Su trabajo no le ha impedido dedicar tiempo a causas que la tocan muy de cerca. En 2008 creo una fundación con su nombre, apoyada por diversas asociaciones, como FEDER (Federación Española de Enfermedades Raras), que dedicó a la investigación de distrofias musculares y enfermedades raras, además de dar voz a las familias afectadas. Su hijo Gustavo sufre distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad rara que asumen con entereza, proceso que la periodista ha contado en un libro, Mi hijo, mi maestro (publicado en 2018). En él recuerda que, cuando su niño de apenas 23 meses, recibió el diagnóstico, le cambió la vida: ‘Dos palabras cambiaron mi vida para siempre: distrofia muscular. Mi hijo tenía una enfermedad rara e incurable. Y mi fama, dinero o contactos no servían absolutamente para nada. Pero la vida seguía y debía esforzarme por vivirla de la mejor forma posible. Gustavo se lo merecía’