"Dos horas después de parir, me pude levantar y darme una duchita de piernas para abajo (no me apetecía entera). Me miré al espejo… ¿cómo es posible este milagro? La cabeza de Ian era muy grande y tuve que empujar muchísimo, nunca he empujado con tantas fuerzas", ha escrito Vikika tras dar a luz.