El almuerzo previo a los Oscar comenzó con un discurso por parte del presidente de la Academia, David Rubin, en el que guardaron un minuto de silencio para recordar a Kobe Bryant y su hija, fallecidos en un accidente de helicóptero en California, un momento sombrío en una cita anual normalmente alegre que sirve como punto de encuentro, celebración y entrenamiento para los nominados.