueda, 30
Neotaberna Miguelín
Una de las últimas incorporaciones en la zona de Ponzano es la Neoaberna Miguelín. Es el sueño hecho realidad de Miguel Antonio Cruz Ospina, un hostelero enamorado de su oficio que ha contagiado de esta pasión a sus hijos. Es el lugar donde vas a disfrutar de una caña bien tirada (con tanques Mahou de bodega) y una carta de tapeo muy castiza: la ensaladilla, las bravas, los torreznos, los callos con garbanzos, el bikini… Todo está muy bueno.
Más información:
Neotaberna Miguelín
Santa Engracia, 57.
Cachivache Taberna
Cachivache Taberna fue el primer restaurante que abrieron los hermanos Aparicio en Madrid. Después, vinieron La Raquetista y Salino y todos han cosechado (y siguen haciéndolo) grandes éxitos. Esta taberna moderna te hace viajar con cada bocado porque Javi Aparicio (en cocina) le da una vuelta a las recetas castizas y las mezcla con sabores de aquí y de allá. En su carta hay tacos madrileños de oreja, bravas con alioli de chipotle, gildas reinterpretadas, albóndigas de butifarra y una estética industrial y cosmopolita llena de color. Ideal para dejarse sorprender y salir de lo de siempre.
Más información:
Cachivache Taberna
Serrano 221 y Monasterio de Silos esquina a Monasterio de Samos, en Montecarmelo.
Ultramarines del Coso
Esta taberna moderna con estética de ultramarinos, que rescata el espíritu de los colmados de barrio, está triunfando en Chamberí. Su carta mezcla embutidos de alta calidad, tapas con un toque creativo y vinos seleccionados por pequeños productores. Todo en un ambiente cálido, informal y con cierto aire nostálgico que nos lleva al Madrid del pasado. Hay tapas imprescindibles que no puedes dejar de probar: las anchoas 00 sobre brioche ahumado y los berberechos al Josper, las croquetas, su ensaladilla y las gildas Y todo, con un buen vermú o algún vino de la amplia carta. Además, si algo te gusta, lo puedes comprar.
Más información:
Ultramarines del Coso
Trafalgar, 5.