Hoy en día, casi todas las series nos recuerdan a algo que ya hemos visto. Pero hay quien sabe hacer de eso una virtud. Disney+ acaba de estrenar una comedia deportiva que ha pillado por sorpresa a muchos… para bien. Y no es para menos, porque si mezclas el humor de Ted Lasso (en espíritu, que no en forma) con una estrella de Hollywood irreconocible al más puro estilo Señora Doubtfire, el resultado es una producción que llega con una misión clara: entretener sin demasiadas pretensiones, pero con bastante más ingenio del que su premisa inicial podría hacer pensar. Y lo mejor, lo consigue.
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Hablamos de Chad Powers y, aunque te cueste creerlo por las fotos, está protagonizada por Glen Powell. El intérprete de Cualquiera menos tú se aleja por completo de su imagen de galán y se transforma —y lo hace, además, de manera literal con peluca, prótesis nasal, dentadura postiza y acento sureño incluido— para sumergirse de lleno en la comedia con un personaje muy diferente a los que estamos acostumbrados a verlo.
Powell da vida a Russ Holliday, un quarterback profesional tan brillante como arrogante, cuya carrera en la NFL, la principal liga profesional de fútbol americano en Estados Unidos, se va al traste por culpa de su mal comportamiento y su ego desmedido.
Tras ser expulsado de la competición, no consigue superar lo sucedido y ocho años después, desesperado por redimirse y, sobre todo, por recuperar su estatus, decide volver al fútbol universitario en los South Georgia Catfish, un equipo en horas bajas. Eso sí, lo hace bajo una identidad falsa disfrazado como Chad Powers, un supuesto jugador amateur con mucho talento y cero experiencia. El problema (o la gracia) es que esa tapadera termina funcionando demasiado bien.
Bajo su alter ego, torpe, noble y bastante más entrañable que su verdadero yo, Holliday no solo consigue que el público lo adore, sino que se convierte en un fenómeno viral. Mientras intenta pasar desapercibido, debe lidiar con un entrenador exigente (Steve Zahn), compañeros que desconfían de su fichaje y la presión constante porque no se destape el secreto de su doble vida en cualquier momento. Por si fuera poco, se enfrenta a una inesperada transformación personal en la que se da cuenta de que, cuanto más tiempo pasa siendo Chad, más difícil le resulta volver a ser él mismo.
Glen Powell lo tiene claro: “Chad Powers es, de lejos, el personaje más divertido que he interpretado nunca”, confesaba el actor a The Hollywood Reporter en el estreno de la serie en Los Ángeles. El protagonista de Top Gun: Maverick, de 36 años, también bromeaba con que, tras varias semanas encerrado bajo capas de maquillaje y prótesis, estaba “volviendo a exponer su cara al aire libre” y no descartaba pedirle a su equipo de caracterización “que le prestasen a Chad un rato” para pasearlo por ahí y seguir disfrutando de él. No es para menos, porque más allá del cambio físico, el actor se lo ha pasado en grande con este doble papel. “Creo que esta serie va a sorprender a mucha gente”, añadía convencido.
Por su parte, el showrunner y cocreador de la serie junto a Powell, Michael Waldron, explicaba al citado medio que tenían claro que "Chad tenía que ser feo, no podía parecer atractivo, pero el encanto de Glen sale a la luz y terminas enamorándote de Chad casi de inmediato”. Una frase que resume bien el espíritu del personaje y el reto del proyecto: hacer de la torpeza algo entrañable.
Chad Powers no es una invención original de la serie, sino que nace de un sketch protagonizado por Eli Manning —estrella del fútbol americano y hermano del también mítico Peyton Manning, que actúan como productores ejecutivos— para el programa Eli’s Places. En aquel vídeo, el deportista se disfrazaba para infiltrarse en una prueba universitaria de fútbol y ver si podía pasar desapercibido como un jugador más. El clip se hizo viral y, tras su éxito, Powell y Waldron vieron el potencial para convertir esa idea en una comedia con vida propia. Así surgió esta mezcla de humor absurdo, deporte, identidad falsa y una crítica bastante afilada a la cultura del espectáculo en Estados Unidos.
A Glen Powell le acompañan en esta historia de redención Steve Zahn (Silo), en el papel del entrenador Jake Hudson, desconcertado al principio por el extraño comportamiento de Chad, aunque pronto reconoce su talento. Sus escenas juntos aportan algunos de los momentos más cómicos de la serie. Perry Mattfeld (La idea de tenerte) interpreta a Ricky, entrenadora asistente del equipo South Georgia Catfish e hija de Jake. Quentin Plair (Pequeñas cosas hermosas) encarna al serio y reservado entrenador Byrd, parte del equipo que rodea al protagonista. Wynn Everett (El atraco) da vida a Tricia Yeager, presidenta del comité de patrocinadores, y Frankie A. Rodríguez (High School Musical: El musical: Especial de las Fiestas) se mete en la piel de Danny, el aliado imprescindible en la transformación de Powers.
Sin tomarse demasiado en serio, pero con más inteligencia de la que aparenta, la serie consigue algo que no es tan fácil como parece: hacer reír mientras juega con el ego, la fama y la necesidad de segundas oportunidades. Y lo hace con un protagonista disfrazado, sí, pero que no necesita de aditamentos para dejar huella.